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02ago11
Se extiende la ocupación de tierras en Jujuy
La ocupación de tierras crece a ritmo vertiginoso con el pasar de las horas. La última gran toma se inició ayer, cuando el sol empezaba a esconderse detrás de los cañaverales y el frío endurecía todo el cuerpo.
Provistas de termos para cebar mates y parrillas humeantes con tortillas calientes, unas 600 familias se asentaron a la vera de una plantación de caña de azúcar que pertenece al Ingenio Ledesma y que está ubicada en la entrada de este pueblo.
Lejos del predio tomado el jueves último, donde se desarrolló la brutal represión que dejó un saldo de cuatro muertos -entre ellos un policía-, los "vecinos autoconvocados", como ellos mismos se definen, cercaron esta vez un lote de 40 hectáreas, a pocos metros de la fábrica azucarera de Ledesma.
Y, mientras las ocupaciones se extienden, el gobernador de Jujuy, Walter Barrionuevo, desligó de cualquier responsabilidad a la policía por las cuatro muertes sufridas en el desalojo del jueves pasado.
Las carpas empezaron a brotar como hongos y las frazadas y colchones llegaban a paso lento, para tratar de hacer más confortable la estada. La noche prometía llegar a temperaturas bajo cero.
"Nadie está acá por placer. Son las únicas tierras que quedaban disponibles, por eso nos instalamos acá", sentenció Alicia Tarifa, quien dijo haber completado todos los trámites para obtener una vivienda del Gobierno, pero su gestión no tuvo final feliz. "Fuimos por derecha y no conseguimos nada, se ve que ésta es la única forma de conseguir las cosas", se quejó.
Organizados en delegados por manzanas, los vecinos autoconvocados relevaron la cantidad de familias que se instalarían en este predio y quedaron registrados en cuadernos. En este lote, las cañas aún permanecían sin cosechar; cosa que la empresa Ledesma concretaría antes del fin de semana. Una vez limpio el predio, los vecinos empezarían a armar sus viviendas, de a poco. Marcelo Agüero, uno de los delegados, agregó: "En teoría, Ledesma tiene que cosechar este lote, pero no tenemos problemas en hacerlo nosotros y cargar todo en los camiones con tal que podamos quedarnos".
"No queremos que nos regalen la tierra. Las queremos comprar. La verdad que aprovechamos el momento que todo el pueblo se está instalando para poder reservar un pedazo de tierra para nosotros", señaló Agüero a La Nacion.
Según los vecinos, ese predio había sido donado por Ledesma en 2009 para un plan de urbanización del pueblo, que contemplaba, entre otras cosas, el traslado de la ruta 34 unos kilómetros hacia el Oeste. De ese modo, la actual traza quedaría como una gran avenida que atravesaría esta ciudad. "Esto se debe al crecimiento de la población", destacó Mariela Mamani, otra de las delegadas. "Ledesma cedió la tierra, pero el Gobierno no hizo nada con ellas", renegó.
"No queremos que nos den las cosas gratis, pero sí queremos una vivienda digna", sostuvo Reina Corbalán, una vecina que paga 1200 pesos por el alquiler de una vivienda de un dormitorio.
La demanda de terrenos generó dos negocios paralelos: el aumento del precio de los alquileres y la venta subterránea de terrenos tomados.
"Donde fue la represión están vendiendo los terrenos entre 2000 y 3000 pesos", denunciaron.
"Eso demuestra que no todos estaban allí por necesidad", sostuvo Tarifa.
Los autoconvocados destacaron que ninguno tiene militancia política ni en los partidos ni en las agrupaciones sociales, como Tupac Amaru y la Corriente Clasista Combativa (CCC). "Somos trabajadores, algunos docentes, otros gendarmes o empleados estatales", aseguró Mamani.
La crisis habitacional en esta localidad provocó una ola de terrenos tomados que está creciendo. La mayoría de las tierras pertenecen a la empresa Ledesma. A las 15 hectáreas donde fue la represión, conocidas como El Triángulo, se sumó otro predio más chico -también perteneciente a la empresa de la familia Blaquier- en el que también hay "autoconvocados".
Como reflejó La Nacion en los últimos días, en una casa tipo de Libertador General San Martín conviven hasta tres generaciones y el espacio queda chico para cualquier familia. La opción que encontraron los pobladores, por lo menos por el momento, fue salir a conquistar tierras a cualquier precio.
Denuncia la Iglesia una violencia "irracional"
Al solidarizarse con las familias de las cuatro víctimas fatales, tras el violento desalojo del jueves pasado, la Iglesia advirtió ayer que Jujuy sigue viviendo "situaciones de deterioro social a las que no se atiende con suficiente premura y eficacia". En un comunicado, los obispos de las diócesis de Jujuy, Marcelo Palentini, y de Humahuaca, Pedro Olmedo, lamentaron los hechos de violencia producidos "de manera descontrolada e irracional", y llamaron a "todas las fuerzas vivas de la sociedad a unirse para salvaguardar la calidad de vida de nuestras comunidades, en especial las más expuestas a la marginación y al abandono".
[Fuente: Por José Ignacio Sbroco, La Nación, Bs As, 02ago11]
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