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01jun16
El 38% de los carreros se encuentra en la indigencia
Un estudio socioeconómico sobre la situación de los carreros concluye que el 90% de estos trabajadores tiene ingresos menores al salario mínimo, vital y móvil (SMVM), que desde su última actualización está situado en $6.060. Cabe mencionar que el SMVM subirá dos mil pesos en las próximas semanas, según anunció el Gobierno nacional días pasados. Una vez que suceda esto, la totalidad de los carreros salteños tendría ingresos por debajo del SMVM.
El relevamiento arrojó otros resultados, como que el 75% de los hogares de esos trabajadores presentan condiciones que los sitúan por debajo de la línea de pobreza.
Además, un 38% no supera el umbral de indigencia, es decir, se encuentran en una posición de suma vulnerabilidad.
El censo, la sistematización y el análisis de los datos estuvo a cargo del Centro de Estudios por el Cambio Social (CECS), flamante institución que cuenta entre sus miembros al economista Julio Ibarra.
"Se encontraron algunos indicadores que dan cuenta de una situación de vulnerabilidad bastante importante en el sector, el porcentaje de hogares con hacinamiento y por debajo de la línea de la pobreza e indigencia son alarmantes", aseveró Ibarra.
Sobre el hacinamiento, se corroboró que alrededor de la mitad de las familias relevadas, específicamente el 43,65%, sufre apiñamiento en sus viviendas. Esos hogares tienen 4 o más miembros por cada habitación. De las relevadas, una de cada tres casas cuenta con entre siete y doce integrantes. En promedio, las familias de los trabajadores carreros están compuestas por más de cinco personas, a pesar que sus viviendas cuentan con muchos metros cuadrados.
Censo y distribución geográfica
La Agrupación de Carreros de Salta cuenta con 441 empadronados, aunque no todos los que ejercen el oficio necesariamente se registraron en las planillas de esa organización. Las estimaciones del CECS concluyen que en la capital salteña serían aproximadamente 700 las familias que dependen del trabajo en carro.
La distribución geográfica de tal masa de unidades económicas muestra que prácticamente la mitad están radicados en la zona sudeste de la ciudad. En ese flanco se encuentra apostado el 43,08% de las familias. Viven en los barrios 26 de Marzo, Democracia, Justicia, La Paz, Lavalle, Morosini, Norte Grande, SITA, San Alfonso, San Benito, San Francisco Solano y Solidaridad.
Otro 33,85% habitan en la zona este del ejido capitalino, concentrados en los barrios 20 de Junio, 23 de Agosto, 6 de Septiembre, Autódromo, El Sol, Portezuelo Chico y Villa Juanita. El 16,15% que vive en zona oeste lo hace principalmente en las barriadas de Atocha, La Ciénaga, La Rivera, Palermo III, Palmeritas, Progreso, San José, Santa Victoria, Sauce, Solís Pizarro y Virgen del Rosario.
Completan la cartografía de los carreros de la ciudad los barrios Ceferino y Villa Chartas del macro-centro, adonde se halla el 4,62% de lo mismos, y 17 de Octubre y Juan Manuel de Rosas -en zona norte-, donde se radica el 2,31%. En el estudio no se detallan causas posibles de esta localización geográfica en la que prima la zona sudeste y se detecta poca concentración en el extremo boreal de la superficie capitalina.
Nivel de estudios
Un dato destacado de los resultados del estudio del CECS es el grado de escolarización de los labriegos del carro. Más del 80% de los encuestados no concluyó sus estudios de educación media; un 26,06% presentan un grado de instrucción baja o nula mientras que otro 58,48% tienen un grado de instrucción pre-intermedio.
Sobre el poco más de 26% caracterizado por su mínima formación, el 3,64% son directamente analfabetos. El restante 22,42% han tenido un paso por la escuela primaria pero no la finalizaron. En lo que se refiere al más del 58% con instrucción preintermedia, el 32,42% completó la primaria y el 26,06% tuvo un paso por la educación media aunque no la finalizó. Solo el 12,71% terminó el secundario.
En las conclusiones del estudio se lee que "el 76,30% de los adultos encuestados declaró haber abandonado sus estudios en los distintos niveles educativos". Se destacan dos motivos fundamentales, poco más del 66% de los que no concluyeron sus estudios atribuyen la deserción a carencias económicas mientras que el 26% arguyó problemas familiares de diverso tipo.
[Fuente: Por Franco Hessling, El Tribuno, Salta, 01jun16]
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