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17ago15


En el primer semestre de 2015 fueron asesinados 34 defensores


Senén Namundia murió al recibir un disparo de escopeta. Era jaibaná, líder espiritual de una comunidad embera chamí de Risaralda. El cuerpo de Camila Flores fue encontrado con signos de tortura el 9 de enero a las afueras del municipio San Marcos (Sucre). Era transexual y trabajaba en campañas contra la discriminación de la comunidad LGBTI y en la prevención del sida. Luis de Jesús Rodríguez y Adenis Jiménez, su compañera sentimental, fueron atacados a machete en su casa en Puerto Asís (Putumayo) y rematados con disparos. Rodríguez era el fiscal de la Junta de Acción Local de la comunidad La Española.

Namundia, Flores, Rodríguez y Jiménez forman parte del listado de 34 defensores que fueron asesinados entre enero y junio de este año, según el registro del Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores de Derechos Humanos (Siaddhh) de la ONG Somos Defensores. También se registraron 399 denuncias por agresiones contra miembros de esta colectividad , 105% más de las reportadas en el mismo período de 2014.

Las amenazas son, con 83%, las primeras en la lista de agresiones, seguidas por los homicidios, con 9%, y los atentados, que correspondieron al 6% de esos 399 ataques. En promedio, entre enero y junio de 2015 fueron agredidos diariamente dos defensores y cada cinco días fue asesinado uno de ellos. Los homicidios aumentaron, hubo cuatro más que en 2014. Y las amenazas se triplicaron.

"Los nadies, que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata". Los nadies es el nombre con el que Somos Defensores bautizó este informe, usando el mismo título de un poema de Eduardo Galeano para resaltar la situación: falta de garantías en su seguridad, denuncias inútiles y amenazas y homicidios impunes. De los 34 líderes asesinados, nueve eran indígenas. Camila Flores no fue la única líder de la comunidad LGBTI asesinada; otros cuatro fallecieron a manos de sicarios. A esa lista se suman cuatro líderes comunitarios, tres campesinos y dos periodistas.

El informe alerta sobre tres factores que surgen en el mismo Estado y afectan a los defensores: carencia de resultados en investigaciones, trabas en la prestación de mecanismos de protección y la disposición de sistemas de inteligencia por parte del Gobierno. Según Los nadies, de las 27 denuncias por amenazas colectivas en el primer semestre del año, ninguna investigación ha mostrado un avance significativo. Aún más, de los 219 homicidios de defensores ocurridos entre enero de 2009 y junio de 2013, el 95% no pasó de la etapa de investigación preliminar. Un solo caso cuenta con una sentencia en firme contra los responsables.

Estas cifras demostrarían que los delitos que se cometen contra defensores quedan en la impunidad. Aunque las investigaciones o los procesos judiciales de seguimiento a las agresiones ocurridas en 2015 no han determinado nombres de los responsables de los hechos, el registro dice que en el 72% de los casos (289) los presuntos responsables son paramilitares.

En cuanto a las medidas de inteligencia, el informe indicó que el uso de mecanismos de interceptación por parte de las autoridades pone en peligro a los defensores, pues existen varios ejemplos que demuestran la vulnerabilidad a la que están expuestos. Por ejemplo, la captura a principio de este año de varios miembros de la Policía que están siendo procesados por vender información a la organización la Oficina de Envigado.

Algunos de los 34 líderes asesinados…

Los asesinos de Juan David Quintana Duque no usaron un arma convencional. Más de 20 disparos se escucharon a las nueve de la mañana del 27 de mayo en el barrio Popular II de Medellín. Se cree que usaron una subametralladora para acabar con la vida del joven que hacía parte de la Mesa de Derechos Humanos del Valle de Aburrá y era activista de la Comuna 6, donde trabajaba en el grupo denominado Núcleo del Pensamiento. Además era trabajador de la Red de Bibliotecas de Medellín.

Paloma es el nombre que Éder Mieles escogió cuando decidió transformarse. A medianoche del 17 de junio recibió un disparo cuando se encontraba en el parque de San Marcos (Sucre). Tenía 28 años y hacía parte del mismo Proyecto del Fondo Mundial para la Prevención del Sida del que era integrante Camila Flores, asesinada en el mismo municipio en enero.

Carlos Alberto Pedraza llevaba dos días desaparecido cuando la Policía llamó a su casa y dijo que lo habían encontrado muerto. Primero dijeron que había sido un accidente y luego que tenía una herida con arma de fuego. La muerte de Pedraza, integrante del Proyecto Nunca Más, del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, de la Coordinación Regional del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia y del Congreso de los Pueblos, ocurrió el pasado 21 de enero en la vereda San Bartolomé, en el municipio de Gachancipá.

En el caso José Joaquín Pinzón, fundador del resguardo indígena Triunfo Cristal Páez, las autoridades señalaron que el líder nunca había instaurado una denuncia por amenazas. Sin embargo, sus allegados han indicado que sí había recibido intimidaciones por parte de grupos que operan en la zona de Florida (Valle del Cauca), donde fue asesinado el 30 de marzo. Pinzón corrió la misma suerte de su hermano José María Pinzón Mestizo, quien en 2003, cuando era alcalde de la comunidad indígena de Villa Pinzón, fue baleado.

[Fuente: Por Valentina Jaramillo Obando, El Espectador, Bogotá, 17ago15]

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