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01may06
Militarización de los campos petrolíferos.
Inmediatamente después de que el presidente de la República, Evo Morales, decretara en el municipio de Caraparí la tercera nacionalización de los hidrocarburos en la historia del país, efectivos militares y policiales comenzaron la toma de las plantas petroleras.
Luego de emitir el decreto de nacionalización, el mandatario encabezó la ocupación física del campo San Alberto en Tarija y otros dos en Cochabamba, mientras efectivos militares bajo la dirección de un fiscal tomaron el control en forma paralela de 56 campos entre estaciones de bombeo, refinerías, ductos y campos de producción, para permitir el ingreso de personal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
La información fue transmitida por el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, desde los balcones del Palacio Quemado, ante una concentración de militantes y seguidores del MAS que se dieron cita ayer en la plaza Murillo con motivo de celebrar el Día del Trabajo y acabaron escuchando la sorpresiva decisión del Jefe de Estado.
“Hoy, a la orden del Presidente de la República, 56 estaciones están siendo ocupadas por las Fuerzas Armadas. La medida de presión es muy contundente, porque no solamente somos dueños del gas bajo tierra. Ahora el gas y petróleo que salían de la tierra ya no son de los extranjeros”, dijo el Presidente del Congreso Nacional.
En Santa Cruz, las oficinas de Transredes estuvieron ocupadas por efectivos de la Policía Militar desde el mediodía. Los uniformados tenían la instrucción de no dejar sacar ningún documento ni artefacto de la empresa, por lo cual revisaban a todos los que entraban o salían. El personal de la firma estaba trabajando normalmente.
Lo mismo sucedió en las oficinas de Repsol y Andina, donde un contingente de policías custodió desde las 13.00 el lugar. Tanto militares como policías en la capital cruceña estuvieron acuartelados.
Mientras tanto, en la refinería Guillermo Elder Bell de Petrobras, en la zona de Palmasola, desde el mediodía se encontraban 100 soldados de la Policía Militar, con la orden de dar seguridad a la planta para que siga trabajando y evitar la presencia de grupos de personas que intenten tomarla.
Asimismo, en un recorrido por varios surtidores de la zona sur de la ciudad, como Mora Grande, Palmasola, El Trompillo y La Cañada, se evidenció que la atención a los usuarios era normal y que no había ninguna orden especial de parte de los administradores para aumentar la seguridad. También la provisión de carburantes está garantizada.
El único surtidor militarizado era el Cuarto Anillo, en la doble vía a La Guardia, porque pertenece a YPFB.
Río Grande, controlada
Acompañados por personal de YPFB, un contingente de 81 efectivos militares, bajo el mando de un oficial, tomó ayer, tal como ocurrió en otras regiones del país, la planta de Río Grande, que hasta ese momento se hallaba en manos de la empresa Andina, subsidiaria de la española Repsol.
Los soldados, pertenecientes al Regimiento Manuel Marzana, con asiento en la localidad de Cabezas, en las cercanías del lugar, se presentaron en horas de la madrugada del domingo y tomaron el control del campo petrolero.
La planta de absorción e inyección de Río Grande, ubicada a 52 kilómetros al sur de la capital oriental, tiene importancia estratégica, pues desde allí sale el gas que va a Argentina, a Brasil y también al gasoducto del Altiplano.
Desde allí también se envía petróleo condensado hacia la refinería Elder Bell de Palmasola, donde es convertido en gasolina para el consumo local. Las operaciones de la planta no tuvieron líos, ayer.
Surtidores
En La Paz, los militares tomaron posesión física de las estaciones de servicio.
Los surtidores de YPFB tenían un cartel que destacaba la propiedad estatal.
“Nacionalizado, propiedad de los bolivianos”, rezaban los letreros.
En la gasolinera Uruguay, de la avenida Montes, había militares desde el mediodía.
En la planta engarrafadora de Senkata, otros uniformados resguardaban el lugar.
En otras estaciones de servicio había largas filas de clientes que querían gasolina.
Varios vecinos de la zona Sur se quejaron de las colas en los surtidores.
Muchos conductores temían el desabastecimiento, la Súperintendencia del sector aseguró que no habrá problemas.
[Fuente: La Prensa, La Paz, Bol, 02may06]
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