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19may17
Batista, el magnate de la carne que acorraló a Temer
"Todo el mundo terminará preso." La advertencia la lanzó hace unas semanas Joesley Batista, el dueño de la mayor empresa frigorífica del mundo (JBS) que, acorralado por varios escándalos de corrupción, trata de salvar la piel poniendo entre las cuerdas al presidente brasileño, Michel Temer.
El también propietario de las famosas Havaianas, con una influencia política conocida en Brasilia, grabó en secreto a Temer, según publicó el diario O Globo, en una reunión en la que contó sobre los sobornos para callar al ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, que está detenido y que fue el arquitecto del impeachment a Dilma Rousseff.
El presidente del conglomerado J&F, un negocio familiar que logró internacionalizar junto a su hermano Wesley, entregó supuestamente esa prueba explosiva a la justicia a cambio de beneficios.
El despacho de la Presidencia negó tajantemente las acusaciones, pero el terremoto político volvió a estallar en Brasil un año después de la destitución de Dilma.
Y aunque hasta ahora el personaje más temido por los políticos era Marcelo Odebrecht, el ex presidente de la constructora Odebrecht en el centro del megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras, fue el poderoso y desconocido magnate del agronegocio el que hizo tambalear el gobierno de Temer.
Lo hizo, además, de forma exprés y supuestamente con pruebas flagrantes hasta ahora inéditas en la operación Lava Jato, que investiga la corrupción en Petrobras.
Investigaciones
El empresario de la ciudad de Formosa (Goiás, centro), de cuidada media melena castaña y mirada desafiante, decidió hacer su declaración premiada el mes pasado, mientras los fiscales del Lava Jato acorralaban cada vez más sus negocios.
Las investigaciones sobre sus empresas empezaron en julio de 2016, cuando los fiscales trataron de averiguar si Batista había pagado sobornos para la liberación de recursos mediante fraudes a fondos de inversión, en un caso que lo relacionaba con Cunha.
La fiscalía general llegó a pedir en febrero pasado su renuncia al frente de J&F y el bloqueo de bienes al 66° hombre más rico de Brasil, con una fortuna estimada de 3000 millones de reales (unos 890 millones de dólares), según la revista norteamericana Forbes.
Pero firme, y al asegurar que J&F "no hizo nada mal", Batista sobrevivió a cada una de las tempestades que lo azotaban.
Una de las peores fue cuando, en marzo pasado, JBS se vio envuelto en la llamada operación "carne débil".
Su firma fue acusada junto a otros frigoríficos de pagar sobornos a funcionarios brasileños para autorizar la venta de carne adulterada y el uso de ácidos y sustancias supuestamente cancerígenas para maquillar cortes vencidos o en mal estado, lo que generó una crisis monumental en el sector.
Luego de ese caso que dañó severamente la imagen del gigante agropecuario mundial, JBS se vio citada la semana pasada en otra investigación sobre presuntos fraudes en préstamos otorgados por el banco de fomento Bndes a la empresa, que habrían ocasionado pérdidas de 1200 millones de reales (unos 380 millones de dólares al cambio actual) al erario público. La firma, otra vez, negó todo.
La bomba que tiene en vilo a Brasil estalló con Joesley Batista de viaje. Según la prensa local, sólo volverá para declarar ante la policía federal el lunes próximo, cuando probablemente ya se sepa si "todo el mundo" cayó o no, como él advirtió.
[Fuente: La Nación, Afp, Bs As, 19may17]
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