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30jul17
Buscan en campos de la región chaqueña 3.000 kg de cocaína
Una inobjetable fuente ligada a la lucha contra el narcotráfico deslizó ayer a El Tribuno que la operación contra el tráfico aéreo de droga y la lluvia blanca iniciada en campos de la localidad santiagueña de Los Pirpintos no finalizó aún.
En esa oportunidad, el 4 de julio pasado, en distintos puntos y propiedades rurales, se habían secuestrado en total unas 2 toneladas de cocaína, la mayor parte oculta en una tolva cerealera, enganchada a un tractor lista para ser sacada de la zona, o sembradíos de maíz.
La fuente aseguró que hace un poco más de un mes cambiaron jefes en Gendarmería Nacional en esa zona y poco después cayeron del cielo miles de kilos de la droga, que ingresaron al país por suelos o espacio aéreo salteños.
Se informó que durante esos días previos al secuestro ingresaron no menos de veinte vuelos clandestinos que depositaron su valiosa carga en el sur de Salta, en la provincia de Chaco y en Santiago del Estero.
La fuente indicó que las provincias vecinas fueron invadidas en estos días por un nutrido contingente de gendarmes y fuerzas especiales federales, tras conocerse que uno de los dos detenidos en la operación de Los Pirpintos había manifestado que, días antes de la caída de las dos toneladas, se habían movido de ese acopio rural de cocaína unos 3 mil kg más, que fueron movilizados en tolva o camión hacia un punto desconocido de la zona, donde estarían enfriándose.
Esa es la razón de los operativos y controles rurales en la zona del Chaco santiagueño y chaqueño, donde se estima está aún la mayor parte de la lluvia blanca que desde hace una década asola la llanura chaqueña compartida por tres provincias.
La operación
Poco después de que dos toneladas de droga fueran remitidas a la capital de Santiago del Estero se pensó que un grupo comando podía tratar de recuperar lo incautado, aunque parezca esto de novela.
Las investigaciones llegaron a dar con un cártel cuya organización podría contar con el apoyo de otro a nivel internacional.
Llamativamente solo el radar de Formosa detectó a uno de los aviones pero que ingresó por territorio salteño, estando en funciones, supuestamente, el radar ubicado en Mosconi, Tartagal. Un helicóptero de la fuerza persiguió al avión que, según fuentes fidedignas, a la altura de Monte Quemado (Chaco) voló de manera rasante hacia territorio salteño.
Los dos detenidos en la cosecha de bultos blancos después decidieron colaborar y trasladaron a unos uniformados a un campo que arrendaban. Allí, ocultos en una tolva hallaron dos toneladas de cocaína.
Trascendió que el campo donde eran arrojadas las cargas de cocaína estaba arrendado desde hacía casi una década.
Los aviones eran dirigidos en su ultimo tramo por un teléfono satelital que los peones narcos encendían. Los dos peones tenían, en un campamento ubicado en los montes aledaños al sembradío, la única función de guiar en la mañana al piloto y recoger las bolsas que luego trasladaban hacia otro potrero donde se encontraban las máquinas agrícolas.
Supuestamente, la droga se ocultaba en las tolvas graníferas a la espera de la cosecha de maíz, cuyo grano cubriría las bolsas de cocaína y así la tolva tirada por un tractor salía de los campos a la ruta y desde allí a los silos para luego ser transportada hacia los puertos de Rosario o Barranquera (Chaco), de donde partían hacia distintos mercados del mundo.
Justamente estos trabajadores primarios del narcotráfico, que vivían en condiciones infrahumanas, casi ocultos en una casilla precaria y sin ningún servicio, dieron el puntapié inicial a una operación que todavía no cierra del todo.
Los trabajadores narcorrurales dieron precisiones acerca de cómo y cuándo y cuánto y esos números hicieron entrever que lo secuestrado no se condice con la cantidad de vuelos y la cocaína levantada de los rastrojos.
El volumen faltante alcanza a las tres toneladas de cocaína, cuyo destino hoy es todo un misterio. Aquella vez el avión que arrojó la última carga no fue detectado al salir, por lo que se presume que pudo haber aterrizado en territorio salteño. En tierra, el personal de Gendarmería logró detener a dos sujetos que habían recogido del rastrojo 400 kg de cocaína de un solo vuelo, que terminó de confirmar que cada envío ronda esa cantidad.
A la caza de lo que la tolva se llevó
Personal de distintas fuerzas buscan un acopio de toneladas de cocaína.
Solo dos personas quedaron a disposición de la Justicia tras el secuestro de 2.000 kilos de cocaína valuada en 45 millones de dólares.
Solo dos personas y de las más bajas escalas sociales son los culpables de que la droga llueva sobre la Argentina.
Una de estas personas tiene domicilio en la provincia de Salta, mientras el otro es de la provincia de Chaco, ambos colaboraron en su momento para dar el más grande golpe al narcotráfico en la historia de Santiago del Estero, ya que fueron prácticamente abordados por un helicóptero cuando levantaban la cosecha blanca desde un maizal.
La tragedia de sus vidas se vio en el cenit cuando fueron prácticamente ametrallados para que se entreguen.
Se supo que esta gente, que vivía en condiciones infrahumanas al lado de una fortuna incalculable escondidas en tolvas rurales, fueron contestes con la investigación y dieron pie al hallazgo de dos toneladas de la droga.
Luego, al parecer, contaron la cantidad de vuelos y la cantidad de bultos recogidos desde los campos y en uno de esos relatos a uno de los narcopeones se le deslizó la supuesta frase "llegaron para la puntita, unos días antes se fue lo más gordo". Desde entonces se busca con ahínco los 3.000 kilos faltantes. Se sabe además que la camioneta secuestrada sería propiedad de un agricultor con domicilio en Tartagal, al igual que la propiedad del campo donde fue hallado el campamento narco y las casi dos toneladas de cocaína.
Uno de estos sujetos detenidos tiene domicilio en Salta, mientras el otro es oriundo de la provincia de Chaco, ambos colaboraron en su momento para dar el más grande golpe al narcotráfico en la historia de Santiago del Estero.
Tras este fabuloso golpe quedaron sembradas un tendal de dudas. hace pocos días hubo una tira y afloje por el único radar antinarco de la provincia que cuando caía la lluvia de drogas no había detectado al parecer vuelo alguno.
[Fuente: Por Miguel Escalante, El Tribuno, Salta, 30jul17]
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