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27dic13
El narcotráfico se desarrolla no sólo distribuyendo sino creando consumidores futuros en Tarija
Los efectivos de la Unidad Móvil Policial para Áreas Rurales (Umopar) en Villa Montes se disponían a pasar una tranquila noche de 24 de diciembre. Tan lejos de todo, el campamento era el único lugar donde recibir la Navidad en compañía de los más allegados, cuando una llamada alertó. Un vehículo con 208 kilógramos de marihuana había sido interceptado en la Quebrada Strongest, uno de los cientos de puntos identificados en los más de 500 kilómetros de frontera de Tarija con Paraguay y Argentina.
El hallazgo motivó la llegada del comandante General de la Umopar, Luis Aguilar, a las dependencias villamontinas para informar sobre el enésimo golpe al narcotráfico asestado en una de las nuevas fronteras calientes. No hubo aprehendidos ya que, al parecer, los sospechosos, al percatarse del operativo, abandonaron el vehículo en ese lugar, pero sí se busca a un paraguayo cuya documentación quedó en el vehículo.
Paraguay, cuna de la María
Paraguay se ha convertido en el principal productor de cannabis del continente, según informa el paraguayo Alberto Jaimes, policía antinarcóticos retirado que vive a caballo entre Filadelfia y Pozo Hondo (frontera con La Esmeralda - Bolivia y Misiones - Argentina) a orillas del río Pilcomayo.
Las características del suelo en el Chaco paraguayo, tanto seco como húmedo, han hecho del lugar un sembradío natural. Las leyes para adquirir grandes espacios de tierra, que todavía datan de los años 50 y 60 cuando se intentó repoblar el Chaco con inmigrantes ganaderos y políticas extensivas, han permitido una nueva ola de migración más opaca de lo normal.
Por otro lado, la deforestación en el Chaco paraguayo alcanza las 1.500 hectáreas diarias, según datos de la Fundación Guayra Paraguay. La excusa oficial es el avance de la soya, transgénica o no, los agricultores "necesitan" ampliar la frontera agrícola en la que además se invierten significativas cantidades de dinero en tecnificar la producción, riego por goteo y control de plagas entre otros.
A nadie se le escapa, advierte Jaimes, que entre esas miles de hectáreas muchas son destinadas a la producción de plantas de marihuana a escala industrial.
A las condiciones orográficas se suma la posición geoestratégica de Paraguay. El país mediterráneo comparte 1.880 kilómetros de frontera con Argentina, 1.365 con Brasil y 750 con Bolivia. Los dos primeros son los mercados más importantes del continente en sustancias ilícitas, pero el nivel de producción y sobre todo autoproducción parece haber saturado el mercado.
Según los informes de la Policía, los carteles paraguayos parecen haber puesto los ojos en Chile, un mercado demandante en crecimiento y Bolivia aparece como el inevitable país de paso. ¿Cuán cierta es esa afirmación?
Tarija en el tránsito
Solo en los quince días previos a Navidad, se han interceptado en las fronteras de Tarija 2.566 kilos de marihuana prensada en cuatro operativos. El mayor de ellos, con casi una tonelada y media, se detectó en Entre Ríos el 9 de diciembre.
Las versiones coinciden en que el destino final es Chile, salvo una pequeña parte que se desvía al interior del país. Germán Gorena, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito lo advierte, "la tendencia creciente es pagar los portes y las bodegas en mercancía y no en dinero como antes".
La tradición cocalera de Bolivia ha desarrollado una vasta red de "bodegueros" en las fronteras, tanto de Bermejo como de Yacuiba, cuya misión dentro de la cadena del narcotráfico pasa por ser fundamental. Los bodegueros se aprovisionan de la mercancía hasta que llega la orden para cruzar la frontera.
Ese día el grupo organizado en hacer el transporte aparece en el almacén carga y desaparece. Años atrás, el pago se hacía en dólares, normalmente una cantidad fija, elevada, por concepto de alquiler. Las tendencias han cambiado y ahora una gran mayoría de los "bodegueros" reciben el pago en especie. Uno, dos kilos de cocaína o marihuana para ser distribuidos en un mercado local todavía en expansión pero que puede dejar mejores beneficios.
Este sistema, cuenta un periodista chaqueño cuya identidad protegemos, ha desarrollado una red vinculada al narcotráfico, conformada por bodegueros, vendedores menudistas y sicarios que en demasiadas ocasiones se enfrentan por controlar el tránsito, es decir, por ser los elegidos de las grandes transnacionales de la droga para proteger su mercancía. De ahí que la violencia sea extrema en ocasiones, para llamar la atención y que una carga interceptada o un asesinato desate a su vez una ola de robos y asaltos para cubrir deudas.
Las cargas y pagos en especie, en ocasiones, son de dimensiones tan elevadas que "invitan" a los bodegueros a generar sus propias redes de traspaso de fronteras de forma independiente, en ese contexto se circunscriben algunos de los operativos desarrollados recientemente en el puente de Aguas Blancas (Bermejo) donde se interceptaron dos kilos de cocaína el domingo 22 de diciembre.
El consumo se dispara en Tarija por diversas causas
Los datos en el Instituto Nacional de Tratamiento, Rehabilitación, Reinserción Social e Investigación en Drogodependientes (Intraid) en Tarija no dejan lugar a dudas. El consumo de drogas ha crecido en Tarija exponencialmente en la última década y particularmente entre los jóvenes. Marco Moscoso, médico psiquiatra del centro y la directora Marlene Rollano, señalan que el alcohol sigue siendo predominante, pero la droga es recurrente y los pacientes se resisten mucho más a aceptar su problema. De 2010 a 2013 el Intraid ha tratado a mil personas con trastornos mentales de múltiples causas. Como promedio se atiende a 30 personas al mes.
Los datos de consumo contrastan con la versión oficial de Tarija como lugar de tránsito. Lo cierto es que una ciudad de 250.000 habitantes con cerca del 60 por ciento por debajo de los 35 años y con la mayor renta per cápita del país no es una plaza menor para el tráfico organizado, máxime cuando además se encuentra en el medio de, al menos dos de los grandes ejes del continente. El Perú - Cochabamba - Buenos Aires y el Paraguay - Chile.
Otros dos factores amenazan sistemáticamente al mercado tarijeño, según los expertos. El primero es la escasa formación preventiva en el consumo. La estigmatización del consumo de las décadas pasadas se basó en la política de mano dura plasmada en la controvertida Ley 1008, la droga es mala porque las penas son duras subyacen en el texto. No se ha trabajado tanto en desarrollar información que permitan al potencial consumidor elegir libremente y estar preparado ante la amenaza. El adolescente, por definición inestable, se encuentra desprovisto.
Por otro lado, el precio de la droga en Tarija es "escandalosamente barato", según señala E.J, un consumidor habitual. El gramo de cocaína, que en plazas europeas alcanza el precio de 60 euros y en otras plazas más importantes, como Moscú, bordea los 150 dólares, en Tarija puede adquirirse por apenas cinco dólares. Estos precios responden más al interés de fortalecer un mercado en crecimiento que por el propio efecto de oferta - demanda en la regulación de los precios, sin embargo, los investigadores policiales se niegan a brindar mayor información sobre estos aspectos e insisten en que Tarija es solo un lugar de paso.
"Mucha gente consume, hay que tener plata, eso sí, pero tampoco te vas a hacer pobre por consumir el finde y algo de yerba en la semana - relata E.J - La cocaína es la reina de la noche y mucha gente viene aquí a comprar del interior para fin de año. Hay veces que no hay, pero por lo general siempre consigues, a nosotros ya nos conocen y mucho nos llaman para preguntar si queremos y nos traen, no hay problema de eso. Los de fuera no sé como harán la verdad, debe ser más difícil".
[Fuente: Por Jesús Cantín, El Nacional, Tarija, 27dic13]
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