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22jul10
Córdoba, clave en el mapa de la trata
Una mujer explotada en un prostíbulo puede hacer, en promedio, 10 "pases" en una noche, de 50 pesos cada uno. Obligadas a trabajar no menos de seis días por semana, en un mes ella sola dejará al "fiolo" 12 mil pesos de ganancia. Por lo general, estos traficantes de seres humanos tienen unas 10 mujeres esclavizadas, lo que le deja, a un solo burdel, un ingreso mensual de 120.000 pesos. Un negocio tan nefasto como enorme.
De esta manera sintética explica de qué se trata el delito de trata de personas -"la esclavitud moderna"- el tucumano Carlos Garmendia, un abogado de 37 años miembro de la Fundación María de Los Ángeles, creada por Susana Trimarco, la madre de Marita Verón.
-Hay una ley, conocida como de "rufianato", que prohíbe la figura del "fiolo" o "proxeneta", sin embargo los prostíbulos son visibles.
-Esa ley, la 12.331, es del año 1936 y se la conoce también como "de profilaxis". Esto tiene que ver con una cuestión social, la sociedad no ve al tema de la prostitución como un problema. Aunque no todo caso de prostitución es trata, ambos están íntimamente vinculados. La mayoría de las víctimas son jóvenes y humildes porque las condiciones de vulnerabilidad las hace más fáciles de engañar. Por eso decimos que captación hay en todos lados. Yo no conozco a ninguna mujer que haya trabajado en la prostitución que sea de clase media alta para arriba. A eso la gente no lo ve. Desde la fundación decimos que el 100 por ciento de las mujeres en los prostíbulos no son casos de trata, pero sí son todos casos de explotación. Es un problema que la sociedad tiene que asumir.
-En la película "Tráfico humano", la oficial que investiga dice que este drama existe porque "el horror tiene clientes". ¿Se debe avanzar sobre la responsabilidad del cliente?
-Es una discusión muy complicada. Creemos que para atacar el tema trata no hace falta penalizar al cliente si nos podemos a pensar en políticas públicas. Si los estados municipales se ponen las pilas con la aplicación de la ley 12.331, ya está. Las leyes duras no solucionan el problema porque la gente no deja de hacerlo. Hay que atacarlo desde otro punto de vista. No dejarán de buscar a las chicas porque es delito o no, sino que los que consumen prostitución deben entender que están fomentando la explotación porque nunca van a tener la plena seguridad de que la chica va a recibir todo el dinero que se le paga, ni que ha elegido libremente estar allí.
-¿Es necesaria una división policial especial para el delito de trata?
-Que haya una oficina con policías que investiguen, con entrenamiento especial para eso y que sepan como trabajar es muy importante.
-¿Qué lugar ocupa Córdoba en el mapa de la trata?
-Los tres lugares de explotación que hay son Buenos Aires, Córdoba y el sur (las "casitas" de Río Gallegos y Tierra del Fuego). Córdoba siempre aparece como un lugar muy fuerte de destino, explotación y de "redistribución". Las mujeres pasan por Córdoba, las explotan y luego las llevan a otra parte. Que estén en movimiento tiene dos explicaciones: una, que los clientes piden mujeres nuevas, y dos, que las chicas no puedan crear redes de confianza. En Córdoba hay mucha explotación en los prostíbulos al lado de las rutas más transitadas. Si hay tantos burdeles significa que hay gente que los consume.
-¿Siempre hay complicidad policial?
-Siempre aparece la complicidad policial. Se trata de un movimiento grande de dinero para la caja "negra" de la Policía. En Tucumán, investigaciones permiten inferir que prostíbulos pagan a la Policía entre mil y 1.500 pesos semanales.
[Fuente: La Voz del interior, Córdoba, 22jul10]
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