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20abr06
Repsol se queda en Argentina, pero abre la puerta a la entrada de un socio en el capital de YPF.
En una carta dirigida la pasada Semana Santa a los 10.000 empleados de Repsol YPF en Argentina, el presidente de la compañía, Antonio Brufau, y su director general para Argentina, Brasil y Bolivia, Enrique Locutura, firmantes al alimón de la misma, han reafirmado el “absoluto compromiso de Repsol YPF con Argentina y su futuro”.
La misiva, sin embargo, deja la puerta abierta a la entrada en YPF de uno o varios socios, aunque siempre manteniendo el control. “Hoy, cuando se producen rumores interesados, Repsol YPF quiere ratificar que siempre mantendrá una participación ampliamente mayoritaria en el capital de YPF y, por lo tanto, bajo ningún concepto se contempla la posibilidad de que ambas compañías dejen de formar un grupo único”.
“Ello no elimina”, prosigue la misiva, “la eventual participación minoritaria de terceros en el capital o en determinados activos, si esto es considerado oportuno, en términos financieros y económicos, por parte de todos los stakeholders. Ello sólo se hará si es positivo para el futuro de YPF y del grupo Repsol YPF”.
La carta llegó a los empleados de YPF coincidiendo con una nueva visita a Buenos Aires, durante la pasada Semana Santa, del propio Brufau, dispuesto a alejar la tormenta austral que desde hace meses se cierne sobre YPF.
La pretensión de Néstor Kirchner de volver a nacionalizar YPF en todo o en parte, y naturalmente con la intención de pagar por ello lo menos posible, había causado la natural alarma en Repsol (ver El Confidencial del lunes 10 de abril), a pesar de que oficialmente la compañía no había recibido notificación alguna, aunque sí recados desde las páginas de la prensa local.
Encuentro de Brufau con De Vido
El encuentro clave para intentar despejar los fantasmas de futuro de Repsol YPF tuvo lugar el pasado martes 11 de abril en la capital argentina. Con tal motivo, Brufau y el propio Locutura fueron recibidos por el ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, además de hombre de la absoluta confianza de Kirchner, Julio de Vido.
En la reunión, De Vido habría “exigido” (“es la forma que tiene la Administración Kirchner de usar este verbo cuando de hablar con las empresas extranjeras de trata”, según una de las fuentes) a los españoles la necesidad de afrontar las inversiones en exploración y producción necesarias para invertir la fase de declive en que han entrado algunos de los tradicionales campos de YPF.
De acuerdo con las fuentes, el ministro argentino habría señalado que, en caso de que ese incremento inversor no se advirtiera a corto plazo, la Administración argentina, enarbolando la defensa de los intereses generales del país y en el horizonte de renovación de los contratos, podría verse obligada a tomar “una participación” en YPF, seguramente a través de la empresa pública Enarsa, de reciente creación.
Brufau, por su parte, se comprometió a afrontar el esfuerzo inversor adicional necesario para mantener el nivel de producción de los yacimientos en servicio de YPF, aunque señalando las razones técnicas que hace que algunos campos entren en declive porque sus reservas se van agotando, un fenómeno natural imposible de invertir por mucho dinero que se invierta.
“Hagan ustedes lo necesario”
La situación a que se enfrenta Repsol YPF en Argentina roza lo kafkiano: “Queremos que aquí siga saliendo petróleo en la misma cantidad de siempre”, argumenta De Vido. “Muy bien”, responde Brufau, “pero algunos pozos se van agotando y en un periodo de 8/10 años dejarán de estar en servicio por no ser rentables”. “Ni hablar, hagan ustedes lo necesario para que eso no ocurra”, insiste el ministro argentino, “porque en caso contrario tendríamos que tomar medidas”.
Dentro de la inseguridad jurídica que preside el Gobierno Kirchner, Argentina está llena de rumores sobre Repsol YPF alentados por la propia Casa Rosada y sus empresarios amigos. Según el diario La Nación de ayer mismo, “en algunas petroleras dan ya por descontado que Kirchner anunciará el 25 de mayo, al cumplir sus tres años de gestión, `la recuperación del petróleo nacional’ y que sobre esa suerte jugará su reelección”.
Una alternativa menos grandilocuente, defendida hasta el momento por el propio De Vido, fijaría la estrategia del Gobierno Kirchner, según La Nación, “en participar en hasta un 35% en áreas marginales de cuencas que explota Repsol YPF, a cambio de la renovación de esos contratos”.
La entrevista entre De Vido y Brufau, con todo, fue cordial y terminó con el compromiso formal de Repsol YPF de acometer ese esfuerzo inversor que reclama el Ejecutivo Kirchner, “que no ha planteado nunca la cuestión de la renacionalización de YPF”, según fuentes cercanas a la propia petrolera.
Repsol pide ayuda a Moncloa
Según esta fuente, Repsol-YPF va a iniciar de inmediato una gran campaña de publicidad en los medios argentinos para explicar las cuantiosas inversiones que la compañía sigue realizando en el país. “Estamos invirtiendo 7.000 millones de dólares entre los años 2005-2009, 400 millones más que la previsión de diciembre pasado. La inversión anual promedio será de 1.400 millones de dólares, la más alta de la historia de la compañía en el país”.
Sectores críticos a la política de Néstor Kirchner en la propia Argentina vienen poniendo de manifiesto que el arreón del presidente contra Repsol YPF está motivado por el fracaso cosechado en su intento de recrear un sector público petrolero con la empresa Enarsa, a lo que hay que añadir el contagio del virus nacionalista de izquierdas que recorre Bolivia, Venezuela y Perú, entre otros.
Como es lógico, la preocupación que las intenciones de Kirchner ha producido en Castellana 278 ha llevado a Brufau a pedir ayuda al Palacio de La Moncloa, invocando la teórica buena relación existente entre el mandatario argentino y Rodríguez Zapatero. El entorno de Brufau achaca en gran medida el problema argentino a la ineficacia del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ángel Moratinos, contra quien se cargan las tintas en la sede de la multinacional.
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 20abr06]
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