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18sep15
Esto dice la sentencia contra Feliciano Valencia
Desde que se conoció que el líder indígena Feliciano Valencia fue condenado a 18 años de prisión por el secuestro del cabo tercero Jairo Chaparral, las comunidades indígenas del Cauca han señalado que esa decisión violó la jurisdicción especial y contribuyó a criminalizar la protesta. Sin embargo, hasta ahora no se conocían los detalles de esa sentencia, que ha suscitado una enérgica reacción de las organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, y un pronunciamiento de "Pastor Alape", miembro negociador de las Farc en Cuba. ¡PACIFISTA! conoció el documento de 47 páginas, elaborado por el magistrado Jesús Eduardo Navia Lame, del Tribunal Superior de Popayán.
En él, y tal como se esperaba, se abordó el tema de la jurisdicción especial indígena, que les permite a esas comunidades impartir justicia en sus territorios. El Tribunal resaltó que los indígenas no podían juzgar a una persona ajena a sus comunidades y que la retención de Chaparral, señalado de ser un "infiltrado" del Ejército, había sido "ilegal". En cuanto a Feliciano Valencia, al Tribunal le bastó con que ese líder indígena hubiera presidido la asamblea en la que se castigó al cabo por "infiltrar" la Minga del Cauca.
Para la corporación, "es evidente la participación que tuvo Valencia en la continuación de la retención del soldado Chaparral", porque decidió dirigir la asamblea pese a que "estaba enterado de dicha privación de la libertad y de que no se trataba de un miembro de alguna comunidad indígena".
Además, el Tribunal determinó que Valencia no participó en la detención, pero aseguró que su liderazgo en esa reunión era prueba suficiente de que había prolongado la retención del soldado. Por eso, lo condenó a 18 años de prisión.
En el fallo también se pidió investigar a las autoridades indígenas del Cauca y al juez que absolvió a Valencia en primera instancia, por haber permitido que prescribiera el delito de lesiones personales por el que también se procesaba a ese líder indígena. Estos son los testimonios que analizó el Tribunal en la dura sentencia contra Feliciano Valencia. Lo que dijo el cabo Jairo Chaparral
Según el cabo Jairo Chaparral, el 14 de octubre de 2008 terminaban las vacaciones que le había concedido el Ejército. Por eso, ese día salió de su casa de Timbio, rumbo al Meta, donde estaba adscrito al batallón de contraguerrilla Libertadores del Llano. Una vez en la vía Panamericana, se encontró con el bloqueo que realizaban miles de indígenas para rechazar la violencia contra sus comunidades.
Como el tráfico estaba paralizado, el cabo se bajó del vehículo en el que se transportaba y se metió "por un lugar al lado izquierdo de la vía", donde fue retenido por cuatro indígenas. Aseguró que "dicho grupo estaba enfurecido porque habían golpeado a sus integrantes" y que "lo agredieron con palos y machetes, a pesar de que él les explicó que era soldado". Luego, según él, lo subieron a un carro donde lo "golpearon" y "humillaron", y lo llevaron a una casa donde "había una jaula de hierro pequeña, en la que lo encerraron". Al día siguiente, "lo interrogaron, preguntándole para quién trabajaba o si cumplía órdenes, permaneciendo el resto del día y la noche" encerrado en la "jaula".
Al tercer día lo llevaron a una cancha de fútbol, donde miles de indígenas, liderados por Feliciano Valencia, lo castigaron a fuetazos. Según Chaparral, Valencia "fue quien dirigió la entrada de todos los que lo llevaban, para que no lo siguieran humillando, ni le lanzaran más cosas, diciéndoles que bajo las leyes de la comunidad indígena él tenía que ser castigado". Más tarde, dice el soldado, lo bañaron "con 'agua de remedio'.
Luego le pegaron con ramas en las manos y, finalmente, le propinaron nueve latigazos en los pies, dejándole serias lesiones. Después lo llevaron y lo entregaron a dos personas 'gordas' y al personal militar, que lo trasladó a Popayán". El cabo también dijo que denunció esos hechos porque no hace parte de las comunidades indígenas y nadie tenía derecho a "detenerlo" ni a "humillarlo". Por los latigazos que le propinaron, un perito le otorgó 25 días de incapacidad.
Lo que dijeron los indígenas
El 14 de octubre de 2008, el guardia indígena Arcadio Aguilar detuvo a "un muchacho" que estaba vestido de civil y que se había saltado el bloqueo que los indígenas efectuaban sobre la vía Panamericana. Cuando le preguntó a qué se dedicaba, el joven le dijo que era vigilante y que iba para Cali. Como no pudo demostrarlo, Aguilar le requisó el maletín que llevaba y le encontró un equipo de comunicaciones, un camuflado completo sin distintivos, un toldillo, una carta de marcha y una libreta que tenía convenciones relacionadas con armamento.
Se trataba del cabo Jairo Chaparral. Como le encontró material de guerra, Aguilar lo retuvo y se lo entregó a la Comisión Política de los indígenas. Según él, si Chaparral "hubiera dicho que era soldado, lo habría mandado con un guardia y lo habría dejado pasar, tal y como había hecho en la mañana con otros 20".
La "mentira" y el material incautado suscitaron sospechas entre las autoridades indígenas, que estaban alerta tras las declaraciones del gobierno de Álvaro Uribe, según las cuales las protestas estaban infiltradas por la guerrilla.
Entonces, para esclarecer los hechos, crearon una Comisión de Investigación, a la que se vincularon, entre otros indígenas, Ana Debia Secue. Según ella, Chaparral "dijo que pertenecía al resguardo de Quintana, donde vivía su familia", y dio varias versiones sobre los motivos de su permanencia en la zona. "Dijo que iba a comprar una droga y luego que estaba de permiso, siendo cuestionado por qué entonces llevaba prendas militares".
Más tarde, la Comisión elaboró un informe en que el que quedó consignado quién era, de dónde venía, cómo estaba conformada su familia y qué elementos portaba el soldado Jairo Chaparral. El documento les fue entregado a las Autoridades Indígenas, quienes el 16 de octubre lo pusieron en conocimiento de la multitudinaria asamblea que presidió Feliciano Valencia.
La misma que determinó que el soldado debía ser "remediado" por "irrespetar el territorio" Nasa. Según los indígenas, Chaparral "quería montarles un 'falso positivo', llevando prendas militares que habían podido indicar luego que eran de un grupo insurgente". Las declaraciones de los indígenas fueran respaldadas por Víctor Javier Meléndez, quien en la época de los hechos era el defensor del Pueblo del Cauca.
Meléndez dijo que el soldado les aseguró a las Autoridades Indígenas que pertenecía al resguardo de Quintana y que, a través del comandante del Batallón José Hilario López, le había hecho saber "que él salía solo de ese problema y que no requería a la Defensoría".
El exfuncionario también fue enfático en que el Ejército se negó a suministrarle el documento que demostraba que el cabo se encontraba de vacaciones, con lo cual habría podido conseguir su liberación.
Lo que dijo el juez que absolvió a Feliciano Valencia
En marzo de este año, en sentencia de primera instancia, el juez primero penal de Popayán absolvió a Feliciano Valencia por el delito de secuestro. En esa oportunidad, el juez determinó que "el comportamiento del cabo Chaparral atentó contra las comunidades indígenas" y que "el militar reconoció ser integrante de alguna población indígena", lo cual legitimaba el castigo que le habían impuesto.
Además, que la Fiscalía no pudo comprobar que Valencia haya ordenado la detención o que fungiera como superior del guardia Arcadio Aguilar. Además, que tal como señaló la Procuraduría, el castigo se trató de un "acto propio de una jurisdicción especial como la indígena", por lo cual Valencia no podía ser condenado por esos hechos.
Sin embargo, el Tribunal de Popayán no estuvo de acuerdo y revocó la sentencia. Este jueves, en una reunión convocada por el Consejo Regional Indígena del Cauca, los indígenas anunciaron que llevarán el caso ante la Corte Suprema de Justicia, donde esperan que Valencia sea declarado inocente.
[Fuente: Por María Flórez, Pacifista, 18sep15]
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