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14may13
"Violando sistemáticamente la ética": el sector financiero es el más inmoral
Los profesionales del sector financiero, desde los brókers y traders hasta los banqueros, son los que tienen el listón moral más bajo de entre todos los trabajadores, según reflejan los resultados de un estudio publicado en el último número de la prestigiosa revista Science, bajo el título Morals and Markets. Su principal conclusión es que "los mercados erosionan los principios éticos de las personas" debido al darwinismo imperante y a la obligación de tomar decisiones sin titubear sobre sus posibles consecuencias negativas en terceras personas o, incluso, en el resto de la sociedad. Las "finanzas éticas" son, pues, un oxímoron.
La investigación dirigida conjuntamente por los economistas Armin Falk, de la Universidad de Bonn, y Nora Szech, de la Universidad de Bamberg, hace hincapié en la bipolaridad de estos profesionales, que tendrían dos escalas de valores diferentes, una para su vida privada y otra para la vida laboral. Así por ejemplo, un bróker podría poner objeciones a la hora de comprar una prenda de ropa que manifiestamente haya sido confeccionada por niños o en condiciones de explotación laboral. Sin embargo, no dudaría en comprar y vender acciones de dicha firma textil.
Para los autores, estos cambios de comportamiento están imbuidos por las dinámicas que rigen a los mercados y que obligan a dejar los principios éticos en casa. Así se pueden "violar sistemáticamente" los principios de cada uno sin tener que pararse a cuestionar dicha actitud, explica la economista. Un comportamiento que justifica cualquier decisión con tal de cerrar una beneficiosa operación monetaria, incluso si causa perjuicios en otras personas, según reconoció la mayoría de los profesionales financieros participantes en el estudio.
La crisis como fruto de las decisiones inmorales
"Si rechazo ganar dinero en una compra-venta porque atenta contra mis principios, inmediatamente aparecerá alguien que no tenga problema en hacerla, por lo que si se va producir igualmente, prefiero ser yo quien me beneficie de ella", explicaba uno de los participantes, en términos bastante coincidentes con las explicaciones del resto de sus colegas.
La falta de escrúpulos en el mundo de las finanzas se va haciendo más voraz a medida que pasa el tiempo y se avanza en desregulación los mercados, arguyen los autores. Una escalada amoral que podría estar detrás de crisis económicas más o menos previsibles como la de las hipotecas subprime o de engaños más o menos masivos a los ahorradores con productos tóxicos que se venden como seguros.
Ante estas conclusiones, Falk llama la atención ya no solo por la fuerte influencia que los mercados ejercen sobre sus operadores, sino en muchas otras instituciones políticas y económicas. "Los economistas deberíamos plantearnos estas cuestiones más a menudo", añade el autor, que investiga las relaciones entre la economía y la neurociencia. Sin embargo, el creciente dogmatismo en torno a las teorías y prácticas económicas impide una revisión profunda de dicha deriva moral.
La malas prácticas de los demás justifican las propias
Los investigadores diferenciaron entre las normas morales que regían las decisiones en mercados bilaterales -en los que solo hay un comprador y un vendedor- y los mercados multilaterales, con varios agentes que comercializan entre sí. El resultado fue que la falta de principios es más acusada cuando están involucrados varios compradores y vendedores en una misma operación. "En los mercados multilaterales, las personas se tienen que regir por reglas y mecanismos que acaban menoscabando sus sentimientos de culpabilidad y responsabilidad", explica Szech.
Entre estas condiciones se citan la competencia atroz y la búsqueda inmediata de resultados, dos factores que anulan las preocupaciones morales de los profesionales, según los investigadores. "En estas situaciones el sentimiento de culpabilidad se disipa porque puede ser compartido con otros agentes. Cuando se es consciente de que todo el mundo traiciona sus principios más elementales, se contagian estas prácticas y se relativizan sus consecuencias", apuntan los investigadores.
Uno de los argumentos más utilizados por los profesionales financieros para autojustificar su falta del ética se centra en que el impacto de sus decisiones es muy reducido en comparación con las del conjunto. "Se trata de una lógica propia a los mercados financieros, donde las culpas siempre son de los demás debido a la multiplicidad de agentes implicados y a la interconexión entre las diferentes operaciones", indica Falk. Un argumento que queda ampliamente reflejado en el film Margin Call, de J. C. Chandor, que fue candidata a un premio Oscar en la categoría de mejor guion original. Es por ello que en las relaciones comerciales de tú a tú, en las que el papel de cada individuo está claramente definido e identificado, la escala de valores individual se mantiene casi intacta.
[Fuente: Por Iván Gil, El Confidencial, Madrid, 14may13]
This document has been published on 15May13 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |