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20may16
Aprobaron la extradición a los EE.UU. del narco "Mi Sangre"
a habían terminado los alegatos de sus abogadas defensores cuando el juez federal Sebastián Ramos, a cargo del juicio de extradición a los Estados Unidos, le dio la oportunidad de decir las últimas palabras antes de cerrar el debate. Henry de Jesús López Londoño, más conocido como "Mi Sangre", tomó el micrófono: agradeció al "pueblo argentino y al gobierno argentino" por la posibilidad de defensa, repitió que era un perseguido político, que su detención en Pilar, en octubre de 2012, fue ilegal y que su acusación por narcotráfico fue armada por la DEA y la policía de Colombia. Luego, miró al magistrado y le dijo: "Dios lo bendiga, de corazón". Eran las 15.25.
Ocho horas y media después, Ramos sentenció su extradición a los Estados Unidos, donde se lo acusa de tráfico de drogas en gran escala. Eso no significa que, en lo inmediato, el colombiano, que ayer lució tan elegante, de traje, como en la primera audiencia del juicio, el martes, vaya a ser trasladado para comparecer ante los tribunales del estado de Florida. La defensa de "Mi Sangre" adelantó que usará su último recurso: la apelación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Ayer fue otra jornada de máxima seguridad en los tribunales de Comodoro Py. Se repitió la situación del martes, cuando comenzó el juicio de extradición de López Londoño, acusado por la justicia norteamericana de "confabulación para delinquir".
En la entrada del edificio de Retiro había personal de la Policía Federal con un perro y detectives con cámaras que filmaban todo lo que sucedía en los alrededores. En el salón de usos múltiples (SUM), en el subsuelo, había una decena agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y la misma cantidad del Departamento de Inteligencia Penitenciaria.
Sin acreditación ni autorización especial no se podía bajar al subsuelo de Comodoro Py 2002. El operativo para evitar cualquier atentado contra "Mi Sangre", que cuando fue detenido, el 30 de octubre de 2012, en Pilar, fue calificado por el entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni, como "un hombre extremadamente peligroso, no sólo por su historial, sino por el tipo de organización que construyó en Colombia y en otros países de Sudamérica", fue de tal magnitud que cuando pidió ir al baño, durante un cuarto intermedio, lo esposaron, le colocaron un chaleco antibalas del SPF y le protegieron la cabeza con un casco especial.
Cuando volvió del toilette y se sacó el casco, lo primero que hizo "Mi Sangre" fue arreglarse su ondulada cabellera oscura. Esta vez no estaba vestido de celeste y blanco como en la primera audiencia. Ayer lució un saco claro a rayas y camisa beige.
Alegatos
En la primera jornada del juicio, los fiscales federales Patricio Evers y Diego Iglesias, que tiene a su cargo la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), solicitaron que López Londoño sea extraditado a los Estados Unidos.
Ayer fue el turno del alegato de las abogadas de "Mi Sangre", María Gabriela Ricagno y Jacqueline Arias Malatesta, que asumieron después de que el abogado Carlos Broitman decidió abandonar la defensa por diferencias en la estrategia. "Yo lo sacaba libre, excarcelado", se ufanó Broitman ante LA NACION.
La defensa de López Londoño solicitó que "no se proceda a la extradición" a los Estados Unidos y que sea excarcelado. Durante su alegato, Ricagno citó normas del derecho internacional para sostener que no se puede extraditar a López Londoño porque goza de la condición de asilado y está a la espera de que se defina su pedido de refugio. A su turno, su socia, Arias Malatesta, consideró que la detención del 30 de octubre de 2012 en Pilar había sido "ilegal" .
"Sé que estoy herido de muerte, pero intentaré dejar el último aliento en mi defensa", sostuvo "Mi Sangre" cuando comenzó a hacer uso de sus últimas palabras antes de cerrar el debate. Reiteró que en 2008 fue juzgado y absuelto en Colombia por la misma acusación por la que ahora Estados Unidos pide su extradición. Se definió con un "perseguido político" y volvió a acusar a la DEA y a la policía de su país de armar la causa en su contra. No le creyeron.
[Fuente: Por Gabriel Di Nicola, La Nación, Bs As, 20may16]
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