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09nov20
Plebiscitos, elecciones y luchas: no podemos seguir siendo ellos
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
El Hambre
Miguel HernándezA nueve días de las elecciones presidenciales de Bolivia que dieron el triunfo al MAS, la Cámara de Diputados, resuelve modificar 10 artículos del reglamento de esa entidad, por "mayoría absoluta" para lo que ya no aplica el "voto afirmativo de dos tercios de los miembros". "No hay puntada sin dedal". Ingenuo es asumir por principio lo que es negado por la historia y los hechos. No sólo hay una intención detrás de esta decisión, sino que debe buscarse, con mayor razón aún, porque se promulga sin exposición de motivos, sin considerandos ¿No conocemos lo que hacen con el poder los partidos con su mayoría en el legislativo? Corrupción, autoritarismo, impunidad. Este mecanismo garantiza con los artículos seleccionados intencionalmente, el poder de imponer unas decisiones. Es decir que las decisiones están tomadas -¿Cuáles?- falta aprobarlas y ahora se puede. Que señalar este mecanismo autoritario, esta trampa enmascarada de procedimiento, por tratarse de la Bolivia del MAS resulte incuestionable y genere la censura, el señalamiento y la persecución de quienes lo hacemos, pone en evidencia de nuevo que, cuando lo hacemos nosotrxs, es necesario, pero cuando son ellxs, es un abuso. La democracia del Estado capitalista, patriarcal, racista, se legitima reclutándonos a la obediencia de los reglamentos y la sumisión a los dispositivos.
Esa democracia, es el orden del capital. Se trata de una trampa cuya esencia es la definición y el condicionamiento de lo posible, que requiere su control por unos pocos. El poder y quienes lo controlan, es la práctica de la maniobra y del manejo de lo posible para servir a intereses particulares. Cuando obtienen aplicando la norma lo que buscan, todo es legal y por lo tanto justo. En Chile, "un nuevo ciclo de eventos electorales que se abre con el plebiscito del "Apruebo" y "Rechazo", destinado explícitamente a conducir por los cauces institucionales todas las energías subversivas desplegadas intensamente desde el 18 de octubre de 2019": se lee en "Ya no hay vuelta atrás" de "Vamos hacia la vida".
La captura de las energías subversivas por el aparato tramposo de la democracia patriarcal -su esencia es el dominio naturalizado- es la captura de las memorias y fuerzas que habitan el olvido al que nos han condenado. La historia del estado que nos somete es la de la contrainsurgencia vigilante y eficaz. Así lo señaló Enrique Flores Magón: "Los políticos son el mejor espejo del pensamiento popular. Si ellos, hablan radicalmente, es porque el pueblo piensa más radicalmente de lo que ellos se permiten hablar; naturalmente, siempre buscando torcer las ideas para su conveniencia personal."
Una vez canalizada la fuerza insurgente, la semilla de lucha creativa y entrega germinada en la penumbra del olvido, su sentido y horizonte es suplantado por el mecanismo. El triunfo, según las condiciones normales y establecidas, es lo que consigamos adentro, del Estado y sus dueños…es entrar al Estado y llegar a ser ellos. Esto no se queda arriba y afuera, porque fracasaría. Tiene que penetrar el ámbito del olvido empobrecido de la dependencia naturalizada. Ganamos si conseguimos lo que ellos tienen, en sus términos. Nuestros procesos y organizaciones, nuestros político- líderes y vocerxs, están bajo la amenaza permanente de asumir el referente neutro y entrar en el ámbito de lo razonable. La decisión colectiva se deja en manos de unos pocos que "nos representan y orientan". Lo posible y práctico aplasta lo que sabemos y queremos. Los dueños de lo que se puede hacer son nuestras autoridades, sus reglas, sus mecanismos. Para salir del olvido hay que ser ellos y alimentar con nuestros sueños, dolores, discursos, memorias, alegrías, sangre, entrega…todo, el discurso del poder. Ganar para perder.
La vanidad es un enano que nos acompaña a la sombra, hasta cuando nos convertimos en sombra de su ambición desatada. El éxito y el reconocimiento la alimentan y nos suplanta. Para engrandecerla, damos la espalda al olvido. Es nuestro salvoconducto al poder, a la fama, al brillo, al caudillismo. La mediación del dinero la acompaña y lo que adquiere se convierte en argumento que somete. Una escuela, unos empleos, la promesa de una vía, un puesto de salud. No toques a la puerta del opresor esperando justicia, decía el indio Quintín Lame. Hoy se dice, si no entramos, no conseguimos nada.
Pero se dice peor, quien quiera que cuestione, critique, señale a quienes se dejan enceguecer por la fe intocable en el poder conquistado, es un traidor, agente del enemigo, representa al capitalismo, al fascismo, al estado opresor, a la contrainsurgencia. El disciplinamiento no sólo viene del poder asesino. El espectro del estado se expande y abarca desde el progresismo capturado, hasta el fascismo mafioso y vive entre nosotrxs. A nombre de la crítica ésta queda prohibida.
Las autonomías de los pueblos habitan el olvido y están plenas de saber y memoria. Hay que habitar el olvido. Re-conocernos allí y acabar con el referente neutro, con la normalidad y con todo lo que nos captura.
No confundimos en ésta hora oscura la fuerza de las insurgencias populares en Ecuador, en Chile, en Haití, en Colombia, en Bolivia, con la Constituyente en las condiciones del estado, con nuevas elecciones para cambiar de Presidente, con la Minga que convoca y desata la fuerza y el compromiso de la gente por la Vida, el Territorio, la Paz y la Democracia mientras unos canalizan fuerzas ocultando agendas y sometiendo el espacio para construirlas desde las comunidades, o, reduciendo las opciones de las luchas populares autónomas a escoger entre el golpismo y el poder negando las alianzas y las ganancias. Celebramos la fiesta de la fuerza de los pueblos; los estallidos y las memorias. Quedaron a la vista en movilizaciones, marchas, plebiscito, elecciones, pero no caben allí. Dentro del Estado, aún acá cerca, son espejitos para deslumbrarnos y robarse el tesoro de nuestra libertad con la Madre Tierra. No podemos ser ellos. No podemos seguir siendo el hambre a la que nos han reducido. No podemos seguir sirviéndole al represor eliminando para ellos y a nombre de la libertad a quienes no se venden, no claudican y no se cansan.
[Fuente: Por Manuel Rozental, Pueblo en Camino, Cauca, 09nov20]
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