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17may08
Memoria Activa dice que el caso AMIA no es prioridad del Gobierno
Una perdió a su marido; la otra, a su hermana. Pero ni las bombas, ni la desidia, ni siquiera el poder político de los últimos 14 años lograron aplastar el reclamo de Diana Malamud y Adriana Reisfeld por el esclarecimiento del atentado a la AMIA. Ellas son miembros de Memoria Activa, un grupo de familiares y amigos de las víctimas que a la semana siguiente del ataque del 18 de julio de 1994 decidieron reunirse lunes tras lunes en la plaza de Tribunales para pedir justicia. "El caso AMIA no es prioridad de este Gobierno", aseguran mientras esperan que la presidenta Cristina Fernández los reciba. Además, apuntan a la dirigencia comunitaria judía que "no cambió" porque "continúan presentando medidas para entorpecer la causa por encubrimiento".
-En 2005 el ex presidente Néstor Kirchner se comprometió a impulsar una serie de medidas. ¿Cumplió?
Adriana Reisfeld: –En 2005 el Estado argentino se decretó culpable de no haber cuidado de nuestros familiares ni haber esclarecido el hecho, y se comprometió en un decreto a investigar seriamente.
–¿No se avanzó en ninguna medida?
Diana Malamud: –Acordamos un plan anticatástrofe porque después de lo que pasó en la embajada de Israel, en la AMIA y más tarde en Cromañón, nuestro país sigue sin un plan de contingencia para casos de emergencia y catástrofe. En eso está avanzando el ministro Aníbal Fernández. Otro tema que no se cumplió fue la digitalización de las fichas migratorias que, salvo Ezeiza, Aeroparque y el puerto de Buenos Aires, siguen sin estar digitalizadas, incluyendo la triple frontera. Tampoco se modificó la ley de inteligencia con respecto a los fondos reservados. Gracias a esos fondos de la SIDE, el ex juez Juan José Galeano le pudo pagar a Carlos Telleldín y así encubrir la causa.
–¿Por qué creen que no se cumplió?
DM: –Por un lado, creo que el caso AMIA no es prioridad de este Gobierno. Además, gran parte de los encubridores ha tenido o tiene relación con el poder. La realidad es que es toda una corporación que se mantiene hasta hoy y lucha para que no se siga adelante.
–¿Se han reunido con la Presidenta?
DM: –No, nos atendió (el secretario general de la Presidencia) Oscar Parrilli en una reunión realmente muy desagradable, en una especie de pasillo. Su pregunta fue qué queríamos, si ellos ya hicieron todo lo que podían hacer por la causa AMIA. Me parece que hay una confusión importante sobre qué es lo que deben hacer.
–La Cámara acaba de confirmar al juez Lijo en la causa por irregularidades. ¿Cómo ven su labor?
AR: –Está trabajando bien. Lamentamos que le pusieran piedras en el camino. Todo lo que se hizo para dilatar la causa buscó que el reclamo fuera menor.
DM: –Nosotros pedimos que se eleve a juicio oral una parte de la causa, la que tiene como imputados a Galeano, al ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja... Sabemos que hay cadenas de encubrimiento hacia arriba y hacia abajo, y vamos a exigir que se siga investigando, pero eso no impide que pueda elevar esta parte a juicio. Si la causa sigue viva es porque existe Memoria Activa; han hecho esfuerzos denodados para que se cierre.
–¿Quiénes han hecho esfuerzos?
DM: –Los tres poderes de todos los gobiernos. Y la dirigencia comunitaria judía.
–¿Cambió algo la dirigencia judía después del procesamiento de Beraja?
DM: –Sí, cambió. Es casi peor. Han tenido una política de encubrimiento porque uno de sus intereses fundamentales es salvar, precisamente, a Beraja. Tanto la AMIA como la DAIA han entorpecido. El grupo Familiares de las Víctimas ha interpuesto medidas de recusación encubierta contra Lijo. Lo que queda claro es que hubo una connivencia entre los imputados y la dirigencia judía.
–¿Qué ocurre con la causa por el atentado?
AR: –Algunos plantean que se revea el total de la causa y otros una parte. Presentaron un recurso ante la Corte por la nulidad de lo actuado por Galeano respecto de los policías de la causa Brigadas, mientras que AMIA y Familiares plantearon la nulidad de todo lo actuado por el Tribunal Oral Nº 3.
DM: –Para nosotros sería un mensaje equivocado rever hoy una sentencia tan clara como la del Tribunal, ratificada por la Cámara y por un veedor internacional.
[Fuente: Crítica de la Argentina, Bs As, 17may08]
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