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27abr1987
¿Otra más?
El ex presidente Belisario Betancur vuelve a ser citado para aclarar su posición durante los cruentos y espantables acontecimientos del levantamiento patrocinado por el M- 19 contra la democracia colombiana, al asaltar el Palacio de Justicia y provocar con su acción el más horrendo crimen de estos últimos años.
El mandatario, con su actuación decidida, clara y firme cumplió con el sagrado deber de sofocar el motín y poner a salvo las instituciones patrias. Siguió al pie de la letra lo que la Constitución ordena, dejar al libre arbitrio del jefe del Estado la mejor manera de resolver crisis como esa. Mucho se ha escrito al respecto. Al presidente Betancur lo respaldaron los ex presidentes de la República, lo más destacados jefes políticos y, lo que es de mayor importancia, la inmensa mayoría de la opinión pública. Como nunca, Belisario Betancur sintió al pueblo a su lado. A la nación entera sin distingos políticos, sociales o raciales: claro está, con escasas y bien conocidas excepciones.
Fue su hora de gloria y de espíritu republicano. Tal vez el mejor momento de su gestión presidencial. En esa dura jornada estuvimos a su lado, como lo estamos ahora. Nos preocupa el porqué se revive esa álgida cuestión, por que se intenta promover un nuevo juicio. A Belisario Betancur lo han absuelto ya los estamentos jurídicos y, lo que es más importante, la nación. Nos tememos que toda esta intentona lleve en el fondo, más que una razón jurídica, otra de carácter político y desgraciadamente con su sentido extremista. Es verdad que los investigadores de la conducta presidencial pertenecen a los dos partidos, pero en el fondo el debate se va a centrar, lo presentimos, contra la actitud del presidente como comandante supremos de las Fuerzas Armadas, y los altos militares que dirigieron la operación.
Todo ello responde a una táctica bien conocida, mejor promovida y de consecuencias fáciles de prever. Otra vez se mostrará al establecimiento como la representación de una represión brutal. Para terminar diluyendo la responsabilidad de quienes son los verdaderos responsables de esa hecatombe: el M-19 y el narcotráfico.
Cuando necesitamos de una mayor solidaridad entre los dirigentes, de un espíritu político tranquilo y conviviente, se “revive el avispero”. Nada más peligroso que retrotraer en forma Permanente las cosas juzgadas, sin que para ello existan nuevas causas que puedan cambiar los hechos ya fallados. Bastantes motivos de controversia política y social tenemos. Agregar otro, como este absurdo juicio al ex presidente Betancur, está de más. El ex mandatario admite y cumple su deber al aceptar cualquier investigación. Estamos a su lado. Lo apoyamos, lo respaldamos, dejando de lado razones partidistas para pensar tan solo como su desempeño, en esa hora nefasta, estuvo acorde con las mejores conveniencias para la salud pública. El fallo de la historia ya esta dado, los demás sobran.
[Fuente: El Tiempo, Bogotá, 27abr1987]
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