10jul03

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Comunicado del Equipo Nizkor con relación al tema de las extradiciones y las opiniones periodísticas y militares.

In English

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1) Los diarios Clarín y La Nación, en comentarios editoriales sobre la cuestión de la extradición de los militares y civiles acusados de crímenes graves contra la humanidad, cuyo texto completo reproducimos más abajo, hacen un planteamiento de la cuestión que se basa en una técnica dramática, o sea, exponen las consecuencias pero no explican las causas; de esta manera extraen conclusiones que, además de ser falsas, inducen al engaño, ocultan la verdad y demuestran una falta de respeto a los ciudadanos, y especialmente a sus lectores, que merece ser contestada.

2) Los periódicos ocultan que los procedimientos que se han dado en terceros países han sido promovidos, sin excepción, por ciudadanos representando a víctimas argentinas y apoyados por organismos de derechos humanos argentinos y de otras nacionalidades, así como por organizaciones de víctimas y grupos políticos progresistas, basados en la evidencia de que en Argentina se procedió a exterminar una generación completa, con el silencio cómplice de parte de la sociedad y con el apoyo de los medios de prensa y, desde luego, el Diario Clarín y el diario La Nación no son una excepción, sino todo lo contrario.

3) La soberanía de un país se mide por su nivel científico, por la solidez y honestidad de sus instituciones, por los bajos niveles de corrupción, por la integración social y por el nivel tecnológico y científico, entre otros indicadores. Pero desde hace siglos se sabe perfectamente que no se mide por el nivel de corrupción de la justicia y por la impunidad de los crímenes graves. Lo que los editorialistas ocultan es que si existen procesos en terceros países es porque la corrupción política y social argentina ha dado lugar ha ello.

4) Es cierto que en el procedimiento en Italia se utilizó el Código Penal Italiano, que es de la época de Mussolini, y eso fue usado por los activistas de derechos humanos, como no podía ser de otra manera, que dirigieron durante años el procedimiento sin el apoyo de los gobiernos.

Pero decir que la sentencia contra el ex General Suárez Mason es un acto del imperialismo italiano es falso de pura falsedad. Más le valdría al periódico Clarín recordar que la Logia P-2, dirigida por italianos como Licio Gelli, incluía a eminentes militares y políticos argentinos que nunca fueron ni siquiera investigados por los crímenes cometidos en nombre de esa logia, ejemplo modélico de organización criminal, muchos de los cuales fueron planificados y cometidos en Argentina.

Este poder criminal aún hoy existe, como dejó en evidencia el caso de la falsificación de documentos judiciales en el caso del oficial y abogado Olivera, utilizando la magistratura italiana.

5) Dar la impresión de que los procedimientos españoles son parte de una corriente imperialista española es también una falsedad que ronda la infamia intelectual, pero que es concordante con el comportamiento periodístico de Clarín desde el comienzo de los mismos y con la manipulación que de la información sobre éstos procedimientos este Diario ha realizado hasta la fecha.

Dicho procedimiento ha contado con la oposición permanente y activa de la fiscalía de la Audiencia Nacional, de la Fiscalía General del Estado, del Presidente del Gobierno español, del Ministerio de Asuntos Exteriores español e, incluso, de la prensa española, que han actuado en todo momento como defensores de los militares procesados y han utilizado, en complicidad y concordancia con los servicios de inteligencia argentinos, todos los mecanismos posibles de intimidación, amenazas, e incluso difamación, que les ha sido posible usar. En el apoyo a que los juicios no se realizaran han coincidido tanto el Partido Popular, como líderes como Felipe González del PSOE.

El tipo y naturaleza de estos juicios es contrario a la política de estado de excepción interno y global que promueve el actual Gobierno español y, más aún, después del pacto con el Presidente Bush y con el Primer Ministro Blair con relación a la guerra en Iraq.

Ni siquiera el comportamiento mediático y de autopromoción del Juez Baltasar Garzón explica que estos procedimientos hayan sobrevivido hasta la fecha y, menos aún, que se encuentren detenidos en prisiones españolas dos oficiales navales como son Miguel Cavallo y Adolfo Scilingo. En ninguno de los dos casos fueron la policía o los medios de investigación policiales españoles los responsables de esta situación. Miguel Angel Cavallo "cayó" como consecuencia de la depuración de la corrupción en México y Adolfo Scilingo se entregó y confesó voluntariamente.

6) La soberanía argentina no ha sido violada por los procedimientos contra militares y civiles en el exterior, sino por aquéllos que han provocado la situación social y económica argentina que es, desgraciadamente, conocida por todo el mundo y sufrida especialmente por los propios ciudadanos argentinos. Ha llegado el momento de dejar de acusar a terceros difusos de los males e ignominias cometidos por nacionales argentinos o extranjeros en colusión con ellos.

7) La soberanía argentina ha sido vilipendiada por los militares que invadieron Bolivia en 1980 y utilizaron el narcotráfico y la corrupción para financiar sus aventuras militares en Centroamérica, por los que participaron y apoyaron el exterminio en Guatemala, y por los que asesinaron y planificaron el exterminio de población civil en Honduras.

Quienes planificaron, organizaron y dirigieron la organización criminal que creó una red de Centros de Detención clandestinos y de campos de exterminio que asoló el país -y que aún hoy en día tienen el poder suficiente para condicionar al estado-, son los responsables de que la soberanía argentina, en la práctica, no exista, y no los activistas de derechos humanos que legítimamente han promovido los juicios en el exterior ante la imposibilidad cierta de obtener justicia en el interior.

8) La soberanía argentina ha sido puesta en riesgo al no cumplir con las normas y dictámenes emanados de la Comisión Interamericana y de la jurisprudencia de la Corte Interamericana que declaran nulas las amnistías y las leyes de impunidad, pero también por el hecho de que el sistema judicial haya impedido deliberadamente que se utilicen los recursos jurídicos que el derecho internacional ha utilizado durante décadas y, especialmente, el derivado del sistema de Naciones Unidas, del Derecho Internacional Humanitario o del Derecho Internacional de los Derechos Humanos reconocidos por la vigente constitución argentina en su artículo 75, inciso 22. Todo esto ha enajenado a este país, en la práctica, del sistema interamericano y el de Naciones Unidas.

Baste recordar que ni siquiera los delitos cometidos durante la Guerra de las Malvinas fueron depurados y el diario Clarín debería tener conocimiento de los mismos en profundidad, ya que participó en aquella época en la comisión ministerial en cuyo seno se censuraba, manipulaba y falseaba escandalosamente la información sobre el conflicto.

Para los editorialistas la soberanía es una suerte de producto mafioso que sirve para esconder criminales, para ocultar la corrupción, para impedir el acceso a la justicia a sus ciudadanos y para ocultar históricamente los horrendos crímenes cometidos, no sólo en territorio argentino, sino también fuera de él.

10) El Diario Clarín utiliza un caso, de los que podríamos llamar de derecho mercantil internacional, para "horrorizarse" por el uso que hicieron los tribunales de Nueva York en un caso sobre bonos argentinos. Nosotros recomendamos a este Diario que utilice el caso Wiwa v. Royal Dutch Petroleum, o el estatuto de la Ley RICO de los Estados Unidos, o la Convención Interamericana contra la Corrupción, y que informe a sus lectores acerca de cuántos ciudadanos argentinos o extranjeros están siendo investigados o imputados por la evasión de divisas, el lavado de dinero, el desvío de fondos durante las privatizaciones, la creación de bancos clandestinos o, simplemente, por su responsabilidad en la administración de empresas como YPF, que llegaron a ocupar el primer lugar internacional en empresas petroleras en pérdidas, o por los fondos creados con los bienes saqueados a las víctimas de la dictadura militar, o por la generación de todos los instrumentos contables necesarios para producir la mayor quiebra económica internacional de un país.

Es muy posible que en el tipo de conductas referidas sí encontrarán en españoles e italianos muestras de ese imperialismo trasnochado, e incluso de comportamientos poco ortodoxos con el derecho argentino. No obstante, estamos seguros de que ninguno de esos ciudadanos españoles e italianos ha apoyado los procedimientos contra militares argentinos en terceros países, ni es investigado por la justicia argentina.

9) Esperamos que se anulen las leyes de impunidad y que el sistema judicial argentino sea depurado y reestructurado profundamente, para que pueda cumplir con la jurisprudencia de la Comisión Interamericana y aplicar el derecho internacional de Derechos Humanos y, por supuesto, que todos aquéllos que hayan sido responsables de crímenes graves contra la humanidad y contra su propio país, incluídos los supuestos de corrupción económica y social, sean juzgados y cumplan las condenas que la ley les imponga en juicios justos y transparentes.

Este es el comportamiento que permitirá que Argentina recupere su soberanía perdida, y no el mantener un sistema de impunidad jurídica, política y social que ha desintegrado la estructura social y política argentina, desintegración que por supuesto no era inevitable, ni es producto del destino, ni de las leyes naturales.

Antes incluso de que Argentina existiera como nación, ya se conocían bien las consecuencias de este tipo de modelos de impunidad, y basta para ello reproducir lo que decía Jeremy Bentham (1748-1832): "Del poder de perdonar sin límites, surge la impunidad de la delincuencia en todas sus formas; de la impunidad de la delincuencia en todas sus formas, la impunidad de todas la formas de maldad; de la impunidad de todas las formas de maldad, la descomposición de los gobiernos; de la descomposición de los gobiernos, la descomposición política de la sociedad".

Esto es precisamente lo que ocultan los editorialistas del Diario Clarín y de la Nación.

Gregorio Dionis, Director del Equipo Nizkor
UE - 10jul03

Este documento ha sido publicado el 09ago03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights