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01ago11
El Príncipe Felipe, al timón del 'CAM' en Mallorca
Cada vez que leo noticias sobre la CAM, me extraña que nadie haya reparado en que son las iniciales de Caja de Mallorca. Por ejemplo, tengo ante mí una foto en la que el presidente de la también llamada Caja del Mediterráneo, el hoy famoso Modesto -debería ser el nombre obligatorio de un banquero- Crespo visita en Palma a la tripulación del velero CAM. La instantánea corresponde al pasado verano, y la embarcación está capitaneada por el Príncipe Felipe.
¿El príncipe Felipe? Ni más ni menos, y la vinculación se prolonga durante una década. La navegación bajo esos colores puede ser comprensible en los años de la locura inmobiliaria pero, hace doce meses, algún alma bienintencionada en los pasadizos del Estado debió advertir a la Casa Real de que tal vez no era del todo conveniente la adscripción a la citada institución financiera, tardíamente intervenida por el Banco de España.
Todo ello en el supuesto de que ninguna de las personas que rodean al heredero lea la prensa en su tiempo libre. No estamos hablando de un vehículo utilitario, el velero de competición CAM costó un millón de euros, una cantidad que la caja podría haber invertido en taponar alguna de las vías de agua de su propio casco.
Hace exactamente diez años, y con el Príncipe en la caña, la embarcación de la entidad crediticia tomó el mano de la Copa del Rey mallorquina. Sin embargo, se quedó sin el triunfo final por una protesta del 'Caixa Galicia', un conflicto de intercajas que presagiaba confrontaciones posteriores.
Los amigos de la Monarquía
Felipe de Borbón no siempre navega en el 'CAM'. De hecho, no figuraba en su tripulación cuando ganó por primera vez la competición disputada en aguas Baleares, durante el agosto de 2005. Sin embargo, el velero está auspiciado por amigos íntimos de los hijos de los Reyes como el regatista olímpico Fernando León, y entre sus tripulantes se halla el rockero mallorquín Jaime Anglada, que anualmente ofrece un concierto en las instalaciones del Club Náutico con la asistencia de los Príncipes de Asturias.
En los años noventa, Sabino Fernández Campo interceptó una maniobra mediante la que Javier de la Rosa y Mario Conde -dos habituales de Mallorca, en casas flotantes o en tierra firme- pretendían sufragar la sustitución del antiguo yate 'Fortuna' de Juan Carlos de Borbón. Hoy se advierte la perspicacia del jefe de la Casa, que pagó su celo con la pérdida del cargo y que siempre se opuso a que empresarios privados pagaran a escote, por no hablar de tres millones de euros públicos, el yate hoy depositado en Mallorca.
La expresión favorita de Fernández Campo era "un Rey no acepta regalos". En alguna ocasión se ha destacado el presunto exceso de comercialización de la Familia Real durante las regatas, por la abundancia de marcas que imperaban en la Copa del Rey. El caso del 'CAM' -el velero, no la caja, aunque sean difíciles de distinguir- reaviva la polémica.
En campos menos frívolos, la CAM extendió sus tentáculos hacia Mallorca gracias a la devoción que Jaume Matas sentía por el entonces presidente valenciano Castellón de Zaplana, prolongada hacia su sucesor.
Cuando el PP pierde en 2004 por sus mentiras sobre el 11-M el poder que ahora se dispone a recuperar, el exministro Zaplana se instaló prácticamente en la isla, feudo de su discípulo que presidía el Govern autonómico.
Fue asiduo hasta que encontró su nuevo cargo, como creador de la tarifa Zaplana de Telefónica. Menudeaba hoteles de lujo tan acreditados como Son Vida o Mardavall. Y cómo olvidar el eje de la prosperidad, fundado por Esperanza Aguirre, Camps y Matas, cuya vertiente financiera contemplaba la fusión de la caja balear Sa Nostra con la mismísima CAM. Sic tránsit.
[Fuente: Por Matías Valles, El Confidencial, Madrid, 01ago11]
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