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09nov14
Frontera Caliente: el engranaje del contrabando en el norte salteño
La diferencia entre el peso boliviano y el argentino favorece el envío ilegal de mercadería. Los senderos que se utilizan para traspasar productos y droga están a la vista de todos.
A pocos metros de la Dirección de Migraciones del Ministerio del Interior de la Nación, en la localidad de Aguas Blancas, límite con Bolivia, hay caminos liberados por donde la mercadería pasa sin control alguno. Están a la vista de cualquiera que se acerque a ver. Los bagayeros no se esconden. Un grupo de hombres y mujeres se turnan para transportar en precarias embarcaciones la mercadería en grandes cantidades.
"No te metás con nosotros porque somos una cadena grande. Yo caigo en cana y viene otro más. Acá está la gente coquera, si vos los junás, van a venir y te van a hacer aca todo", le dice a El Tribuno un remero que se dedica a pasar mercadería de Salta a Bolivia en balsa. No quiere fotos y tampoco preguntas, pide que nadie se acerque al sector donde están.
"Los gendarmes tienen miedo. Vienen ellos y nos dicen acá no se puede pasar nada. Les damos dólares y pasamos", respondió con tranquilidad el hombre, oriundo de Orán.
De los 1.076 kilómetros que tiene el río Bermejo, 75 de cauce delimitan Argentina con Bolivia. La dificultad de los controles es evidente, por la distancia y por la cantidad de efectivos que se necesitan. Los gendarmes que hablaron con El Tribuno no quisieron dar detalles. Solo le advirtieron la peligrosidad de acercarse a los pasadores y la imposibilidad que tienen para intervenir, dado que son "muy pocos".
Cruzando la frontera, en el municipio de Bermejo, Bolivia, los comerciantes explican a viva voz los beneficios de comprar mercadería argentina. Hoy, se necesitan $2 argentinos para comprar $1 boliviano. El 2 a 1 permite el ingreso de grandes cantidades de alimento al territorio vecino: harina, aceites, cervezas, gaseosas, golosinas, que se consumen en las localidades como Pocitos, Yacuiba y Bermejo, entre otras. Pero también se envían a otros distritos del país vecino.
"Vienen y se llevan todo. Champú, dentífrico, alimentos como la harina, azúcar, el arroz. A ellos les conviene porque está barato. Uno cruza a Bermejo y está caro para nosotros, por el cambio. Después lo mandan por todo al interior", sostuvo Jorge L., mientras descargaba mercadería en un local en Aguas Blancas, ese pequeño pueblo de 1.878 habitantes.
Del otro lado de la frontera, aseguraron a este medio distintos comerciantes, que es visible cómo disminuyó la llegada de compradores argentinos por la diferencia en el tipo de cambio. No obstante, los precios de la ropa, en el caso de Bermejo, aún son convenientes al igual que en géneros y calzados.
"Vienen pero se llevan menos cositas que otras veces. Ahora para las fiestas van a venir más, creemos", dice Isabela, comerciante de Bermejo.
¿Cómo llega la mercadería ilegal hasta la frontera? En Salvador Mazza, el otro paso habilitado entre Argentina y Bolivia la situación es peor, porque el tráfico de mercadería ilegal es mayor, pese a los controles que Gendarmería y Aduana realzan previamente en Caraparí y Acambuco. La mercadería igual llega y pasa a Bolivia. Y viceversa.
En la Justicia Federal ya hay causas bajo investigación.
"Es clara la connivencia entre contrabandistas y autoridades de los organismos públicos. Sino, ¿cómo se explica que por mes pasen 700 camiones ilegales?", preguntó un comerciante de esa localidad.
En Aguas Blancas los senderos por donde circula la mercadería "más comprometida" son señalados por los lugareños, basta con preguntarles.
40 causas por ingresos de camiones ilegales hay en el juzgado federal de Orán. Calculan muchos más
Con autorización de AFIP, en Salvador Mazza, solo ingresan 234 camiones por mes, que distribuyen la mercadería entre 138 comerciantes registrados en el municipio. Son los únicos habilitados para vender productos en la frontera, que luego los exportadores, también registrados, envían a Bolivia.
El juez federal de Orán, Raúl Juan Reynoso, ratificó los dichos de los comerciantes sobre el paso de la mercadería argentina ilegal hacia Bolivia.
234 camiones de mercadería ingresan a Salvador Mazza de manera legal, informó la Comisión Multisectorial.
Consultado por El Tribuno, Reynoso dijo que su juzgado está alertado por la mercadería transportada en camiones en situación irregular: "Nosotros tenemos 40 causas que ya nos indican que el problema existe y es real".
"Estas causas se abrieron en poco tiempo. Es necesario tratar de tener en cuenta la proporción de casos que tendremos sin denunciar y sin descubrir", concluyó. El magistrado destacó el miedo que existiría en los ciudadanos para denunciar este tipo de delitos.
Los legales, los afectados
Salvador Mazza es una localidad donde solo existe la actividad comercial. No hay industrias y solo se brindan los servicios indispensables.
Los comerciantes que están registrados en cualquiera de las 14 cámaras del sector, reclamaron ante el Ejecutivo provincial por la escasa disponibilidad que tienen para vender mayor cantidad de mercadería, dado el aumento de la demanda en Bolivia. Están atados a la distribución de cupos de mercadería.
Cada uno puede comprar para vender lo que marca la resolución 2599/09: hasta 4.755 litros de aceite comestible, tres toneladas y media de arroz, casi siete de azúcar, 11.800 kilogramos de maíz y hasta 2.900 kilogramos de harina.
30 mil causas por narcotráfico se tramitaron en Jujuy y Salta en 2013, según la Agencia de Noticias Jurídicas
Según la comisión multisectorial (agrupa a las cámaras de comerciantes de ésta localidad), el 89% de los productos que llegan al lugar se envían a Bolivia a través de los 45 exportadores habilitados.
En promedio, son dos camiones por comerciante y quieren que se eleve a cinco.
Para estar inscriptos y recibir cupos, los requisitos exigen contar con tres empleados formales como mínimo y cancelar las obligaciones tributarias con AFIP y Rentas antes de recibir los camiones con los alimentos que luego comercializan.
Por temor a sufrir represalias, los comerciantes prefieren no hablar en público aunque aseguran que el Ejecutivo conoce de cerca la problemática porque le giraron petitorios en varias oportunidades.
Las divisas
Apenas se cruza la frontera y se pone un pie en Yacuiba, hay una cantidad grande de casas de cambio de monedas y vendedores autorizados por doquier. Para comprar dólares aceptan pesos argentinos y bolivianos. "Con 1.000 bolivianos te damos hasta $72 dólares. Pero no están viniendo desde Argentina a comprarnos. ¿Por qué?", pregunta Maribel a El Tribuno. Mario, también vendedor, explicó que la demanda de dólares bajó porque los controles del lado argentino se incrementaron y la diferencia que se obtiene es baja.
Días atrás, medios nacionales mostraron cómo los bolivianos se llevaban a modo de hormigas mercadería desde Argentina. Las postales que difundieron fueron la de los bagayeros llevando sus bultos para el vecino país. Esto bajo el argumento de que el tipo de cambio favorece a los bolivianos, pero también los afecta por las bajas que tienen desde Argentina. El miércoles último el peso boliviano costaba exactamente el doble que el argentino. En diálogo con El Tribuno, el especialista boliviano en desarrollo y geopolítica, Luis Fernando García, explicó que "los distritos fronterizo están afectados por la baja en las ventas dada la situación de Argentina".
La diferencias de precios en la mercadería entre Yacuiba y Bermejo es notable. La primera localidad es claramente más cara que la segunda. Allí, los comerciantes lamentan la pérdida de clientes argentinos. Las persianas de muchos negocios se cayeron y la tendencia es negativa, según explicaron los comerciantes consultados.
En Bermejo, los precios son más bajos, pero los comercios no quedaron exentos de la crisis económica que atraviesa el país. Hay menos compradores y las multitudes caminando y buscando precios, bajo cuarenta grados de calor, no se ven, relataron los feriantes bolivianos. "Yo no sé qué vamos a hacer luego de las fiestas", le dijo a este medio un anciano que vende calzados en una galería de esa localidad.
Aseguran que la frontera boliviana está muy afectada
La diferencia en el tipo de cambio entre el peso boliviano y el peso argentino perjudica y en grandes dimensiones al comercio de frontera.
El Tribuno dialogó con el boliviano Luis Fernando García Arce, analista en desarrollo económico y especialista en geopolítica. Este profesional explicó que el daño que sufre hoy la frontera boliviana a causa de la caída del comercio, obedece a la baja en la cantidad de argentinos que adquieren productos de Bolivia. "Los comerciantes de la frontera boliviana están padeciendo un fuerte shock económico porque los argentinos ya no compran con regularidad ni en cantidades, ya que es más caro para ellos porque estamos en el 2 a 1", explicó García.
Para el especialista, hoy Argentina es más competitiva que Bolivia y pese a esto, los comerciantes del país vecino están, por un lado, sufriendo la caída del comercio y por otro, beneficiándose del bajo precio de los productos argentinos. "Están comprando más mercadería para llevarla a otros centros comerciales de Bolivia", sostuvo.
Incalculable
García Arce explicó que es "muy difícil calcular el movimiento de divisas en la fronteras. Esto porque todo es irregular tanto en el comercio de monedas como de productos y son miles las familias que viven de ese mercado. Por esto, insisto: el tipo de cambio es determinante en una frontera".
Reconoció que los controles aduaneros son "muy laxos", "sobre todo cuando se aproximan procesos electorales", dijo.
La ciudad de Yacuiba es la más afectada por la cantidad de comerciantes que allí trabajan. Y a la vez, es el reflejo claro del crecimiento que Bolivia tuvo desde que se estatizó el 90% de la producción de petróleo. También lo es Pocitos. En los tres años Pocitos quedó pavimentado en un alto porcentaje (todo el distrito 1), se inauguró el Hospital de Chaguaya, con una inversión de 70 millones de pesos bolivianos; se construyeron dos grandes escuelas y se tendieron 2.820 metros de cables y 70 unidades de postes de hormigón armado, para la electrificación de toda la población.
[Fuente: Por Jerónimo Balut, El Tribuno, Salta, 09nov14]
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