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02mar09
Alemania bloquea el rescate para el Este
Alemania bloqueó ayer en Bruselas un multimillonario plan global de ayuda financiera de la Unión Europea (UE) para los países de Europa del Este, que se encuentran al borde del abismo. Berlín desoyó así los ruegos de Hungría de evitar que una "nueva cortina de hierro" divida al continente entre ricos y pobres.
Los líderes europeos también se negaron a lanzar un plan global de rescate de la industria automovilística y pidieron a las empresas que acudieran a los gobiernos nacionales.
Al término de una cumbre de emergencia que reunió a los 27 países del bloque, los dirigentes europeos aceptaron los argumentos de la canciller alemana, Angela Merkel, y rechazaron el pedido de Hungría de desbloquear préstamos por 228.000 millones de dólares para ayudar a las economías de Europa del Este, al borde de la asfixia económica.
La UE, en cambio, prometió que ayudará caso por caso a aquellos países que se vean confrontados a graves dificultades financieras.
"Es evidente que la UE no dejará a nadie al borde de la ruta", afirmó, al término de la cumbre, el premier checo, Mirek Topolanek, presidente pro tempore de la UE. "Pero la idea de dividir Europa entre antiguos y nuevos miembros, entre Este y Oeste, es algo que rechazamos", agregó.
Al término de la reunión, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, precisó, por su parte, que, excepto Hungría, los países del Este "no expresaron su deseo" de adoptar un plan global durante la reunión. "Las situaciones son muy diferentes [de un país a otro]." En consecuencia, "no hay una razón específica de tratar aparte a un grupo de países", indicó.
Pero la verdadera razón de esa negativa fue la firme posición de Merkel, totalmente opuesta a toda medida que pueda aumentar los déficits presupuestarios en Europa a medida que se profundiza la crisis.
Ferviente defensora del rigor presupuestario, Merkel no ha cesado de solicitar "un retorno a un sólido control fiscal", mientras los déficits nacionales superan el límite del 3% del PBI, fijado por la UE en sus criterios de convergencia.
Desde que comenzó la crisis, los planes de estímulo y de rescate adoptados a título individual por los países europeos han inyectado el 3,3% del PBI de la UE en la economía, según estimaciones de la Comisión Europea. Como resultado, el gasto presupuestario del bloque aumentará hasta el 4,4% del PBI en 2009, frente al 2% el año pasado.
"Es necesario evitar lanzar sumas enormes en el debate", advirtió Merkel. "Para mí, la situación es completamente diferente en cada caso: no se puede comparar Eslovenia con Eslovaquia ni con Hungría."
La canciller alemana respondió de esa forma al dramático pedido de ayuda lanzado, horas antes, por el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsány, para quien es necesario evitar que "una nueva cortina de hierro se instale y divida a Europa". "A comienzo de los 90, reunificamos Europa. Ahora, el desafío es saber si seremos capaces de reunificarla financieramente", precisó.
Poco antes de la cumbre, los líderes de nueve países de Europa del Este -Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Bulgaria, Rumania y las tres repúblicas bálticas (Letonia, Estonia y Lituania)- fijaron una posición común para presionar a las naciones ricas a fin de que acompañaran con acciones concretas sus vagas promesas de apoyo.
Amenaza al mercado común
Hungría, Polonia y los países bálticos también piden a la UE que acepte poner en marcha un procedimiento acelerado de adhesión al euro que, aseguran, podría ayudarlos a estabilizar sus sistemas financieros.
La peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial ha devastado los países del Este y pone en peligro la existencia misma del mercado común europeo, construido con esfuerzo hace 50 años. La economía de la UE se contraerá el 1,8% en 2009, según prevé la Comisión Europea.
En Letonia, ex república soviética cuyos resultados económicos eran los mejores del bloque hace tres años, la economía caerá el 6,9% este año. El crecimiento polaco, el mayor del Este, será de apenas del 2%, el peor resultado desde 2002.
La abrupta partida de inversores extranjeros de esa región de Europa a fin de cubrir enormes pérdidas internas, provocaron en los últimos seis meses la desaparición del crédito barato, una brutal parálisis de las exportaciones y una caída del 28% del zloty polaco frente al euro; del 21% del florín húngaro, y del 12% de la corona checa.
Para Merkel, al frente de la primera economía europea y principal contribuyente de la UE, los problemas de Europa del Este deben ser tratados en el marco de las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La semana pasada, tres de esos organismos -el Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, y el Banco Europeo de Inversiones- anunciaron préstamos por 30.958 millones de dólares a los bancos de Europa del Este.
Los líderes europeos también rechazaron la idea de acudir a los fondos de la UE para dar oxígeno a la industria del automóvil, cuyas ventas caerán este año un 18%, según previsiones de la UE. La cumbre decidió que cada país deberá hacer lo necesario para ayudar a sus propias industrias.
[Fuente: La Nación, París, Bs As, 02mar09]
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