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02dic12
Comienza el juicio a los argentinos acusados de llevar cocaína a España
El próximo martes a las 10 de la mañana los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, y Matías Miret, los tres argentinos presos en España por narcotráfico, podrán decir sus últimas palabras ante el tribunal que los juzgará. Luego, la fiscalía presentará las pruebas y les tomará declaración a los testigos que tiene la causa.
Desde el 2 de enero de 2011, los tres están detenidos, acusados de transportar 944 kilos de cocaína ocultos en dos sofá cama y en dos armarios dentro del avión en el que viajaban.
La estrategia de la defensa será "demostrar las irregularidades que se dieron en el procedimiento llevado a cabo en el Challenger 600", y decir que nada tienen que ver con la droga que se les incautó y que viajaron para hacer negocios con un empresario español.
La defensa de los hermanos Juliá, a cargo de Carlos Broitman, Darío Kaen y la abogada española Lourdes Izquierdo Montijano, se centrará en demostrar que el día de la detención, se vulneraron los derechos de sus defendidos.
"La manera en la que se interceptó el avión en el aeropuerto; la forma y el cómo se encontró la droga; el muestreo realizado y la cadena de custodia de la sustancia; son algunas de las irregularidades que pudimos detectar del momento en el que se realizó el allanamiento", explican a Tiempo Argentino los abogados defensores de los hermanos Juliá.
Para los abogados, el procedimiento fue ilegal, ya que aseguran que se realizó sin orden judicial; y sin la presencia de testigos ni de los imputados.
El avión había despegado de la terminal de Ezeiza y antes de llegar a Barcelona, hizo una escala técnica en el aeropuerto Amilcar Cabral de la República de Cabo Verde. Pero para los investigadores, la droga se cargó en el aeródromo de Morón, donde se le hicieron algunas modificaciones a la aeronave.
"En la causa se incorporó un video del procedimiento que demuestra nuestra postura: que fue un procedimiento armado y por ende nulo. Porque al llegar a Barcelona el avión fue visitado por la Compañía de Seguridad del Aeropuerto en el marco de un control por una denuncia por una infracción administrativa del Código Aduanero, del 19 de octubre de 2010 en el aeropuerto de Málaga, pero esa denuncia hasta ahora nunca apareció", explica Dario Kaen que desde la semana pasada, junto a Broitman viajó a España para prepararse para el debate.
Para los investigadores los Juliá realizaron "vuelos preparatorios" antes de llevar la cocaína. Un primer vuelo a España se hizo el 9 de junio de 2010 con un avión Hawker 800, saliendo desde Buenos Aires hacia la ciudad de Murcia.
El segundo vuelo fue realizado el 30 de junio del mismo año con la misma aeronave. Ese vuelo partió de Buenos Aires hacia la ciudad de Reus Terragona y llegó a la ciudad de San Javier el 1 de julio. En ese vuelo viajaba Andrés Valea Vera, el empresario español, al que Gustavo Juliá mencionó en su declaración como la persona que los había contratado en España para trasladar obras de arte y documentación bancaria. Desde San Javier, el 7 de julio, el avión partió hacia Cabo Verde, con una escala técnica en Málaga, y de allí regresó a Buenos Aires.
"Los vuelos anteriores, que para la fiscalía son 'preparatorios' se realizaron con diferencias en modo, tiempo y lugar. La tripulación era distinta, los pasajeros también eran distintos, los servicios de handling eran diferentes y los destinos y alojamientos, también eran diferentes. Por eso es que decimos que no existen elementos para sostener que los vuelos anteriores fueron de preparación para el suceso ocurrido el 2 de enero de 2011", explica la defensa que, además remarca: "Para la fiscalía esos vuelos son sospechosos, pero no explican de qué forma sirvieron para la preparación del contrabando."
La prueba.
Gustavo, de 50 años, y Eduardo, de 52, son hijos del ex brigadier José Juliá, quien fue jefe de la Fuerza Aérea en la década del 90. Gustavo, manejaba hasta el día de su detención, diferentes empresas del rubro aeronáutico desde hace más de una década.
El 2 de enero de 2011, a las 15:05, cuando el Challenger 600 arribó al aeropuerto El Prat de Barcelona, la Guardia Civil detectó que la droga estaba escondida en el avión de la siguiente manera: 198 bultos estaban en un sofá cama ubicado en el lateral izquierdo de la aeronave; 310 bultos, iban en un sofá cama del lateral derecho; 197 bultos en un armero en el fondo trasero derecho; y los 95 bultos restantes estaban en un armario al fondo.
Esa es la prueba irrefutable que tienen los investigadores para sostener la acusación de los imputados, que el próximo 4 y 5 será puesta a debate en la Audiencia Provincial de Barcelona Sección Octava, integrada por los jueces Carlos Mir Puig, Jesús Barrientos Pacho y Mercedes Armas Galvez. Nueve son los testigos que están citados para el primer día del juicio.
Tanto los hermanos Juliá, como Miret (bajo la defensa del abogado español Carlos Echavarri), podrían ser condenados a una pena de 9 a 13 años de prisión, si se los encuentra responsables del ilícito. El veredicto, según la defensa de los imputados, podría estar antes de fin de año. «
La vinculación con otras causas de narcotráfico
Hace un mes, con la detención del presunto narco colombiano Henry de Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre",, el apellido Juliá volvió a vincularse con el narcotráfico.
Es que el nombre de Henry aparece en la agenda de un celular de Gustavo Juliá, con el que ambos se comunicaban. El dato surge del expediente que tramita en el juzgado de Alejandro Catania, que investiga la causa del narcojet en el país.
Pero el nombre de los Juliá también aparece en otra causa judicial vinculada al narcotráfico. Se trata de la investigación que lleva adelante el fiscal de San Isidro, Luis Angelini, por el doble crimen de los colombianos en el Shopping Unicenter de Martínez, y el crimen del colombiano asesinado en San Fernando.
En ese expediente consta que dos de las empresas de Gustavo Juliá, Federal
Aviation y Medical Jet, aparecen vinculadas a las personas imputadas por los homicidios.
En la causa figura que el día del doble crimen de Unicenter -24 de julio de 2008- hubo una comunicación telefónica entre un número de teléfono perteneciente a Federal Aviation SA y un celular que figuraba a nombre de Jorge Moreyra, alias El Zurdo, presunto barrabrava de Boca e imputado en la causa acusado de ser uno de los partícipes necesarios.
Por ese entrecruzamiento de llamados y otros que ocurrieron en los meses posteriores a los homicidios, el fiscal Angelini había solicitado en el mes de julio de 2010 una serie de allanamientos en la sede de Federal Aviation, ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen 785, de la Ciudad de Buenos Aires; pero el juez de garantías de San Isidro Esteban Rossignoli no los autorizó. Ese pedido se había realizado seis meses antes de que los hermanos Juliá fueran detenidos en España con los 944 kilos de cocaína.
En la causa de Unicenter, Gustavo Juliá se presentó a declarar, se desvinculó del hecho y dijo que el teléfono que aparece en el cruce de llamados, lo utilizaba Carlos Luaces, que era el director cesante de Federal Aviation.
El expediente en la argentina
En la Argentina la causa de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, tramita en el juzgado en lo Penal Económico a cargo de Alejandro Catania. El expediente judicial se inició días después de la detención de los argentinos en España, para tratar de establecer donde se había cargado la droga.
Catania pudo establecer que la cocaína se cargó en el aeródromo de Morón y le tomó declaración al jefe del lugar, Ricardo Palazón, quien en su momento deslindó responsabilidades y señaló a algunos miembros de la Fuerza Aérea como responsables de la estación aérea.
En esa causa, en la que se siguen investigando los vínculos de los Juliá, se pudo establecer que en junio de 2003, Gustavo, que era gerente económico financiero del PAMI, fue echado tras una serie de irregularidades relacionadas con contrataciones en la época de Horacio David Pacheco, ex miembro del directorio del PAMI en el interinato de Eduardo Duhalde.
También de la investigación se desprende que una de las rutas preferidas de los hijos del ex brigadier, José Juliá, era la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. A través de ello, se pudo determinar que Gustavo Juliá compartió muchos vuelos con dos personas investigadas por el juez Marcelo Aguinsky: Daniel Rogelio Amitrano y el colombiano John Wilson Díaz Vélez -personas que aparecen en una escucha telefónica de la SIDE hablando con un supuesto proveedor de cocaína-, presunto miembro de una red compuesta por la modelo colombiana Angie Sanclemente Valencia.
El antedecedente de las modelos
La pesadilla de las modelos argentinas María Belén Tellez y Jessica Almada terminó el 4 de abril de 2008. Ese día, la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Barcelona las absolvió por el contrabando de 16,2 kilos de cocaína, hecho por el cual habían pasado 18 meses presas en una cárcel de mujeres de esa ciudad española. Por ese hecho fue condenado el promotor de las chicas, Alejandro Panno, a la pena de once años de prisión.
Las modelos habían sido arrestadas junto a Panno el 29 de octubre de 2006 en el aeropuerto internacional de El Prat, al bajarse de un avión procedente de Buenos Aires. La policía encontró en el doble fondo de cuatro valijas despachadas a nombre de María Belén, planchas de cocaína con una pureza del 37,9% y un valor de mercado de 1,1 millón de euros.
Las jóvenes proclamaron en todo momento su inocencia y explicaron que sus pertenencias estaban en dos valijas, mientras que la droga se encontraba en otras cuatro que llevaba Panno. El fallo de los jueces catalanes les dio la razón: "No ha resultado suficientemente acreditado que las procesadas conocieran el contenido de las citadas maletas que transportaba el procesado."
María Belén y Jessica volvieron poco después a la Argentina. La primera capitalizó la fama participando del programa Bailando por un Sueño, de Marcelo Tinelli, y escribió un libro: Ilusiones tras las rejas. Diario de una modelo.
La segunda optó por un perfil más osado: se desnudó para una publicación española y luego para la edición argentina de la revista Playboy.
[Fuente: Por Gabriela Oprandi, Tiempo Argentino, Bs As, 02dic12]
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