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14feb07
Repsol YPF continúa la busqueda desesperada de un socio de referencia.
La búsqueda de un socio industrial para Repsol YPF, una operación en la que Antonio Brufau lleva enfrascado algo más de un año, exactamente desde que en enero de 2006 anunciara un recorte de las reservas probadas de crudo y gas del 25%, está en vía muerta a consecuencia de la entrada en el capital de Sacyr Vallehermoso. Luis del Rivero, su presidente, no considera pertinente la búsqueda de ese nuevo socio.
La situación creada apunta al primer pulso serio que el presidente de la petrolera mantiene con su principal accionista por el control de la sociedad. Primer indicio de lucha por el poder. Antonio Brufau lleva meses buscando por el ancho mundo un socio (ver El Confidencial del 24 de Noviembre de 2006), industrial en este caso, capaz de tomar una participación del 10% en Repsol YPF a cambio de reservas de hidrocarburos, vía entrada en proyectos de explotación y/o exploración de petróleo y gas capaces de mejorar el nivel de reservas probadas de la española.
La irrupción en tromba de Sacyr Vallehermoso en el capital de Repsol, convertida en estos momentos en accionista de referencia con el 21% del capital, muy por encima del 12% que sigue manteniendo La Caixa como socio tradicional, ha hecho de alguna manera más perentoria la localización de ese tercer socio, que en el entorno de Brufau se visualiza como un aliado capaz de, junto a La Caixa, hacer de contrapeso a Sacyr Vallehermoso.
Lo cual no quiere decir que la entrada de Sacyr no haya sido amistosa, con los buenos oficios de por medio de Miguel Sebastián, responsable de la oficina económica del presidente del Gobierno antes de su nominación como candidato a la alcaldía madrileña. Pactada ma non troppo, porque todo el mundo sabe que Luis del Rivero no va a ser un socio silente en Repsol, sino que, muy al contrario, está dispuesto a meter mano en la gestión, aspiración avalada por la importancia del dinero invertido y el porcentaje que aspira a controlar, nada menos que el 24,9%.
Alejar las opas hostiles
De modo que, desde el punto de vista de Brufau, la cuadratura del círculo consistiría en meter a ese tercer socio estable, industrial en este caso, capaz de, junto a La Caixa, alejar cualquier riesgo de OPA hostil y, al mismo tiempo, asegurar un juego de equilibrios en el Consejo que pondría a buen recaudo su presidencia. Razón por la cual, y de acuerdo con fuentes próximas a la caja catalana, "La Caixa no se irá de Repsol a corto plazo, porque eso dejaría en posición precaria a Brufau".
Pero esta operación parece haber sido advertida en Sacyr Vallehermoso, que no quiere ni oír hablar de un tercer socio, sea o no industrial. "Nosotros no queremos ningún socio más en Repsol, porque creemos que la empresa no lo necesita", respondió a este diario, con cierto mal humor, un portavoz cualificado de Sacyr. "La Caixa no se va a ir de Repsol en un año o año y medio, y ni nosotros ni ellos tenemos necesidad de buscar ese tercer socio".
¿Ha suspendido Antonio Brufau esa búsqueda? La pregunta no ha encontrado respuesta en Repsol, pero, en todo caso, la situación parece apuntar a toda una serie de novedades que la entrada de Del Rivero en Repsol hace presagiar a corto plazo. Novedades, entre otras, que tienen que ver con el escaso interés del nuevo dueño de Repsol por las actividades de exploración y producción -¿el futuro de YPF en el alero?-, y el deseo de centrar la sociedad en lo que ha sido su tradicional punto fuerte, el negocio de refino y marketing.
Sondeando las antiguas repúblicas soviéticas
La búsqueda de ese tercer socio industrial está resultando, de todas formas, cualquier cosa menos fácil. Brufau ha rastreado, y seguramente sigue haciéndolo, el mercado ruso y de las antiguas repúblicas soviéticas, principalmente Kazakstan.
A mediados de 2006, fracasaron las negociaciones con la rusa Lukoil, segunda petrolera del mundo, con una fuerte presencia en el negocio del gas, a quien Repsol ofreció una participación en el capital a cambio del acceso a proyectos de exploración en la gigantesca plataforma siberiana, y algo parecido puede decirse de los contactos habidos con el gigante Gazprom, con quien Repsol firmó a primeros de octubre un acuerdo para estudiar el desarrollo de proyectos conjuntos en el negocio del petróleo y gas, así como proyectos de GNL utilizando recursos de la Federación Rusa.
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 14feb07]
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