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18oct16
La industria alemana está dispuesta a sostener a Deutsche Bank
Ante las dificultades que atraviesa Deutsche Bank, dado que la coyuntura impide que el dinero público acuda a su rescate y que parte del banco podría acabar en manos extranjeras, el conjunto de la industria alemana se muestra dispuesto a sostener al mayor banco de Alemania. «Estamos en una nueva fase, en la que muchos países giran de nuevo hacia sus intereses nacionales y en la que retrocede la globalización», explica el gerente de la Federación de la Industria alemana (BDI), Markus Kerber, «y nosotros los alemanes tenemos que proteger con más fuerza nuestra industria y nuestra economía».
Con este punto de partida, directivos de varias empresas del DAX 30 se han dado cita para hablar discretamente de la situación de Deutsche Bank, según se ha filtrado a la prensa alemana, y han considerado que están dispuestos a respaldar al banco «con una declaración de confianza» y, «si es necesario, también con dinero».
El diario «Welt am Sonntag» ha publicado que entre las empresas que lideran este frente de apoyo están BASF y Siemens, cuyos directivos Kurt Bock y Joe Kaeser acudieron a la reunión junto al presidente de la patronal de la industria, Ulrich Grillo y el propio Kerber. El acuerdo para cimentar la base de capital de Deutsche Bank fue tan fácil y rápido que dio tiempo para hablar de muchas más cosas y ese espíritu proteccionista podría ampliarse a otros terrenos.
«La economía alemana tiene alrededor de un millón de millones en el extranjero y tenemos que ocuparnos de protegerlos», afirman las mismas fuentes.
El vicecanciller y ministro de Economía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, ya está al tanto de estas inquietudes y su departamento ha elaborado el borrador de un programa de protección para la industria alemana de seis puntos y que incluiría dar potestad al Estado para prohibir determinadas ventas de acciones que afecten al funcionamiento básico de la economía germana. Y tanto en su Ministerio como en la BDI se da por hecho que, a cambio, Deutsche Bank estaría dispuesto a renunciar a la parte más especulativa de su modelo de negocio.
Esta sería la vía más novedosa de entre las medidas con las que podría contar el banco alemán para captar capital, una especie de rescate desde el sector privado. También podría, claro está, ampliar capital, intención que sigue negando su directiva. Otras opciones son acelerar el programa para recortar plantilla, la venta de activos, la eliminación de primas para ejecutivos o incluso una fusión en toda regla con un banco rival. De momento, la que el banco ha incluido como parte de sus negociaciones con el departamento de Justicia estadounidense es la posibilidad de reducir sus operaciones en EE.UU.
Pérdida de activos
Los activos estadounidenses de Deutsche Bank se han reducido dramáticamente desde los 400.000 millones de dólares (363.513 millones de euros al cambio actual) que llegaron a alcanzar hace dos años. Los últimos datos de la Reserva Federal estiman que rondan los 260.000 millones de dólares. Esta situación ha hecho que la entidad reduzca sensiblemente cuota de mercado frente a otros rivales y haya quedado en el noveno puesto en términos de actividades de consultor en compras y fusiones empresariales o suscriptor en recaudaciones de capital y deuda para distintos clientes en la lista de la consultora Dealogic, superado incluso por Wells Fargo.
Deutsche Bank se ha centrado más en clientes europeos que buscan acceso a los mercados estadounidenses que en incrementar su base de clientes al otro lado del Atlántico. En lo que llevamos de 2016, las actividades de banca de inversión del banco alemán solo suponen un 4,2% del mercado estadounidense, pero su marcha podría impactar en las operaciones de banca de inversión alemana a largo plazo, y que EE.UU supone cerca del 50% de los ingresos procedentes de la cartera global.
Aun así esta idea parece haber obtenido el visto bueno del gobierno alemán. La agencia norteamericana «Bloomberg» ha informado citando fuentes anónimas de Berlín que el gobierno Merkel considera ese paso «en la buena dirección» y «una medida proporcionada» de cara a la reducción de riesgo de su deuda y a la menor necesidad de provisión de capital.
La posibilidad de que Deutsche Bank se centre más en las necesidades corporativas de sus clientes alemanes en el extranjero complace a la industria y, en cualquier caso, se observa que la crisis del primer banco alemán está teniendo como consecuencia un giro proteccionista de los actores económicos alemanes. «Con una multa muy superior a las impuestas anteriormente, el Departamento de Justicia estadounidense está haciendo política industrial, está claro que quieren que en Wall Street sean los bancos estadounidenses los que mantengan una posición dominante en los mercados de capital y nosotros debemos actuar en consecuencia», explican fuentes del BDI.
[Fuente: Por Rosalía Sánchez, Abc, Madrid, 18oct16]
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