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14abr11
Hugo Ulcué, una nueva víctima en el Naya
Después de participar en la conmemoración de los 10 años de la masacre del Naya, el hermano de una gobernadora indígena fue asesinado por desconocidos en una vereda de Buenaventura.
En la madrugada del pasado martes 12 de abril, en la vereda La Playa de Buenaventura, Valle del Cauca, fue asesinado con dos disparos en la cabeza Hugo Ulcué, una de las personas que recientemente había pedido verdad, justicia y reparación para las víctimas del Naya.
Antes de ser asesinado, el señor Ulcué participó en los actos de conmemoración que realizó la comunidad del Naya en memoria de las personas que fueron asesinadas y desaparecidas por paramilitares del Bloque Calima entre el 10 y el 13 de abril de 2001.
El señor Ulcué, junto con cientos de víctimas de la región del Naya, realizaron diferentes actos simbólicos desde el pasado fin de semana, que concluyeron este lunes con una audiencia en la que diferentes instituciones estatales les rindieron cuentas sobre el estado de los procesos relacionados con la masacre.
El cuerpo de la víctima, que era hermano de la Gobernadora del Cabildo La Playa - Alto Naya, fue dejado en un potrero cercano a la sede de la organización política como un “acto de advertencia”, señaló la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin).
La Acin recuerda que “Hugo fue una de las víctimas que con más insistencia y firmeza, cuestionó los mínimos avances del proceso jurídico que buscan esclarecer los hechos y los responsables de la masacre del Naya”.
La hermana de la víctima cuestionó que su ser querido fuera asesinado por “reclamar verdad y justicia”. Un miembro de la comunidad le dijo a VerdadAbierta.com que la víctima no tenía amenazas ni problemas personales, sino que era una persona dedicada al campo y un líder comprometido con la región y el Cabildo.
La fuente, que pidió mantener en reserva su nombre, también le dijo a VerdadAbierta.com que las personas que trabajan por las víctimas de la masacre del Naya han recibido constantemente amenazas y presiones. “La gente interesada en la reparación y titulación de tierras recibe presiones por medio de llamadas y mensajes de texto. El gobernador Elías Troches fue asesinado cuando salía de Timba, también fue asesinado el líder Alexander Quintero”, señaló.
Además, desde febrero de este año, la Acin, algunos periodistas y diferentes organizaciones de derechos humanos han recibido amenazas en correos electrónicos y panfletos de un grupo que se identifica como el Bloque Capital de las Águilas Negras.
Miembros de la comunidad consideran que el asesinato de Hugo Ulcué y las amenazas no pueden ser considerados hechos aislados.
Por estos hechos, las autoridades del Naya pretendían lograr el pasado lunes un acuerdo de nueve puntos con representantes Gobierno Nacional, pero como no asistieron, dicho documento no pudo ser firmado. En uno de los puntos demandan “garantías para los líderes y lideresas de las comunidades del Naya, en materia de prevención y protección. Garantías para sus vidas, para su trabajo con la comunidad y para ejercer su labor de Defensores de Derechos Humanos”.
La víctima será enterrada en la tarde de este martes en el Alto Naya y las autoridades indígenas exigen justicia para que se condene a los responsables de este hecho.
Otra víctima que fue asesinada después de una conmemoración de la masacre
La muerte de Hugo Ulcué ocurrió cuando ni siquiera se ha cumplido un año del asesinato de Alexander Quintero, el líder que coordinaba la Asociación de Víctimas de la masacre del Naya.
Quintero fue asesinado cerca de una estación de gasolina en Santander de Quilichao el 24 de mayo de 2010. Paradójicamente, el pasado sábado 9 de abril, Ulcué y varias víctimas del Naya sembraron una palma para que represente su vida y su lucha por los sobrevivientes de la masacre.
Alexander Quintero fue el líder de las diez Juntas de Acción Comunal del municipio de Buenos Aires, Cauca, y otras cinco de Buenaventura, Valle. Además, era considerado más que un líder porque hacía parte de la memoria histórica criminal de la región, debido a que padeció y recibió testimonios importantes sobre la manera cómo ocurrieron los hechos.
“Era tal su importancia y conocimiento del fenómeno de violencia que con su ayuda una brigada oficial integrada entre otros por la Fiscalía y demás entidades oficiales alistaban una visita de campo para realizar nuevas exhumaciones de fosas comunes”, señaló el año pasado el alcalde de Buenos Aires.
Casi un año después de su muerte no se conocen quiénes son los responsables del homicidio, pero hoy será enterrado otro líder más que luchó por los derechos de las víctimas. Después de 10 años de la masacre del Naya, los líderes comunitarios siguen siendo asesinados y los habitantes de la región continúan sitiados por la violencia de los distintos actores armados del conflicto de hoy.
[Fuente: Verdad Abierta, Bogotá, 14abr11]
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