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06jul07
Comenzó juicio a cura devotamente represor.
Quienes lo conocieron en la década de los '70 lo describen como un "devoto" simpatizante de la causa militarista y un "fervoroso" anticomunista. Mientras, aquellos que tuvieron la infernal suerte de caer en sus manos indisolublemente lo asocian con sufrimiento y muerte. Pero antes de enfrentar la justicia divina por sus actos, el destino quiso que Christian von Wernich primero rindiera cuentas por sus culpas -y delitos- en el mundo terrenal.
En medio de estrictas medidas de seguridad, el Tribunal Oral Federal Número 1 de la ciudad argentina de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, inició ayer el proceso contra Von Wernich, un sacerdote católico de 69 años, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar trasandina, que gobernó de 1976 a 1983.
El religioso está acusado de haber participado en siete homicidios, 31 casos de torturas y 42 secuestros cometidos en cinco campos de detención del sur de la provincia de Buenos Aires durante el régimen de facto, período en el que ejerció como capellán de la Policía bonaerense.
La importancia del juicio radica en que Von Wernich es el primer religioso en América Latina en ser juzgado por violaciones de los derechos humanos, y el primer miembro de la Iglesia Católica en ser sometido a proceso por su accionar durante la "guerra sucia".
"Es un día histórico para Argentina porque comienza a juzgarse a Von Wernich, (un cura) que deshonró a la Iglesia Católica, a los pobres y a los derechos humanos", afirmó el Presidente Néstor Kirchner durante un acto en La Plata.
El juicio comenzó con la lectura de la acusación, en la que la fiscalía consideró probado que Von Wernich fue un "represor itinerante" en el "circuito de centros clandestinos bajo jurisdicción del fallecido general Ramón Camps", el temible jefe de la policía bonaerense en la dictadura.
El cura respondió a un breve interrogatorio y luego no hizo uso de su derecho a declarar ante los jueces.
El Gobierno se comprometió a garantizar la seguridad de los 126 testigos que desfilarán ante los jueces hasta el 13 de septiembre, 70 de ellos sobrevivientes de cárceles ilegales montadas por el régimen militar y familiares de víctimas de la represión.
refugio en Chile
Finalizada la dictadura, Von Wernich se radicó en un pequeño pueblo argentino pero en 1988 pidió su traslado como párroco a Bragado, una ciudad del interior argentino cuyos habitantes rechazaron su presencia con varias marchas, mientras la Iglesia hacía oídos sordos a esas demandas.
Luego, el sacerdote se refugió en 1996 silenciosamente en Chile, puntualmente en El Quisco, Quinta Región.
En ese balneario del litoral central, Von Wernich ejerció durante siete años como párroco de su única capilla católica, haciéndose llamar Christian González.
A comienzos del año 2003, el religioso fue ubicado por el desaparecido semanario chileno "Siete + 7", que denunció su presencia en un artículo titulado "El cura torturador que se esconde en El Quisco".
Tras esto, la justicia argentina solicitó su captura internacional, mandato que fue cumplido por la policía chilena que puso al eclesiástico a disposición de la justicia, la cual posteriormente dio "luz verde" a su extradición a Argentina.
[Fuente: La Nación, Santiago de Chile, 06jul07]
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