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15jul11
Diez años, cuatro muestras y una persecución inédita
A pesar de que los hijos de la directora de Clarín ofrecieron en 2003 hacerse el examen de ADN para que éste sea comparado con las muestras de las familias querellantes (García— Gualdero y Miranda—Lanuscou), y a pesar de que la medida fue ordenada el 30 septiembre de 2004 por el entonces juez de la causa Conrado Bergesio, las primeras muestras pudieron tomarse recién seis años después. La razón de la demora obedeció a que los abogados de la querella apelaron sistemáticamente las decisiones judiciales.
En 2003, luego de concretado el apartamiento del juez Roberto Marquevich, del caso, Marcela y Felipe Noble Herrera dieron su consentimiento ante el nuevo juez (Bergesio) para que se les realicen los exámenes de histocompatibilidad y contribuir así a la rápida resolución del caso.
Como se sabe, Marquevich fue apartado de la causa por decisión de la Sala II de la Cámara Federal de San Martín que cuestionó severamente su actuación. El Tribunal consideró que Marquevich prejuzgó con malicia y arbitrariedad al detener y procesar a la señora de Noble en diciembre de 2002. Luego, el Consejo de la Magistratura lo destituyó como juez.
Su accionar ("prejuzgamiento y enemistad manifiesta") nunca les dio a los hermanos las garantías suficientes para realizarse el examen de ADN. Con el cambio de juez, Marcela y Felipe accedieron a ofrecer sus muestras genéticas para determinar si guardaban vínculo biológico con las familias querellantes.
La medida tomada por Bergesio en septiembre de 2004, para concretar el estudio de histocompatibilidad, fue confirmada por instancias superiores y la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación. En 2007, un fallo de la Cámara Nacional de Casación Penal determinó que la confrontación sanguínea "debe hacerse con las dos familias querellantes, y el Cuerpo Médico Forense, y por el sistema de exclusión".
Habían pasado dos años pero el fallo aún no se habían cumplido. Los querellantes se negaban a entregar el mapa genético que hubiera permitido la confrontación, y en el medio el gobierno kirchnerista impulsó una ley para intentar desconocer ese fallo.
Esa ley obligaba a que los estudios se hicieran con una modalidad diferente a la que había ordenado la Justicia. Y fue la herramienta que tuvieron los querellantes para seguir dilatando la cuestión.
El primer examen recién se concretó en diciembre de 2009, al conocerse el fallo de la Cámara de Apelaciones de San Martín, que dispuso realizar la toma de muestras de material genético. Antes –como se dijo– nunca pudo realizarse por las impugnaciones y apelaciones de la parte querellante.
Cumpliendo con la resolución de la Cámara, el 29 de diciembre de 2009 los hermanos concurrieron al Cuerpo Médico Forense para que se les realizara el análisis correspondiente. Fue ésta la primera de cuatro oportunidades en las que Marcela y Felipe ofrecieron muestras de sangre y saliva.
La segunda vez sucedió al día siguiente, el 30 de diciembre, en el marco de una sorpresiva inspección judicial que se realizó en las casas de los hermanos. Veinticuatro horas después de que los jóvenes se sometieron a la extracción de muestras, el juez Bergesio ordenó llevarse elementos personales, como cepillos de dientes y cabellos, para buscar "células desprendidas de los cuerpos".
La tercera oportunidad fue el 28 de mayo de 2010, cuando ocurrió una insólita y vejatoria inspección judicial en la casa familiar de los hermanos, en el cual secuestraron ropa y prendas íntimas. El procedimiento ocurrió después de una audiencia de los hermanos con la jueza de la causa Sandra Arroyo Salgado, quien está al frente de la misma desde abril del año pasado.
Después de esa audiencia, Marcela y Felipe fueron perseguidos por la calle e interceptados por personal policial armado, que intentó realizar el procedimiento en la vía pública, tal como expresaba la orden judicial. Los hermanos alcanzaron a entrar a la casa de su madre, donde se tuvieron que sacar la ropa delante de siete personas.
Finalmente, el 24 de junio pasado, tras el pedido voluntario de los hermanos de ofrecer muestras para que éstas sean comparadas con todo el BNDG, la Justicia tuvo en sus manos las cuartas muestras de ADN, un hecho sin precedentes, que no ocurrió en ninguna causa judicial en nuestro país.
[Fuente: Clarin, Bs As, 15jul11]
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