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16ago07
Fernández Meijide acusó también a Von Wernich
La ex ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, declaró ayer que Christian Von Wernich participaba del sistema de detención clandestina y torturas y, además, mencionó un testimonio que involucra al sacerdote en la secuencia posterior al fusilamiento de tres jóvenes.
Meijide aportó su testimonio como ex integrante de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). En su momento, ese organismo tomó declaraciones para determinar el funcionamiento de la represión ilegal y establecer el destino de las víctimas.
Entre los testimonios recopilados por la Conadep, la ex funcionaria, quien tiene un hijo desaparecido, mencionó ayer el de Luis Velasco. Ambos se habían encontrado en España, a mediados de los 80, para la reconstrucción del horror.
En aquella oportunidad, Velasco refirió que el ex capellán de la Policía bonaerense que dirigía el coronel Ramón Camps, lo visitó en su celda después de una sesión de picana eléctrica. "Von Wernich se le acercó y al recibir las quejas de Velasco por las torturas, el sacerdote le dijo: "Bueno, al final te quemaron unos pelitos en el pecho", mencionó Fernández Meijide al Tribunal Federal Nø 1 de La Plata. La conclusión de la ex ministra fue que Von Wernich, con ese episodio, demostró "estar banalizando la tortura".
Su comparencia como testigo fue solicitada por la querella para una exposición sobre el método de trabajo de la Conadep.
Antes de su declaración, el tribunal habilitó la lectura de la confesión del policía Julio Emmed ante el organismo creado en la presidencia de Raúl Alfonsín. Uno de los párrafos del documento señala que Von Wernich calificaba de "acto patriótico" la ejecución de "subversivos".
El pronunciamiento en esos términos del religioso, de acuerdo con el testimonio de Emmed, fue luego de un operativo ilegal donde fueron asesinados tres jóvenes. El suboficial atribuyó al cura una oración :"Dios sabe que lo que se está haciendo es por el bien del país".
Emmed había participado del traslado de Domingo Moncalvillo, María del Carmen Morettini y Cecilia Luján Idiart hasta un descampado en las proximidades de Brandsen. En ese lugar fueron acribillados. Al regreso, Emmed se inquietó porque sus ropas estaban manchadas con sangre. En ese momento, Von Wernich quiso tranquilizar la conciencia del homicida con una apelación extraña a cualquier ponderación religiosa: "La sangre derramada, por los jóvenes, está bendecida por Dios".
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 16ago07]
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