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14 al 17jun01


La búsqueda de un líder del Alto Sinú.

Síntesis de prensa


La búsqueda de un líder del Alto Sinú.

El sábado 2 de junio, al caer de la tarde y a escasos 50 metros de la casa de los cabildos indígenas de la comunidad Embera Katío del río Sinú, tres hombres armados que se movilizaban en dos motocicletas, se llevaron a Kimy Pernía Domicó, el más importante dirigente de su pueblo y líder de la oposición de esta etnia ancestral al megaproyecto energético Urrá, en el departamento de Córdoba.

Desde entonces, más de mil indígenas katíos, chamíes o dobidás, unidos a los ancianos y curanderos del Alto Sinú, no dejan de exigir el regreso de Kimy. En Tierralta (Córdoba), se sumaron a su búsqueda los taitas, jaibanas y otros hermanos embera katíos. Desde Bogotá y otras ciudades del país, el Defensor del Pueblo, la Iglesia y múltiples ONG apoyaron este clamor. En Canadá y EU se han realizado marchas de protesta por la misma causa.

Pero Kimy Pernía Domicó, nieto del gran Jaibana Yari e hijo del cacique Manuelito, no aparece. Por eso, los embera katíos, apoyados por más de 400 indígenas de todo el país, tomaron la decisión de ir a buscarlo.

"Finca por finca, casa por casa, no quedará un solo rincón de las praderas de Córdoba donde no exploremos su rastro", comentó Armando albuena Goaurigú, presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC. Pero su misión ya encontró su primer obstáculo.

El gobernador de Córdoba, José María López Gómez, por medio de un decreto prohibió la marcha bajo el argumento de que en Montería se efectuará la Feria Ganadera y Artesanal, y en Tierralta es latente la posibilidad de que los indígenas sean atacados por los grupos armados. Pero la búsqueda de Kimy Pernía se mantiene, porque, como lo expresó Valbuena, "su vida es más importante que las vacas".

"Las estrellas serán sus aliadas nocturnas. El bramido lastimero del río Sinú, herido por la represa de Urrá, le ofrecerá sus frutos para alimentarlo. Los cantos de los ancianos, la risa de los niños, miles de brazos, seguirán las huellas de Kimy Pernía hasta dar con su paradero", expresó la ONIC, en una decisión que ha generado impacto nacional, porque se trata de una marcha espiritual donde no se responderán las agresiones, y las únicas armas serán los bastones, los símbolos de la dignidad embera katío.

Es la determinación de un pueblo indígena asentado entre el parque de Paramillo y el Alto Sinú, que desde siempre se opone al proyecto eléctrico Urrá, porque en sus creencias "Karagabí les confió la responsabilidad de conservar el agua y el bosque para los indígenas". Son 450 familias que siguen a Kimy porque él ha liderado la defensa de su pueblo en el Congreso, ante el Gobierno, o las máximas instancias de derechos humanos en Canadá o en Washington.

En dialecto embera, Urrá es una abeja pequeña. "Kimy es como esa abeja. Laborioso, fuerte, indomable", insistieron sus compañeros de resguardo. Por eso, ayer le pidieron al Presidente expedir medidas cautelares para protegerlo y al gobernador de Córdoba, entendimiento para asimilar que corren días preciosos para salvar a Kimy.

La lucha Embera

Kimy Pernía Domicó había viajado recientemente a Canadá para presentar ante un variado auditorio de organizaciones ambientalistas y parlamentarios las consecuencias que tendrá el proyecto Urrá.

Según las autoridades indígenas, su secuestro obedece a la osadía de mantener la dignidad de los pueblos y las tradiciones indígenas.

La comunidad Embera es una de las 84 etnias existentes en todo Colombia.

Según la Onic, la persecución contra los líderes y las autoridades indígenas ya ha costado la vida de más de 350 dirigentes.

A la marcha de los indígenas se han unido activistas de EU y Canadá.

[Fuente: El Espectador, Bogotá, 16jun01]

Militares y policías impiden la marcha indígena.

Tierralta, municipio del sur de Córdoba, y punto de concentración de los indígenas de todo el país, que pretenden marchar hacia montería continuará militarizado hasta el próximo lunes festivo, con la orden de no permitir la partida de los nativos, que exigen la liberación de su máximo líder internacional, Kimi Pernía Domicó.-

Así lo reafirmó el gobernador de Córdoba, Jesús López Gómez, al expedir un nuevo decreto que extiende la prohibición de la marcha por las falta de garantías de seguridad para que los indígenas realicen su movilización..-

El mandatario, objeto de una tutela por parte de la Defensoría del Pueblo, y de duros cuestionamientos de la ONG alemana Asociación para la Defensa de los Pueblos Amenazados, dijo: "Con mucho gusto, a partir del 18 de junio, cuando termine la Feria Ganadera, la marcha indígena tendrá todo el apoyo de mi gobierno y de las fuerzas del orden, pero en este momento, es imposible".-

[Fuente: Radio Caracol, 15jun01]

El gobernador de Córdoba ordena a la polícia y al ejército reprimir la marcha indígena.

El Gobernador de Córdoba, Jesús María López Gómez, ordenó a las autoridades de Policía y Ejército, no permitir el normal desarrollo de la marcha indígena que está prevista arribar a Montería hoy en horas de la mañana.

El mandatario indicó que pese a la solicitud hecha a los gobernadores de la comunidad Embera Katío, para que aplazaran la movilización hasta la próxima semana, debido a la falta de uniformados para garantizar su seguridad, estos decidieron continuar con la causa.

La actitud de los Embera obligó a López, mediante un decreto ordenar a los comandantes de los organismos de seguridad, impedir la movilización de los aborígenes hacia la capital, debido a que a partir de hoy se da inicio a las festividades de la ganadería que se extenderán hasta el próximo lunes 18 de junio.

Recalcó que se solidariza con la causa de los indígenas, pero aclaró que no puede permitir que ante la falta de personal uniformado, la marcha sea aprovechada por desconocidos para protagonizar actos vandálicos.

"Le solicité a los comandantes de Policía y Brigada, para que informen a los organizadores de la marcha sobre el contenido del decreto que se va a cumplir y hay que cumplirlo", expresó el gobernador.

Se mostró esperanzado en que tanto los Embera, como las delegaciones que esperan participar de la movilización, entiendan las razones que lo obligan a adoptar la medida, sin embargo, fue enfático en afirmar que hay que cumplir la ley.

"La orden es que no hay marcha. Si intentan a la fuerza, haremos respetar el decreto", puntualizó López Gómez.

Por su parte, Braulio Domicó, uno de los líderes del resguardo Embera, aseguró que pese a la advertencia del gobernador, cumplirán con su jornada de protesta porque para ellos es más importante la liberación de su máximo líder Kimy Pernía Domicó, que la propia Feria Ganadera.

"Rechazamos la posición del gobierno departamental, frente a los temores de que nuestra movilización pueda opacar algunas manifestaciones culturales, como el Reinado y la Feria de la Ganadería", indicó Domicó.

"Es más importante para las autoridades departamentales celebrar este evento, qué exigir la liberación de una persona secuestrada", puntualizó el vocero de la etnia en respuesta a la posición del gobierno seccional.

[Fuente: El Universal, Cartagena, 14jun01]

El Gobernador de Córdoba recibe numerosas críticas ante su decisión de prohibir la marcha indígena.

Una lluvia de críticas, cuestionamientos y hasta tutela, recibió el Gobernador de Córdoba, Jesús María López Gómez, ante su decisión de prohibir la realización de la marcha programada por los indígenas del pueblo Embera desde Tierralta hasta la ciudad de Montería, en señal de protesta por el secuestro de su líder Kimy Pernía Domicó.

La Defensora del Pueblo en el Departamento, María Milene Andrade García, instauró ante el Juez Penal Municipal, una acción de tutela luego de conocido el decreto 0482 de la gobernación donde se declara la marcha ilegal hasta el próximo lunes 18 de junio.

Según Andrade, las razones que expone el mandatario cordobés, no justifican que no se pueda disfrutar del derecho a reunirse y protestar como lo pretenden hacer los Embera.

"Hay que analizar el contexto de cuales son los derechos fundamentales y cuales se pretenden limitar", sostuvo la defensora del pueblo al referirse a la situación.

Agregó, "Los mandatarios en aras de preservar el orden público, pueden prohibir las movilizaciones, pero a juicio de nuestra entidad el hecho de que se realice una feria ganadera no es razón suficiente para que se suspenda el ejercicio de una garantía como es el derecho a reunirse, protestar y expresarse masivamente contra la violencia".

Manifestó que lo importante en un proceso de esta naturaleza, es sintonizar el respeto de las garantías y los derechos constitucionales con la toma adecuada de decisiones administrativas.

Por su parte, el Gobernador López Gómez, dijo que su único interés es preservar la seguridad de todos los cordobeses y que sería irresponsable de su parte, permitir la realización de una actividad como la marcha indígena sin las garantías necesarias.

Al referirse a la determinación de la defensora, sostuvo "Ella está cumpliendo con su deber dentro de su criterio. Si en caso hipotético la justicia falla a su favor, será ella la responsable de controlar la situación de orden público y de lo que pueda ocurrir en el departamento y la sociedad en general".

Ayer varias organizaciones humanitarias internacionales, sentaron su voz de protesta ante el gobernador, por la medida adoptada.

Es el caso de la Asociación para la Defensa de los Pueblos Amenazados, con sede en Goettingen, Alemania, que a través de su representante, Theodor Rathgeber envió una misiva a López.

Por otra parte, los organizadores de la marcha, decidirán hoy en una reunión que sostendrán con los gobernadores de las comunidades que arribaron ayer de otros departamentos, la hora cero de la movilización.

Los gobernadores, quienes partieron de Medellín en compañía de más de cien miembros de sus comunidades, arribaron en horas de tarde de ayer a Tierralta, donde esperan conformar la gran masa indígena para partir hacia Montería.

[Fuente: el Universal, Cartagena, 15jun01]

La lucha valerosa de setecientos indígenas

Hace quince días los paramilitares secuestraron al líder indígena Kimy Pernía Domicó, vocero de la comunidad embera del Alto Sinú. La semana pasada, con el respaldo de otras poblaciones indígenas y de varias ONG internacionales, los embera iniciaron la búsqueda. Es una historia de violaciones a los derechos humanos.

A Lucindo Domicó lo desaparecieron un día de abril de 1999. Dos hombres armados entraron a la fuerza a su casa, en Tierralta (Córdoba), y le dispararon. Desde entonces -cuentan- el río Sinú baja tormentoso y crecido por el llanto que derraman sus hermanos embera.

Lucindo era uno de los voceros de esta etnia frente a las negociaciones con la empresa Urrá. No pasaba de los treinta años, era activo y hablaba duro.

Antes de él, las balas de los violentos se llevaron, también, a los líderes embera Alonso Domicó Jarupia y Alejandro Domicó Jumí.

A Kimy Pernía Domicó, único vocero sobreviviente de los embera del Alto Sinú, lo secuestraron los paramilitares hace quince días cuando regresaba de un congreso indígena. Por eso hoy, bajo un enorme árbol de Jenené en el centro de Tierralta, su pueblo clama a los dioses para que lo regresen vivo.

Kimy es nieto de Yari, cacique embera katío fundador de las comunidades del Alto Sinú y gran Jaibaná. Es hijo de 'Manuelito', también cacique y quien le enseñó que "un indígena sin territorio no es un indígena".

Nació en la comunidad de Begidó, la más grande y más importante del Alto Sinú, sobre el río Esmeralda.

Cuentan que, adolescente todavía, Kimy acompañó a 'Manuelito' a Tierralta a vender plátano, gallinas y cerdos. Allí conoció a Gordon Horton, un misionero 'gringo' "hastiado de atormentar las almas indígenas con doctrinas ajenas a su cultura", según sus propias palabras. De Horton, el 'gringo', Kimy aprendió el español.

Luego, decepcionado por la justicia del hombre blanco (kampunía), Kimy se internó, solitario, en las selvas vírgenes del río Esmeralda. Decía que quería alimentar su espíritu y honrar a la naturaleza. Sus hermanos emberas lo llamaron 'Príncipe de la selva'.

En las marañas del Esmeralda aprendió de la firmeza de los troncos que tocan la punta del cielo. Supo que hay que buscar la luz en medio del bosque con una paciencia sin límite. Entendió que las batallas se ganan con la palabra y no con las armas.

Hasta allí fueron a buscarlo los emberas para que impulsara la lucha del pueblo ante la amenaza de que su territorio fuera inundado por la represa de Urrá. Compartía esa tarea con Lucindo Domicó.

En 1995 organizó el Do Wambura (Adiós Río). Mil emberas recorrieron el lecho del Sinú, desde el Resguardo de Karagabí hasta Lorica, para presionar al Gobierno y a la empresa Urrá a que los escucharan.

Decían que su territorio era ancestral, que el bloqueo del río sería como un latigazo a su cosmovisión y que la inundación acabaría el pescado en la zona, su principal sustento. Lograron la firma de un acuerdo y se tomaron la embajada de Suecia en Bogotá porque consideraron incumplido el pacto.

Kimy fue gestor, también, de la marcha de doscientos emberas hacia Bogotá, en diciembre de 1999. Durante más de cuatro meses permanecieron en los jardines del Ministerio del Medio Ambiente presionando, nuevamente, que fueran escuchados.

Kimy -dicen sus hermanos- representa la lucha embera contra los efectos de la inundación. Es un auténtico pedagogo de su pueblo: los ilustra sobre los procesos de la lucha como contando historias sin fin; se pinta el rostro con zumo de kipara; usa okama (tapapecho) y collares de chakiras y tiene, como sus ancestros, dos dientes frontales forrados en oro.

Asá estaba el pasado 2 de junio cuando tres hombres lo secuestraron, cerca de los cabildos indígenas de Tierralta. Desde entonces, cientos de emberas de Córdoba, Antioquia, Chocó y Risaralda, y paeces de Cauca y Valle del Cauca se movilizan en su búsqueda.

El viernes en la madrugada 700 de ellos llegaron a Tierralta, en silencio, y guindaron sus hamacas entre los laureles del parque Santiago Carnaval. Desde las calles de Medellín los acompaña una gran pancarta que dice: "en defensa de la vida, el territorio y la cultura: vamos por Kimy".

Mientras las mujeres de rostro y piernas pintadas con kipara preparan la carne para sus compañeros, Alberto Achito, de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), recorre de memoria el mapa de los resguardos indígenas en el país y asegura que todos están amenazados por los actores en conflicto.

Cuenta que, incluso, resguardos de Putumayo deben pedirles permiso a la guerrilla y a los paramilitares para salir de su zona. Dice que otros están sometidos a bloqueos inmisericordes de los paramilitares, que impiden el paso de alimentos y medicinas porque creen que van a abastecer a la guerrilla, asentada, como ellos, en las montañas. Y si los indígenas permanecen más de 15 días en los cascos urbanos, son acusados por los guerrilleros de informantes de los 'paras'.

No sabe cuántos de ellos han sido desplazados. Pero advierte, en medio del ollín que despide el fogón de cuatro leños, que para sobrevivir a las amenazas se desplazan de resguardo a resguardo porque si corren hacia los centros urbanos son amenazados por los paramilitares, que los consideran guerrilleros.

En voz baja remata: "Es que no quieren entender la autonomía de los pueblos indígenas. No quieren entender que no queremos tomar partido por ningún actor violento. No quieren comprender que solo queremos vivir en paz en nuestras tierras".

[Fuente: Nubia Camacho Bustos enviada especial de El Tiempo, Tierralta (Córdoba), 17jun01]

Los crímenes sistemáticos contra la población civil son crímenes contra la humanidad y no sólo crímenes de guerra.


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Este documento ha sido publicado el 17jun01 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights