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07feb12
El grupo que me tuvo lo lideraba Reynaldo Delfín Castedo
Reynaldo Delfín Castedo en el momento de su detención en julio del 2016El miniempresario sandwichero Cristian Arnaldo Torres (36), quien estuvo poco más de 24 horas secuestrado por una banda desconocida que lo golpeó salvajemente en el interior de una casa situada en el tenebroso barrio Africa de la localidad boliviana de San José de Pocitos y luego fue liberado en territorio argentino, dijo a la Policía salteña que el grupo que lo mantuvo en su poder estaba liderado por el narcotraficante Delfín Castedo, uno de los hombres más buscados por la Justicia e Interpol.
Castedo, junto a su hermano Raúl, más conocido como "Ula" y quien se halla detenido por narcotráfico en el penal de Palma Sola, en Santa Cruz de la Sierra, al oeste del vecino país, están acusados de haber sido los autores intelectuales del crimen de Liliana Ledesma, una vendedora de huevos con antecedentes por transporte y venta de estupefacientes, quien fue acuchillada en una pasarela de Salvador Mazza el 21 de septiembre de 2006.
Tras este hecho los Castedo desaparecieron, aunque los abogados de Delfín tuvieron diversos contactos con El Tribuno, asegurando la inocencia de su cliente, de quien nunca más se tuvieron noticias hasta el domingo a la medianoche, cuando Torres dijo que uno de sus secuestradores había sido él.
Por el crimen de Ledesma fueron condenados a prisión perpetua el 14 de junio de 2010, Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, Lino Abdemar Moreno y Casimiro "Nene" Torres. También recibieron penas menores Juan Moreno y Patricia Alba Guerra, y la Justicia ordenó investigar al exdiputado provincial Ernesto Aparicio, hermano de Gabriela.
En el caso ocurrido con el sandwichero Torres, quien posee dos carritos, uno en el Sector 5 de Salvador Mazza y otro en el barrio Africa de la vecina localidad boliviana de San José de Pocitos, curiosamente dos núcleos habitacionales de terrible fama y plagado de aguantaderos narcos, es llamativo que, pese a haber asegurado a los policías salteños que el jefe del grupo de secuestradores era Delfín Castedo, a quien secundaban un argentino con acento porteño y dos bolivianos, se negó a hacer denuncia alguna. Luego deslizó que lo habían liberado porque se habían "confundido" de víctima y que el verdadero destinatario de su acción era otro sujeto que los había "mejicaneado" con un cargamento de droga valuado en 150.000 dólares, cifra que le habían pedido telefónicamente a la esposa de Torres, Andrea Araya, que los juntara si quería volver a verlo vivo.
La llamada efectivamente se realizó, pero desde una telecabina de la localidad fronteriza boliviana.
Torres fue hallado deambulando muy golpeado en las inmediaciones del Sector 5. Ayer fue llevado a declarar a los tribunales de Tartagal, pero guardó silencio y no aportó nombres.
Los investigadores salteños aseguran que ya tienen identificados al porteño y a los dos bolivianos que supuestamente acompañaban a Castedo. De la misma manera, tienen la certeza de que la liberación de Torres no fue producto de un error de los plagiarios sino que fue provocada por el tremendo despliegue de las fuerzas de seguridad de ambos países en las dos localidades limítrofes.
[Fuente: El Tribuno, Salta, 07feb12]
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