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09ago11


Sinopsis de la 9.ª audiencia del juicio por crímenes contra la humanidad cometidos en el circuito Necochea.


Juicio del circuito represivo Necochea,
Comisaría Cuarta y Base Aérea
Audiencia del 09 de agosto de 2011

Testifica Carmen Leda Barreiro, secuestrada en La Cueva

Carmen Leda Barreiro se emocionó en un par de oportunidades durante su narración ante el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, pero lloró definitivamente frente al testimonio de su hijo Fabián Muñoz que tenía entre 9 y 12 años cuando se sucedieron los hechos en los que tanto sus dos hermanos como sus padres fueron víctimas del terrorismo de Estado.

Fue secuestrada el 16 de enero del 78 y liberada junto a su esposo, Alberto Muñoz, el 18 de abril de ese mismo año. Allí sufrió todo tipo de vejaciones en sesiones de tortura en las que participaban grupos de más de tres personas. "Me pegaban en la cabeza, en los riñones y el estómago. Me salía sangre de los oídos y orinaba sangre", describió y contó que le ponían la picana "en los pechos, en la vagina y los pies".

Sin contar demasiados detalles aclaró que "el caso Molina (en referencia al ex sub jefe de la Base Aérea, Gregorio Rafael) era una tortura adicional espantosa luego de la tortura". Su testimonio había sido clave para condenarlo a prisión perpetua en 2010 con un fallo que tipificó los delitos sexuales en el marco de un plan represivo sistemático.

En su conmovedor relato, que comenzó en el año 75 con el secuestro de sus hijos por parte de la CNU- Triple A, se tomó un tiempo para analizar la importancia del proceso que se lleva adelante: "así como la dictadura fue un antes y un después, estos juicios también. La gente habla de pasado pero hasta que yo muera la historia la estamos construyendo, ustedes detrás del estrado y nosotros de este lado", exhortó a los jueces. En ese sentido aseguró que "hace 34 años que estoy buscando a mi nieto y lo voy a seguir buscando", y finalizó: "no me doy por vencida ni aún vencida".

Fabián Muñoz, que en el 78 tenía 12 años, declaró con tranquilidad y hasta riendo en un par de momentos, tal vez por los nervios. Pero Leda, su madre, desde la sala del tribunal no pudo contener sus lágrimas cuando su hijo menor contaba que durmió en un banco de la plaza Rocha antes de alojarse en la casa de sus tíos cuando Barreiro y su marido fueron secuestrados.

Aseguró que el rencuentro con sus padres fue un shock muy fuerte porque no esperaba volver a tenerlos. "Estaba convencido que no los iba a volver a ver", afirmó. Y recordó como lo perseguían desde autos desconocidos, incluso a la salida del colegio, mientras sus progenitores permanecían en cautiverio.

En última instancia declaró Miguel Molinari, secuestrado el 20 de enero del 78, quien durante sus días de secuestrado en La Cueva pudo ver, por debajo de la capucha, a Alberto Muñoz con su traje gris con el que se lo habían llevado del Casino donde trabajaba.

Además confirmó las declaraciones de Barreiro sobre la presencia de menores en el centro clandestino de detención de la Base Aérea. "Escuché llantos de niños", dijo, en coincidencia con Leda que afirmó que "en ese silencio que se producía de noche escuché llorar un bebé y otros chicos". Confesó que "viví obsesionada con ese tema, hasta hace poco no podía escuchar llorar a un bebé".

Mar del Plata, 09ago11
Corresponsales del Equipo Nizkor

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small logoThis document has been published on 30Sep11 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.