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28sep16
Comunicados de la revista Garganta Poderosa
URGENTE: ¡AYUDA, POR FAVOR!
Impulsado por todos los verdugueos que recibió durante sus 18 años de villero y por la posibilidad de ponerle un punto final a la razia indiscriminada de las Fuerzas en los barrios, nuestro compañero Iván Navarro decidió aceptar la invitación de un programa esta noche, para denunciar las torturas que padeció el sábado 24, en la vera del Riachuelo, por parte de la Prefectura. Volvió hace tres horas a la Villa 21 e intentó distraerse un rato jugando a la pelota, en el club Juventud Unida, a pocas cuadras de su casa.
De regreso, recién, hace 20 minutos, vio cómo dos prefectos golpeaban a un pibe, contra la pared de la Casa de la Cultura. Se acercó para mirarles la identificación y escuchó los motivos del hostigamiento: "Ahora van a cobrar todos, por habernos escrachado en los medios". Lo vieron.
- ¿Qué mirás?
- Nada, pero no le hagas nada al pibe, porque yo los denuncié.
- ¿Así que fuiste vos, pedazo de hijo de puta? Empezá a correr…
Y sí, otra vez, ahora, ya, agitado, nervioso, cagado y cargado de impotencia, Iván acaba de entrar a su casa con el último aliento, mientras un prefecto lo perseguía e intentaba sacar su arma. Si no corría, lo mataban. Y si lo mataban, no lo contaba nunca más.
Patricia Bullrich, ¡dónde mierda estás!
Vengan ya mismo para el barrio, por favor, los funcionarios, los fiscales, los medios y todos los responsables de garantizar nuestro derecho a la vida: queremos saber el nombre del prefecto que logramos fotografiar y las medidas que van a tomar para salvarnos, en esta selva de uniformados cargados de impunidad: compartan, ustedes son nuestra única fuerza de seguridad.
"El silencio de los responsables"
Anoche, nuestro compañero Iván Navarro denunció en televisión cómo lo torturaron más de diez prefectos, sobre la vera del Riachuelo, en la Villa 21.
Relató minuciosamente cómo lo golpearon para subirlo al patrullero, cómo lo verduguearon en la garita, cómo lo encapucharon, cómo lo esposaron a un poste, cómo lo forzaron a realizar flexiones de brazos, cómo le pegaban en la espalda, cómo le contaban las zancadillas, cómo lo apaleaban en la cabeza, cómo lo quemaron con cigarrillos, cómo hicieron el simulacro de fusilamiento, cómo lo obligaron a rezar el Padre Nuestro, cómo lo encañonaron por la espalda y cómo le prometieron que pronto terminarían "el trabajo". Al salir del estudio de televisión, volvió a su barrio, ese barrio que ahora mismo sigue "custodiado por Prefectura", sin imaginar que lo esperaba otra corrida, amenazado por esa fuerza siniestra.
Responsabilizamos al Estado por su vida.
Y por la nuestra.
[Fuente: La Garganta Poderosa, Villa 21, Barracas, Bs As, 28sep16]
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