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10ene10
Reportan deterioro de la balanza comercial brasileña
Después de cinco años de resultados muy positivos, con saldos superiores a los 40.000 millones de dólares, la balanza comercial brasileña cayó por segundo año seguido y se redujo a 24.616 millones de dólares.
Ante la caída, el equipo económico del gobierno intentó "rescatar" ingresos por la exportación de energía eléctrica a Argentina en 2007, que no había sido contabilizada, para que el saldo del año pasado no fuera inferior al de 2008.
Pero, arreglos cosméticos aparte, eso no evita que se trate del peor resultado de todo el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, superior apenas al registrado en 2002, último año del gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
En 2003, y no exactamente por mérito del nuevo gobierno, el saldo dio un salto y se situó por encima de los 24.000 millones de dólares, para crecer en los años siguientes hasta alcanzar un máximo de 44.929 millones de dólares en 2005.
Esa sucesión de años favorables permitió que el país consiguiese almacenar reservas internacionales que actualmente superan los 230.000 millones de dólares, uno de los factores que permitió al país enfrentar la crisis de 2008.
La reducción del saldo comercial es sólo un aspecto, y tal vez no el más grave, de una serie de modificaciones no sólo cuantitativas sino cualitativas en el escenario del comercio exterior de Brasil.
Uno de esos cambios es la disminución de las exportaciones que, comparadas a las de 2008, cayeron 23,09 por ciento en 2009. Se trata de la mayor reducción desde 1953, cuando habían disminuido 36,8 por ciento.
En realidad, las exportaciones brasileñas sólo se habían reducido dos veces, desde 1990: 3,4 por ciento en 1998, como consecuencia de la crisis rusa, y 6,11 por ciento en 1999, como respuesta a la crisis asiática.
La reducción de 2009 afectó a todos los tipos de productos, encabezados por los manufacturados, que cayeron 27,3 por ciento, seguidos por los semimanufacturados con 23,4 por ciento y los productos básicos con 14,1 por ciento.
Para José Augusto de Castro, vicepresidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, el aspecto más importante de ese cambio es que el país volvió a ser principalmente un exportador de "commodities" agropecuarias o minerales.
Con esa disminución los manufecturados, que en 2008 habían representado 46,8 por ciento de las ventas al exterior, en 2009 se limitaron a ser el 43,7 por ciento de ellas. Y la tendencia parece acentuarse.
También hubo cambios significativos en los socios comerciales de Brasil. Estados Unidos dejó de ser el principal importador de productos brasileños, sustituido por China, que pasó a comprar 19.900 millones de dólares anuales a Brasil.
Las ventas hacia el gran consumidor de América del Norte, que en 2008 habían alcanzado un total de 27.600 millones, se redujeron en 2009 a 15.700 millones, superando por poco a las compras hechas por Argentina por 12.000 millones de dólares.
Además de esos, otros aspectos que ya se dejaban ver antes se acentuaron en 2009. El principal de ellos fue el tipo de cambio, ya que el dólar perdió en el año el 25,6 por ciento de su valor frente al real.
Con el real sobrevalorizado, el riesgo de que las exportaciones sigan cayendo es considerable, ya que eso reduce la competitividad de los productos brasileños en el exterior.
El hecho de que los exportadores brasileños reciban cada vez menos reales por los productos que venden al exterior es uno de los motivos de que las tasas de inversión del país sean muy inferiores a lo que necesitaría su desarrollo.
De Castro expreso temor de que, aunque las exportaciones vuelvan a crecer en 2010 como consecuencia de la recuperación de la economía internacional, las importaciones crezcan más debido al estímulo del dólar barato.
Las proyecciones de su asociación estiman para el final de este año exportaciones 11 por ciento mayores, para llegar a los 170.000 millones de dólares.
Pero también prevé que las importaciones lleguen a crecer 21 por ciento, estimuladas por el tipo de cambio, con un valor total de 175.000 millones de dólares.
Las cuentas del comercio, en ese caso, cerrarían con un déficit en la balanza comercial de unos 5.000 millones de dólares. Lo que haría a Brasil retroceder a las condiciones de mediados de la década de 1990, según los expertos.
[Fuente: Xinhua, Rio de Janeiro, 10ene10]
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