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15ene03


Hernan Büchi dice que el TCL es un impulso para establecer el ALCA.


El recién concretado Acuerdo de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos representa una asociación de Estados Unidos con Chile que "va más allá del propio acuerdo, y le da un gran impulso" a las actuales negociaciones para establecer el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para establecer una zona de libre comercio en todo el hemisferio, dice Regina Vargo, vicerrepresentante Comercial de Estados Unidos (USTR) para las Américas

Al hablar en una reunión de diplomáticos y reporteros en el Instituto Cato, el 13 de enero, Vargo destacó los beneficios que se anticipan con el nuevo acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Chile, al que describió como posiblemente "el acuerdo más liberador del comercio" que Estados Unidos haya negociado con cualquiera de sus socios comerciales. Vargo, que fue la negociadora principal de Estados Unidos durante las conversaciones sobre comercio con Chile, elogió al país andino al decir que "es descollante en América Latina" teniendo en cuenta sus exitosas reformas económicas y su creciente democracia.

El nuevo acuerdo "ha sido una visión compartida por nuestros dos países por más de una década", observó Vargo. Es más, agregó, "este acuerdo de libre comercio uno en el que todos ganan y un acuerdo comercial pionero para una economía moderna" porque tiene cuatro características fundamentales, que les permitirán a Chile tanto como a Estados Unidos lograr ventajas importantes. Esas características se demuestran en la "amplitud, transparencia, modernismo y enfoque hacia los trabajadores y el medio ambiente", explicó.

Una vez que el Congreso apruebe el acuerdo y el presidente Bush lo firme, "más del 85 por ciento del comercio bilateral en productos industriales y para el consumidor quedará libre de aranceles aduaneros y la mayoría de los aranceles restantes serán eliminados en cuatro años", destacó Vargo. Esto se traducirá en un mejor acceso de Estados Unidos a los mercados de Chile --y, a su vez, de oportunidades más amplias para los trabajadores y fabricantes de Estados Unidos, afirmó la funcionaria.

"Iniciamos las conversaciones de comercio con Chile en 1995, luego que fuera anunciado el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA)", recordó Vargo. "Por varias razones esas conversaciones de postergaron. Pero, mientras tanto, Chile logró acuerdos comerciales con Canadá, México y la Unión Europea, por lo que varias empresas de Estados Unidos con frecuencia fueron superadas por los competidores extranjeros". El nuevo acuerdo, afirmó, nivelará el terreno de juego para las mercaderías y los productos agrícolas que Estados Unidos exporta a Chile.

Y se espera también que el acuerdo mejorará la demanda de servicios de Estados Unidos en Chile, dijo Vargo. Según los términos del acuerdo "tenemos un amplio compromiso de Chile" en relación a los servicios "y les dimos a los chilenos un compromiso similar de vuelta", indicó. Esto es particularmente importante dado que "los servicios representan casi los dos tercios" de la economía de Estados Unidos.

El acuerdo entre Chile y Estados Unidos "reescribió los reglamentos de adquisiciones del gobierno" con el fin de garantizar la transparencia y la equidad, dijo Vargo. "Realmente demuestra el compromiso de Chile a un sistema basado en reglamentos". En cuando a la aduana para importaciones "el acuerdo describió obligaciones específicas y concretas; estableció un régimen aduanero amplio y los procedimientos aduaneros deben publicarse en Internet", dijo la vicerrepresentante. Esta provisión permite una notificación pública adecuada e invita al público a hacer sus comentarios, afirmó Vargo, para que las partes interesadas tengan la posibilidad de familiarizarse con los nuevos requerimientos y ofrecer una respuesta.

Finalmente, entre las "enérgicas obligaciones contra la corrupción". el acuerdo incluye la "divulgación pública de los documentos de negocios no confidenciales", dijo Vargo.

Como prueba de lo que denominó como el "modernismo" del acuerdo, la funcionaria citó nuevas normas para las obligaciones relacionadas con los derechos de propiedad intelectual "en términos de cómo deben protegerse los derechos de propiedad en esta era digital". Los negociadores de Estados Unidos "lograron firmes compromisos en esta área" de parte de sus homólogos de chile, que aceptaron no cobrar impuestos al comercio electrónico o discriminar contra la propiedad intelectual con un trato diferente a otras exportaciones, dijo Vargo. "El desarrollo de la Internet ha facilitado" abordar tales cuestiones, indicó, y la "muy modera estructura de telecomunicaciones de Chile también ha ayudado en este aspecto".

Vargo subrayó que las "obligaciones principales" del acuerdo "son efectivamente aplicables conforme la ley", gracias a un uso "muy innovador de las multas". Estas imposiciones monetarias "garantizarán el cumplimiento" por parte de ambos países, y pueden "utilizarse en el lado comercial así como en asuntos que involucren a los trabajadores y el medio ambiente", dijo.

Estados Unidos espera que este acuerdo tenga un efecto repetitivo en toda la región, agregó Vargo. Habiendo llegado a un acuerdo de libre comercio con Chile, los negociadores de Estados Unidos "proceden con los centroamericanos seguidamente" en busca de lograr otro pacto parecido, anunció. "Esta semana iniciamos esas conversaciones. Y queremos aprovechar eso para ampliar nuestra base de países con criterios parecidos" en todo el Hemisferio Occidental.

El otro participante, el ex ministro de Finanzas de Chile, Hernán Büchi, comenzó sus declaraciones al subrayar que actualmente no es parte del gobierno chileno y que ya no actúa con carácter oficial. A Büchi, un economista prominente, se lo presentó oficialmente como fundador del Instituto para la Libertad y Desarrollo (uno de los grupos de investigación y análisis de política más influyentes de Chile). Aunque actualmente está en el sector privado, Büchi sigue asesorando a gobiernos regionales en cuestiones económicas.

"Compartimos, en Chile, la percepción común de que un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos es bueno para el país", dijo Büchi. "No puedo apoyar cada detalle del acuerdo, puesto que no conozco todos esos detalles, pero creo que la tendencia general de este acuerdo es la correcta".

Para promover la prosperidad en América Latina "deben crearse instituciones que gocen de apoyo popular", señaló. Explicó Büchi que tales instituciones deben mantener un equilibrio juicioso de "orden y libertad" en el hemisferio, aunque recalcó los peligros de "crear demasiado orden y no suficiente libertad", en una aparente referencia a la turbulenta historia latinoamericana de regímenes autoritarios. El mismo aboga vigorosamente por "más libertad de movimiento de bienes, servicios, capital y gente".

"Cuando en Chile ocurrió la transición a la democracia, tuvimos la fortuna de contar con una tasa alta de crecimiento (económico)", lo cual dio ímpetu a las reformas "e hizo más difícil volver a políticas anteriores, fracasadas", recordó. "Esto aseguró que Chile siguiera un camino progresista".

Büchi delineó tres temas que consideró los más pertinentes: "¿Cómo llegó Chile a ser un socio de Estados Unidos en este acuerdo de libre comercio? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios? Y, ¿qué pasa con el resto de AméricaLatina?"

En primer lugar, la asociación de Chile con Estados Unidos "ocurrió luego de un largo proceso de reformas" que se habían desarrollado durante muchosaños, dijo. "Chile ya estaba bien avanzado en el camino a abrir su economía, y el sistema chileno es muy transparente. No es difícil para Chile proclamar el sistema que nos fue presentado" en las conversaciones de comercio con Estados Unidos.

"La apertura económica de Chile se extiende tanto a los bienes como a los servicios", hizo notar. "También, las relaciones comerciales de Chile están geográficamente bien equilibradas, dado que el país comercia con todo el mundo". Además, "el crecimiento no se generó sólo por lo que se había hecho para abrir la economía de Chile", declaró. "Miren a Europa: está muy unificada económicamente , pero se ha estancado. La flexibilidad del mercado laboral -- y de los impuestos -- ayudó a estimular el crecimiento en Chile. Creamos una economía dinámica que buscaba emplear gente, y establecimos reglas del juego claras para asegurar la transparencia".

En cuanto a los beneficios y riesgos del nuevo acuerdo comercial, "el beneficio más importante es el de consolidar las reformas", declaró Büchi. "El acuerdo es también beneficioso para las industrias textiles y cárnicas; tal vez lo es menos para los productos para bebés, en el que aumentarán las cuotas. Y espero beneficios a largo plazo para la industria lechera. Además, la eliminación del impuesto al lujo sobre los automóviles en Chile es otra victoria clara".

"Creo que los beneficios superan a los riesgos", dijo. "Aunque si yo estuviera ahora en el gobierno, probablemente habría tratado d de negociar menores riesgos. Tal vez menores beneficios, también, pero, definitivamente, menores riesgos".

Sin embargo, "la consolidación de las reformas de mercado libre es el mayor beneficio de este acuerdo de libre comercio", reiteró. "Al mismo tiempo, Chile debe continuar con su proceso unilateral de reformas. Por ejemplo, los mercados laborales: si queremos recuperar crecimiento, necesitamos que más gente trabaje en Chile". Volviendo otra vez al tema de los sistemas económicos reformados, destacó Büchi que los funcionarios mexicanos le han dicho que la mayor ventaja que su país ha recogido del NAFTA es que el acuerdo comercial consolidó las reformas de mercado en México.

¿Qué ocurre con el resto de América Latina? "Creo que las reformas más completas son mejores, y que dan resultado", afirmó. "Reformas claves, como la apertura de la economía, son útiles como un ancla para evitar que uno retroceda". Brasil, en este momento, "no está preparado para tener la clase de acuerdo de libre comercio que tiene Chile, porque allí no están las instituciones (de apoyo)", añadió. Pero la liberalización del mercado ayudará a fijar las reformas".

Vargo ofreció reflexiones adicionales sobre el pacto comercial Estados Unidos-Chile. "El acuerdo recalca un compromiso a poner en vigor las propias leyes laborales y ambientales de ustedes", dijo. "Es el fracaso en la aplicación de esas leyes -- no en un caso aislado, sino como una tendencia recurrente -- lo que inhibe el comercio". Después de todo, "No hay nada que impida la armonización de las leyes laborales y ambientales de un país", observó.

Y aunque el pacto pueda servir de modelo para otros acuerdos comerciales que negocian o contemplan negociar los países latinoamericanos, "las obligaciones pueden cambiar, dependiendo de la dinámica entre los socios comerciales -- y de las realidades económicas y empresariales en los respectivos países", explicó Vargo. Büchi se hizo eco de esta opinión, y la amplió: "La tarea del gobierno consiste en minimizar los riesgos (de

los mercados abiertos) para los pequeños agricultores y otros sectores económicos", explicó. "Este es, probablemente, el problema más intrincado del acuerdo de libre comercio entre Chile y Estados Unidos. Hay un consenso amplio en cuanto a ver cómo se pueden compensar esos efectos" de modo que se amortigüe cualquier perturbación potencial social o económica.

Los subsidios a las exportaciones agrícolas estadounidenses, y el efecto de estos subsidios en los productores extranjeros son un tema controversial del que se ocupan Estados Unidos y Chile. "Según los términos de este acuerdo, no se permiten los subsidios a la exportación, a menos que se usen de modo defensivo", dijo la vicerrepresentante de Comercio de Estados Unidos. "Reconocemos la necesidad de reformas significativas, y Estados Unidos y Chile son socios en ese esfuerzo. El acuerdo comercial entre Estados Unidos y Chile, concluyó Vargo, "ofrece la mejor estrategia para bregar con las industrias delicadas".

[Fuente: Departamento de Estado de los Estados Unidos, Washington, 15ene03]

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Este documento ha sido publicado el 08jun03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights