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03ene08
Macri enfrenta al sindicato municipal e interviene la obra social
La relación entre el Gobierno porteño y SUTECBA, el gremio que nuclea a los empleados de la Ciudad, ya desgastada por la determinación oficial de rescindir más de dos mil contratos, se quebró ayer totalmente al anunciar Mauricio Macri la intervención por seis meses de la obra social (ObSBA). "Estamos impulsando un profundo cambio cultural; no es fácil y esperamos que nos pongan palos en las ruedas", dijo el jefe de Gobierno al anunciar la medida.
Cuatro minutos le demandó a Macri explicar ante la prensa porqué decidió la intervención. Se presentó a las 18 horas en el Salón Blanco, con la vicejefa de Gobierno Gabriela Michetti a su lado, y con todo el Gabinete sentado detrás. "Se inicia un proceso de libre opción para que los trabajadores puedan optar por una obra social, ya que están cautivos y da un mal servicio, según dicen los empleados", argumentó Macri, sin dar más precisiones. Lue go se informó que la intervención será por 180 días, con la posibilidad de prorrogarla 180 días más. El interventor será Jorge Rey, presentado por el Gobierno como "especialista en relaciones laborales y recursos humanos" con "una vasta experiencia en el sector privado". Hace 20 años estuvo vinculado al grupo Macri, consignó la agencia Télam.
La medida empezó a trascender al mediodía. "Macri decidió intervenir la obra social. A ponerse el casco", comentó un dirigente macrista en la Legislatura porteña. La intervención ocurrió durante la primera jornada de paro dispuesta por el gremio a raíz de la no renovación de 2.300 contratos vencidos el 31 de diciembre. "Estamos abriendo muchos frentes", reflexionó el dirigente. El gremio, que ayer dispuso un paro de tres horas, hoy sumará una hora más. Mañana, se anunció, el paro será total y habrá movilización al Palacio de Gobierno.
"No somos 'la empresa'. No al traslado del personal", se leía en carteles pegados en oficinas del Palacio. Los 40 grados de sensación térmica afuera, se sentían adentro. Clarín habló con un miembro del Gabinete. "¿Quién define cuándo es el 'tiempo político' y cuándo no para tomar estas medidas? Detrás de la frase 'no es el momento político', se esconde la idea de no hacer nada", dijo el funcionario. Otro ministro recordó que "en la campaña enviamos cartas a los empleados anunciando la medida".
Fuentes macristas dieron tres razones para fundamentar la intervención de la obra social que atiende a 120 mil afiliados activos, a 160 mil familiares y a 70 mil jubilados, y que maneja fondos por 340 millones de pesos anuales. El control de estos fondos, se especulaba ayer, explicaba gran parte de la disputa:
Incumplimiento de la ley 472 (agosto de 2000), que crea la ObsBA, y que fija como plazo el 1 de enero de 2003, para adherir al sistema integrado nacional, que permite a los trabajadores la libre elección de su obra social.
Un fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad, (setiembre de 2006) que entendió la existencia de una "ostensible vulneración a la elección a la obra social", ante la presentación de una afiliada.
Un informe del Ministerio de Salud porteño que, según fuentes macristas, alertó por "la mala prestación de los servicios de salud". Ayer, Macri dijo que la intervención saneará las cuentas de la obra social y apuntará a mejorar la calidad de los servicios.
El gremio interpretó la intervención como una declaración de guerra. "Las obras sociales de los empleados de todas las provincias, según la ley, quedan afuera de la desregularización", explicó el secretario gremial Alejandro Amor. También dijo que existen fallos judiciales que eximen a la ObsBa de la desregularización.
Al menos cinco asociaciones profesionales de docentes y médicos, apoyaron la medida de Macri. Mientras SUTECBA promete "lucha sindical" por los contratados y "lucha judicial" por la obra social, el jefe de Gobierno reiteró que se seguirán revisando la situación de 26 mil contratados. Como diría una placa roja, "estalló el verano".
La espalda del ingeniero
Mauricio Macri parece, finalmente, haber decidido ponerse la camiseta a la que siempre le hizo asco: la de dirigente político. Con su movida de ayer buscó volver a la escena de la que casi se había caído, aun antes de asumir, con las idas y vueltas de su gabinete, jaqueado por una lluvia de denuncias, algunas reales, otras malintencionadas. En todos los casos, unas y otras lo habían agarrado con la guardia baja
El sorpresivo anuncio de ayer es una apuesta política fuerte y bien dirigida. Le apunta nada menos, que al desprestigiado sindicato municipal, una especie de monarquía institucionalizada en la Ciudad. Hace acordar al golpe que dio Kirchner cuando descabezó a la Corte suprema menemista y se ganó la simpatía de un sector de la sociedad. Ahora, sólo queda por ver hasta dónde aguantan las espaldas del ingeniero.
[Fuente: Por Horacio Aizpeolea y Daniel Juri, Clarin, Bs As, Arg, 03ene08]
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