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25mar17
La Nación abandonó Rivadavia, hoy la tierra prometida de narco
"Nada, aquí no hay nada, las motos y las camionetas cargadas pasan día y noche, y cuando llueve mucho más. Ellos son los dueños de los caminos", de esta manera graficó la situación un habitante de la línea Barilari, el límite entre las provincias de Salta y Chaco, en el departamento Rivadavia.
Fuentes informadas de ese departamento de la provincia de Salta aseguraron aEl Tribunoque desde hace un año el tráfico de drogas y mercancías sostiene la economía de muchos habitantes de la zona y de a poco se está convirtiendo en una actividad normal entre los jóvenes.
Las mercancías de contrabando, y por supuesto las drogas, entre ellas la marihuana de Paraguay, ingresan por el punto triprovincial de Fortín Belgrano, evaden todas las rutas nacionales y llegan hasta la localidad anteña de Apolinario Saravia, donde son recibidas por camionetas que las transportan hacia muchos destinos del sur del país.
Todo este movimiento tiene como punto de origen la localidad de Rivadavia Banda Sur. Este pequeño pueblo, otrora bastión del avance de la Nación en los territorios indígenas, llamado entonces Colonia Rivadavia, fue punto cúlmine y estratégico de un plan de transformar el río Bermejo en una ruta fluvial y comercial (1860-1870).
Aquel plan, inconcluso hasta la fecha, prometía a la zona un desarrollo impensado para esos tiempos del siglo XIX.
Rivadavia, entonces, el último puerto y punto de civilización, supo tener una guarnición completa del glorioso Ejército Argentino, bastión de la conquista del Gran Chaco.
Desguarnecido
Hoy esa vasta extensión, con los pueblos originarios vencidos y sumidos en la más absoluta pobreza y una población de criollos dedicada a la ganadería de subsistencia, a los planes y al empleo público, solo está defendida de la penetración narco por quince policías provinciales.
Esta pequeña fuerza cuenta con un arsenal compuesto por un fusil FAL, una escopeta 1270, una ametralladora MK3 sin municiones y sin mantenimiento y las pistolas 9 mm reglamentarias.
En este contexto de abandono nacional de las fronteras y de la seguridad del país un antiguo habitante se quejó: "La Nación nos abandonó hace ya mucho tiempo, y hasta el casino de oficiales del Ejército Argentino de enfrente la plaza se demolió esperando el progreso prometido. Solo quedó en pie el edificio donde se albergaba la guarnición del Ejército. Nada de la Argentina nos queda ahora".
El Tribuno recorrió palmo a palmo la ruta 13, desde La Unión hasta la línea Barilari, límite con la provincia de Chaco, tierra inhóspita regada por los ríos Bermejo, Teuco y Teuquito, hoy surcada por caravanas de contrabandistas, la mayoría en motocicletas enduro de alta cilindrada que las hacen inalcanzables.
Los pocos policías de la provincia que allí trabajan, con los escasos medios que disponen, hacen patria en la tierra prometida de los narcos, que hace más de un año cruzaron el Pilcomayo y ahora el Bermejo colonizando el suelo argentino.
"Hace unos seis meses los narcotraficantes se adueñaron de la zona de Fortín Belgrano y desde allí a través de chalanas convirtieron el lugar en un puerto seguro, donde confluyen las mercancías de Paraguay y Bolivia. Luego, por caminos vecinales, rutas provinciales abandonadas y caminos privados llegan hasta el límite con las provincias del sur, sin ingresar a las rutas nacionales. Hasta hace un año el tráfico era escaso. Hoy las motos ingresan todos los días, con cargamentos de cigarrillos, prendas de vestir, hojas de coca y marihuana, de esta última a cientos de kilos por embarque", dijo un uniformado.
Luego aseguró que la lucha contra el narcotráfico a esta escala es una problemática de orden federal y que la magnitud del tráfico hizo que "los narcos anden con hasta diez punteros y gente haciendo inteligencia frente al destacamento para saber si movemos o no la moto o el patrullero. Esas cosas te dejan indefenso".
Al ser consultado sobre el origen de los narcos, el personal de guardia en los montes dijo: "vienen de Chaco o de Formosa, y los baquianos de aquí los guían. Hasta hace un año era un deporte, hoy es una profesión entre los jóvenes más audaces. En un tiempo había respeto, hoy andan armados y con "fierros' sofisticados", denunció. El policía informó: "Hoy salimos a la ruta 13, pero como ve llevamos un fusil cargado, nuestro único seguro de vida".
Rivadavia, que lleva el nombre en homenaje al primer presidente argentino, después de haber sido la perla del Bermejo en el siglo XIX, 150 años después está abandonado por olvido o desidia, y está siendo de nuevo colonizada, pero esta vez por el narcotráfico.
[Fuente: Por Miguel Escalante, El Tribuno, Salta, 25mar17]
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