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13sep16
El "Caballo" Suárez: negocios, poder y violencia
Omar "Caballo" Suárez estaba hace unos días recluido en Monte Caseros, una ciudad correntina que limita con Uruguay y Brasil. Estaba aislado, pero no desinformado. Desde allí ensayó una defensa a través de una carta de lectores a LA NACION en la que se defendió por las irregularidades que había detectado la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), el gremio al que tuvo en un puño desde 1992 hasta el 18 de febrero pasado.
Acorralado y sin la red de apoyo político, judicial y gremial que lo supo cobijar durante décadas, Suárez sabía que ahora podía caer en prisión. Se quedó solo. En la CGT divide aguas y difícilmente surja una férrea defensa corporativa, como sucedió con otros sindicalistas detenidos. Apenas circuló un documento común en el que uno de sus puntos exigiría la "no intromisión de ningún órgano externo en la vida institucional de los sindicatos".
Ex moyanista y ligado al ex jefe carapintada Aldo Rico, Suárez intentó ir por un sexto período al frente del gremio "a pedido del papa Francisco". Así lo comunicó en 2014 al regresar del Vaticano, donde compartió encuentros con Guillermo Moreno , Eduardo Valdés y Diego Maradona.
Sin embargo, el deseo de jefe eterno no se cumplió por completo. El 18 de febrero último el juez federal Rodolfo Canicoba Corral dispuso la intervención del SOMU y procesó a la cúpula del gremio por bloquear los puertos, extorsionar a empresarios y por una serie de maniobras supuestamente ilícitas, como lavado de dinero. El juez consideró a Suárez "un peligro" para el gremio y justificó la intervención "a efectos de evitar la comisión de otros ilícitos".
A partir de la intervención, en el SOMU hubo revelaciones que lo involucran y que muestran cierto desfase: el diputado kirchnerista Carlos Kunkel y su mujer, la senadora provincial Cristina Fioramonti, utilizaban como propio un auto Passat (dominio LMJ 534) y una camioneta Kuga 0 km (LZW 034) compradas por el SOMU. Además, se gastaban $ 360.000 mensuales en el mantenimiento de la radio Papa Francisco, que es del gremio, pero cuyo alcance es casi nulo.
Detenido por haber entorpecido vías navegables y extorsionar a empresarios, ahora lo investigan también por fraude y encabezar una asociación ilícita. Detrás de esta nueva acusación, se distingue una maniobra para desviar fondos que incluye a los ex funcionarios kirchneristas Julio De Vido (ex ministro de Planificación Federal) y Exequiel Espinosa (ex titular de Enarsa).
Por un convenio entre el ministerio que encabezaba De Vido, Enarsa e YPF, a partir de 2008 la Argentina comenzó a importar gas licuado. Sirvió de excusa perfecta para que Suárez les reclame a las agencias marítimas un aporte por cada trabajador en concepto de "capacitación", con el argumento de que los tripulantes de los buques regasificadores debían manejar el idioma inglés.
Suárez ganó mayor notoriedad en 2012, cuando encabezó un viaje de Cristina Kirchner a Angola por una misión comercial. De bermudas y ojotas, Suárez caminaba aliviado por el lobby del majestuoso hotel Epic Sana, en Luanda. No estaba allí de vacaciones. Había cruzado el Atlántico a bordo de un buque con 1500 toneladas de productos argentinos y ganado en pie que fueron exhibidos en una feria criolla que organizó el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
El cierre de aquella feria estuvo a cargo de la Presidenta. Eufórica, Cristina Kirchner enumeró agradecimientos. Empezó por los anfitriones, continuó por los empresarios argentinos y cerró con Suárez, a quien definió como uno de sus "sindicalistas favoritos". Los elogios no fueron en vano: Suárez había sido el capitán del "Arca de Moreno", como se bautizó al buque de la compañía Maruba que amarró en el puerto de Luanda.
Suárez irrumpió en el SOMU en 1989, cuando, con una patota que se decía partidaria del ex jefe carapintada Aldo Rico, tomaron por asalto la sede sindical, según publicó Página 12. Tres años después, el Caballo alcanzó la cúpula del gremio al reemplazar al por entonces secretario general, Juan Arce, de quien era chofer y guardaespaldas.
Siempre fue camaleónico a la hora de los respaldos políticos, como lo son casi todos los dirigentes gremiales. A pesar de su admiración por Rico, al poco tiempo se convirtió en un menemista más. Con el paso del tiempo, se acercó a Eduardo Duhalde hasta que en 2003 y hasta la actualidad se convirtió en un kirchnerista convencido.
A partir de sus cercanías con el poder y con Hugo Moyano , en la época que el jefe camionero era kirchnerista, Suárez construyó un holding de empresas a partir del SOMU. Salvo Elite Viajes, dedicada al turismo, el resto de las compañías están vinculadas a los negocios en el puerto, donde el Caballo se siente amo y señor.
[Fuente: Por Nicolás Balinotti, La Nación, Bs As, 13sep16]
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