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04abr12
Argentina celebra el hundimiento de YPF para tomar el control a precio de saldo
YPF lleva semanas sufriendo en bolsa. La caída del precio de sus acciones asciende al 50% respecto al precio máximo alcanzado en 2012. Este miércoles la cotización de la petrolera argentina controlada por Repsol (tiene el 57% del capital) ha bajado hasta los 22 dólares por acción, cuando a finales de enero llegó a estar por encima de los 41 dólares. En sólo dos meses, la incertidumbre en torno a la compañía, sobre la que se cierne el interés del Gobierno de Cristina Kirchner por desplazar a la petrolera española como socio de referencia, ha hundido su valor hasta los 9.000 millones de dólares.
El desplome de YPF está directamente vinculado a recientes decisiones políticas argentinas. Durante las últimas semanas, distintos gobiernos provinciales (Neuquén, Chubut, Mendoza, Santa Cruz…) han retirado a la petrolera los derechos de explotación sobre más de una docena de pozos, el más importante y último, por ejemplo, el de Manantiales Behr, representa el 10% de su producción en el país. Mientras tanto, el mercado especula con la decisión de la Casa Rosada de nacionalizar o intervenir a la petrolera argentina, bajo pretexto de bien necesario o de riesgo de desabastecimiento.
De acuerdo con las últimas informaciones publicadas en Buenos Aires, el equipo de la presidenta Kirchner contempla un plan algo más ortodoxo para tomar el control de YPF que con la fuerza de la ley. Según esta hoja de ruta, la paulatina depreciación de la petrolera, rescisión de derechos mediante, permitiría que un consorcio de empresarios argentinos, apadrinados por el Gobierno, realizara una oferta pública para quedarse, al menor precio posible, con un porcentaje mayoritario. Una forma meditada para hacerse con el tesoro de YPF, por la que Repsol obtiene 400 millones vía dividendos al año.
El primer nombre en aparecer en escena ha sido el de Carlos Bulgheroni, dueño de Bridas, grupo a través del cual controla Pan American Energy, un empresario interesado en meter la cabeza en YPF desde hace años. En 2010, sin embargo, el candidato elegido por el difunto Néstor Kirchner para nacionalizar YPF fue la familia Eskenazy, dueños del grupo Petersen y principales banqueros de Santa Cruz, la provincia donde el expresidente argentino fue gobernador durante años antes de llegar a la Casa Rosada.
Los otros empresarios en salir a colación han sido la familia Rocca (Techint), Cristóbal López (Oil) y Eduardo Eurnekián (Corporación América), aunque no está claro que estén dispuestos a participar de manera conjunta para desplazar a Repsol como socio de referencia en YPF. Otra cosa es que la familia Eskenazy, que ha perdido el favor de CFK, esté dispuesto a soltar su participación del 25%, un porcentaje que compró en dos tramos gracias en parte a un préstamo de la compañía y para el que ofreció como garantía los dividendos de la petrolera, con una generosa política de retribución que este año modificará a la baja.
De momento, el esperado anuncio se hace esperar. El pasado lunes, festivo nacional en Argentina, la presidenta no hizo alusión en su discurso oficial algo referente a YPF. Eso no evitó que las acciones de la petrolera se desplomaran un 15% en la bolsa de Nueva York. Tampoco este desgaste está resultando inocuo para Repsol, para la que su filial argentina, como informó ayer a la SEC, representa la mitad de sus reservas probadas estimadas desarrolladas de petróleo crudo, condensado, gas natural y GLP, situación por la que el precio de sus acciones está ya por debajo de los 18 euros.
[Fuente: Por Carlos Herranz, El Confidencial, Madrid, 04abr12]
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