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12sep11
La defensa de Pablo, el menor de los Schoklender, no descarta ir contra Sergio en Tribunales.
Los hermanos Sergio y Pablo Schoklender no se hablan desde el día en que se pelearon en la sede de la Fundación de las Madres, en mayo pasado. Ese episodio, nunca del todo aclarado, permitió que saliera a la luz el escándalo.
Lejos de cualquier reconciliación, si la causa judicial avanza, el enfrentamiento podría agravarse . Uno de los abogados defensores de Pablo, Gonzalo Romero Victorica, le confirmó ayer a Clarín que están "distanciados" y "no cruzan palabra" desde aquella pelea. Además, negó rotundamente que puedan armar una estrategia de defensa conjunta.
"No hay ninguna posibilidad, tienen situaciones distintas en la causa", afirmó tras una consulta telefónica con su defendido.
El rumor corrió por Tribunales desde el miércoles, cuando Sergio se quedó sin abogados. Y luego él mismo se encargó de confirmarlo en el reportaje con la revista Noticias. Cuando le preguntaron sobre esa posibilidad respondió: "Seguramente en algún momento se producirá".
También dijo que Pablo está "dolido por lo que vienen diciendo, especialmente Hebe". Y destacó su capacidad de trabajo. Pero su hermano menor se mantiene inflexible ante esos mensajes. Cuando estalló el escándalo le prohibió a sus abogados cualquier contacto con la defensa de Sergio. Nunca dio marcha atrás. Y ahora podría ir contra su hermano en Tribunales.
Al igual que hicieron los letrados de Hebe de Bonafini, la defensa de Pablo no descarta impugnar su firma en varios cheques.
"Podría haber intereses contrapuestos cuando se conozca la imputación", deslizó su abogado.
En el caso de la titular de las Madres, una pericia ordenada a Gendarmería por el juez Norberto Oyarbide determinó que su firma estaba falsificada. Por medio de ese contrato, la Fundación le adjudicaba a la empresa Meldorek la construcción de viviendas en todo el país, lo que incluía un pago inmediato de 1.920.000 pesos. La medida fue criticada por Schoklender y otros abogados porque se hizo sin consultar a las partes.
A cuatro meses del escándalo, Pablo se aferra más que nunca a su perfil bajo. Sus abogados dicen que trabaja todo el día en su oficina y que suele aportar documentación valiosa para su defensa. Es uno de los imputados en la causa y tarde o temprano deberá declarar, pero no pierde la calma. "No hay nada en mi contra", suele repetir.
Pablo ingresó a la Fundación en 2001 y fue ganando posiciones hasta comandar el sector de compras, desde donde renovó contratistas y proveedores. Pero siempre fue la sombra de su hermano, con quien compitió por espacios de poder.
Esa situación no le impidió avanzar sobre negocios privados. Administró un restorán en el barrio porteño de San Telmo y la imprenta de la Fundación de las Madres.
En 2010 puso una productora de contenidos audiovisuales. Pero siempre concentró sus esfuerzos en la construcción, a través de la firma Construcciones Calificadas SA.
Clarín reveló ayer que iba a sumarse a una megaobra en Tigre hasta que su empresa fue desafectada por el escándalo, y que tenía otros emprendimientos en la zona de Pilar.
[Fuente: Por Nicolás Pizzi, Clarín, Bs As, 12sep11]
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