EQUIPO NIZKOR |
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20ene03
Persiste la acción militar a través de la estrategia armada encubierta de tipo paramilitar contra las Comunidades del Jiguamiandó.
Informe Ejecutivo12
Consejo Comunitario del Jiguamiandó, Familias de Curbaradó1. Viernes 17 de enero, hacia las 14:30 horas se escucharon 6 disparos en dirección del sitio conocido como Urada ubicado aproximadamente a 45 minutos del poblado de Puerto Lleras. El sonido de los tiros de fusil alertó a la población.
Hacia las 19:00 horas se conoció el movimiento de un contingente de cerca de 200 hombres armados, vestidos de camuflado, que participan en las estructuras armadas encubiertas.
2. Sábado 18 de enero a las 9:30 horas algunas personas de la comunidad de Puerto Lleras que se encontraban recogiendo plátano cerca del caserío original de su habitación, observaron a un hombre vestido de camuflado y arma de fusil quien al instante se ocultó entre los arbustos.
3. Ese día entre las 13:00 y 13:30 horas, los habitantes de la comunidad de Puerto Lleras escucharon 4 disparos cerca del lugar donde se encuentran refugiados, margen izquierda del río Jiguamiandó.
Desde el momento en que escucharon los disparos, los miembros de la comunidad, más de 100, la mayoría de ellos menores de edad, decidieron reunirse en la escuela para evaluar la situación que se estaba presentando.
Cuando se encontraban los pobladores en esta discusión, hacia las 14:00 horas, llegaron aproximadamente 19 hombres con armas largas y cortas, algunos vestidos de camuflado completo y otros con pantalón camuflado y camiseta negra, algunos de ellos portando brazaletes de las "AUC". Los armados ingresaron en dos grupos, rodeando el caserío, con la pretensión de evitar la búsqueda de refugio de los pobladores en la selva.
Alguno de los armados gritó a la comunidad: "uno de estos h.p está bueno para darle 40 machetazos". Otro hombre instaló en el centro del caserío una arma con un tubo de más de tres pulgadas, al parecer una bazuca, apuntando en dirección de la escuela en la que estaba concentrada la comunidad. Otro manifestó: "matamos 2 vacas, necesitamos 10 costales para llevar la carne y vayan ustedes por carne".
Entre, los "civiles" armados participaron algunos de los que actuaron en la incursión del 5 y del 7 de enero pasado, en la que algunos se encontraban con insignias de la Brigada XVII.
Uno de los comandantes ordenó al resto de los "civiles" vestidos de camuflado, que se ubicarán detrás de las casas y a otros que revisara casa por casa, y de encontrar algún poblador, la orden era traerlo a la escuela.
Antes de ordenar a toda la comunidad de Pueblo Lleras que se mantuvieran en la escuela, algunos de los "civiles" armados, obligaron a un afrodescendiente dirigirse a una casa ubicada a 30 metros de la escuela. Allí lo obligaron a sentarse e iniciaron a interrogarlo:
"Usted son cómplices de la guerrilla, ustedes saben quien colocó las minas quiebrapatas en el camino de Urada a Puerto Lleras?(…)" "¿Cuánto hace que vinieron los milicianos aquí? (…). "Qué tiempo se gasta de aquí a Pueblo Nuevo, a Nueva Esperanza, a Murindó por tierra, por agua, a Remacho? (…) Estuvimos en el caserío de Pueblo Nuevo, ¿por qué no hay nadie allí? (…) "Pueblo Nuevo está en cambuches como ustedes o hay han construido un pueblo oficial?" (…) "Cuál es la opinión de las comunidades que están de este lado del río? Ustedes tienen que cruzarse hasta el otro lado, nosotros tenemos que pasarnos a este lado pero ustedes no pueden estar aquí. Las comunidades deben reunirse y acordar cuando van a cruzar porque se les van a dañar las casas (…). "Hay mucha población civil, porque salen corriendo y entonces toca matarlos. Porque disparamos al que corra y el que no la debe que no la teme.(…) Hemos matado mucha gente, principalmente campesinos trabajadores. Antes matábamos por que nos pagaban para matar gente, pero ahora es distinto queremos borrar la mala imagen que tenemos de matones. Tenemos mucho que conseguir por este monte pero la población civil no nos deja. En el otro lado del río, no tenemos ya nada que hacer, ya lo tenemos controlado, cuando la población civil se vaya al otro lado donde vivían antes actuaremos porque tenemos que llegar hasta Murindó. (…), "somos 200 hombres , tenemos nuestro campamento en Urada, allí los carros nos traen la comida (…) "Vamos a pasar comunidad por comunidad, a Pueblo Nuevo, a Cuatro Tapas (Nueva Esperanza) y a Remacho, a decirles lo mismoque les estamos diciendo a ustedes (…). ¿De quién es el ganado que está por acá cerca? (…) "¿Cuál es el líder de la comunidad?" (…) "Usted va a Murindó, Riosucio o Carmen del Darién a sus vueltas? Vaya mejor a Pavarandó a mercar, la carretera está lista, nosotros la hicimos y los civiles de cualquier comunidad no tienen problema para movilizarse por allí" (…) El Carmen del Darién es nuestro allá se dan ayuda con alimentos?". Ustedes no tienen problema para salir, vayan a Carmen del Darién, allí nosotros mandamos" ( …) El motor se abeleo porque estaba huyendo un guerrillero (…)
Posteriormente se le acercó otro paramilitar armado, y le expresó al afrodescendiente: "¿De dónde es usted? (…) "Usted no es de aquí, lárguese que aquí no hace nada. Vaya a La Hacienda La Secreta que allí hay trabajo muy bueno y desde el primer mes se ve el billete. Si quiere irse diga cuantos son en su familia y se va con nosotros, el camino está libre para que salga el que quiera, si quiere salga con nosotros".
El integrante de la comunidad de Puerto Lleras, ante el interrogatorio de los "civiles armados" expresó:
"Si usted sabe en dónde y cómo están los caseríos para qué me pregunta? Aquí no hay milicianos. Ustedes lo saben. Nosotros no nos vamos a cruzar hasta que no veamos, que es lo mejor. Eso no es por ahora, no sabemos cuando será".
En la escuela donde se encontraba reunida toda la comunidad, les manifestaron:
" váyanse a vivir al otro lado del río, a su pueblo" (…)," nosotros vamos a seguir viniendo a controlar este territorio, no tengan miedo".
(…) Si hay milicianos aquí, que se vengan con nosotros…. allá hay bastante trabajo para todos en la finca La Secreta en Pavarandó, váyanse allá, allá los esperamos".
(…) "Qué hacen de este lado?. ¿Quién los hizo pasar para acá?" (…) "cualquiera se puede poner un camuflado y pasar como de las AUC.
Nosotros ya no hacemos lo de antes. Pásense a su pueblo por que cuando nos pasemos por acá no queremos verlos en este lado. En un año mas o menos vamos a registrar toda esta zona, perseguimos a la guerrilla, vamos a seguir viniendo somos 200 hombres y tienen que acostumbrarse a vernos, la próxima vez vienen el Perro y La Araña, aquí ahora estamos H 20 y Guayacán" (…)Sabemos que los misioneros están por aquí, cada cuánto vienen …
La comunidad de Puerto Lleras, le respondió a los armados: "de aquí no nos vamos" (…) aquí no han estado miliciano, ni hay milicianos" (…) "Ustedes fueron los que nos sacaron de nuestro pueblo. El territorio nos fue titulado a nosotros"(…) "Los misioneros están por aquí acompañan"
La reunión duró aproximadamente 20 minutos.
Los armados sustrajeron dos radios transistores AM y FM, 1 linterna, 1 mechera, 1 desodorante y ropa interior de algunos jóvenes de la comunidad.
Después de una hora de presencia en el caserío, los civiles armados abandonaron el caserío.
4. El domingo 19 de enero, a eso de las 14:30 horas, cerca de 25 hombres de las FARC EP estuvieron presentes en el extremo del caserío donde se encuentran refugiadas las familias de Puerto Lleras. Los guerrilleros se retiraron del lugar cuando uno de los acompañantes se los solicitó.
Estos manifestaron que comprendían la situación y respetaban la decisión de la comunidad
Persiste la ofensiva armada contra los habitantes de la cuenca del río Jiguamiandó y familias de Curbaradó que se encuentran refugiados en varios poblados a lo largo del río de este nombre y sus afluentes, desde el primer y segundo semestre del 2001.
Desde el segundo semestre del 2002, los anuncios y las amenazas de incursión denunciadas por las comunidades afrodescendientes, mestizas y resguardos indígenas no han sido atendidos por el Estado colombiano. Las desapariciones forzosas, los asesinatos selectivos, las retenciones, el control y el bloqueo económico, la crisis humanitaria de alimentos, de salud integral, las perdidas en la producción de pan coger- las recientes incursiones de control social armado y la presión a participar en formas.
Hasta el día de hoy, la respuesta gubernamental es inexistente. A pesar de la adopción de las medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en noviembre pasado. Se sigue desarrollando la acción militar a través de la estrategia armada encubierta de tipo paramilitar, bajo el pretexto de acciones contra insurgentes frente a las FARC EP.
Se pretende un control militar y social de la población, su vinculación a proyectos agroindustriales como el de la Palma Aceitera o a las estrategias armadas que se desarrollan desde el año 1.996 en la región en fincas como La Secreta reconocidas públicamente, incluso por la prensa nacional e internacional, como bases paramilitares, tanto como en Las Brisas, en Mutatá, Riosucio, Carmen del Darién, sitios de fortalecimiento militar, al lado de bases militares regulares adscritas a la Brigada XVII y también de unidades policiales en los cascos urbanos.
Las comunidades persisten en su deseo de no abandonar el territorio a pesar de la fuerte presión militar, de afirmar sus derechos sin el uso de la fuerza, de negarse a participar en proyectos armados y agroindustriales
Hasta el momento, no ha sido posible lograr la expresión de la mínima voluntad estatal para impedir este destierro, evitar la destrucción de los proyectos de vida de las comunidades en medio de la guerra, generar las garantías de respeto a la vida y a los derechos territoriales. Es evidente no solamente la omision, que es ahora comision por omision, sino la complicidad y la responsabilidad directa del Estado. La crisis humanitaria es profundamente grave.
Bogotá, 20 de enero del 2003
Comision Intereclesial de Justicia y Paz
DDHH en Colombiar
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