Campaña nacional e internacional por los derechos de los pueblos, Choco y Oriente Antioqueño
Introducción ForoLos convocantes de este Foro con el cual se inicia la "Campaña nacional e internacional por los derechos de los pueblos: Chocó y Oriente Antioqueño", expresamos nuestros más sinceros agradecimientos a todas y cada una de las personas e instituciones aquí representadas.
Gracias por estar aquí, en esta ciudad de Quibdó, en este rincón de Colombia, en este Chocó Biogeográfico, escenario de la mayor riqueza de biodiversidad del planeta por unidad de área, lugar donde durante miles de años han estado desarrollando sus vidas los Pueblos Indígenas como los Embera, Wounaan, Tule, Chamí, Katío, Awa, Eperara Siapidara. Espacio que vio llegar en condiciones inhumanas a los ancestros de las actuales Comunidades Negras o Afrochocoanas, las cuales durante casi cinco siglos han recreado su identidad como Pueblo en este territorio del Pacífico colombiano.
Hemos escogido este día, 18 de Noviembre, por que en él conmemoramos el primer aniversario del martitirio de nuestros inolvidables amigos IÑIGO EGILUZ TELLERIA y JORGE LUIS MAZO, muertos en un atentado que han querido simular de accidente los paramilitares o Autodefensas Unidas de Colombia, queriendo ocultar lo que es de público conocimiento, esto es, que la panga que envistió el bote donde venían Iñigo y Jorge Luis, partió del retén del paramilitar de Vigía del Fuerte, el cual se encontraba a escasos 200 metros del puesto oficial de la policía, y una vez cometido el atentado regresó a este mismo lugar, pasando por los comandos de policía de Bellavista y Vigía.
También hacemos memoria de nuestro amigo MIGUEL ANGEL QUIROGA, más conocido como "Michel", quien fuera asesinado a quemarropa, el 18 de septiembre de 1998, igualmente por un comando paramilitar o de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Como lo hemos dicho en distintos lugares y momentos, la mejor manera de honrar su memoria es no ser inferiores a su ejemplo, nuestra honra no puede ser otra que no descansar hasta que sus muertes no queden impunes.
Esta conmemoración se reviste de importancia, porque ellos estaban aquí compartiendo sus vidas con los Pueblos Indígenas y Afrochocoano, estaban asumiendo la causa justa de estos Pueblos por defender sus derechos que vienen siendo pisoteados durante centenares de años y que, en la actualidad padecen los efectos del conflicto social y armado que vive nuestro amado país.
Sus muertes son la muestra de la intolerancia absoluta. Todos ellos estaban convencidos que la solidaridad con estos PUEBLOS, debía ser la natural respuesta de cualquier ser humano ante el dolor, ante la orfandad, ante la avaricia de quienes quieren expulsar a los nativos de sus territorios para aumentar sus capitales.
Sus muertes se unen a la de tantos hermanos y hermanas de esta cuenca del Atrato, que el anonimato los pretende olvidar. La sangre de Jorge Luis, Iñigo y Michel, se regó en el Atrato al igual que la sangre de los inocentes que han sido víctimas de la furia paramilitar, del silencio cómplice de la fuerza pública o de la paranoica actitud de las fuerzas guerrilleras que ven enemigos y "sapos" en la población no armada.
Sus muertes reflejan el rechazo a los defensores de los Derechos Humanos, el rechazo y exterminio de los dirigentes populares, como fue la desaparición y posterior asesinato de los líderes de la Asociación Campesina Integral del Atrato-ACIA: Domingo Santos y Ricardo Hernández. O también el asesinato de los dirigentes indígenas CHAJITO, caídos en la masacre de los Paramilitares en Juradó el 8 de agosto de 1999.
Sabemos que nuestros mártires nos están escuchando aquí y allá, en este mundo y en el más allá. En el mundo de arriba, en el mundo de abajo y en el mundo medio, según la cosmovisión del pueblo Embera.
Desde aquí queremos decirles:
MICHEL, gracias por no haber ahorrado un minuto de tu joven vida ejercitando la caridad cristiana. Tu vocación religiosa en la congregación marianista, la viviste con tal intensidad al venir desde Bogotá a esta tierra chocoana y particularmente lloroseña. Tu sonrisa no se borrará de nuestras mentes, tu sencillez y tus ganas de amar serán para siempre el mejor regalo que nos has dejado.
JORGE LUIS, querido hermano. El Carmen de Atrato te vio nacer y crecer. Tú, chocoano de nacimiento y afroatrateño de corazón. Tu blanca piel quedó para siempre identificada con la piel del indio y del negro. Jamás nos quitarán la frescura de tus escasos cuatro años de sacerdocio de la Diócesis de Quibdó, jamás nos podrán arrebatar tus brazos abiertos para acoger a todos y a todas los que llegábamos a tu casa, que era la casa de todos. Esos mismos brazos que quedaron abiertos cuando te recuperaron en el río aquellos campesinos, dos días después del atentado del cual fuiste víctima.
Siempre conservaremos tu espontánea forma de hacernos reir y tus más claras críticas hechas con la calma y la paciencia que te caracterizaba.
No tenemos forma de agradecerte tu entrega. Tu testimonio nos da la fortaleza que siempre tuviste para afrontar los más duros y difíciles momentos vividos en Bojayá, Vigía y Murindó.
IÑIGO, tú eras el más joven de ustedes tres. Tenías escasos 24 años de edad. Tu corazón inmenso cruzó desde muy temprana edad el océano Atlántico y así saliste de tu natal ciudad de Bilbao del estado español, para solidarizarte con los Pueblos del Mundo. En particular con los pueblos indígenas de Chiapas y de Guatemala. Pasaste por Cuba y estuviste en el éxodo campesino de Barrancabermeja.
Los Pueblos Indígenas del Chocó, los Afroatrateños y los campesinos del Oriente Antioqueño, tuvimos la fortuna de conocerte desde aquel 30 de julio de 1999, cuando llegaste como cooperante de Hirugarren Mundua Ta Bakea-Paz y Tercer Mundo, hasta el 18 de noviembre del mismo año, en el que nos privaron para siempre del calor de tu mirada.
Tu identidad vasca, tu amor por el euskera y por la historia de tu Pueblo, nos hizo crecer el amor por nosotros mismos como Pueblos. Gracias querido hermano, que la solidaridad de los Pueblos que tu encarnaste renazca hoy para que los Pueblos Indígenas, Afrochocoanos y el Pueblo pobre de Colombia alcancen una vida digna y justa, mediante el ejercicio de su AUTONOMIA.
Convocantes de la Campaña.
Quibdó, 18 de Noviembre de 2000
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