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13jun06
El Gobierno recortó el poder de los jefes de las Fuerzas Armadas.
El presidente Néstor Kirchner firmó ayer la reglamentación de la Ley de Defensa, que otorga un protagonismo central al Estado Mayor Conjunto, acentúa el control civil de las Fuerzas Armadas y ratifica la separación entre las funciones de defensa y de seguridad interior. Además, dispone el empleo de tropas militares sólo ante "agresiones de origen externo" de fuerzas armadas pertenecientes a otro Estado.
Sobre este último punto, el decreto rechaza de manera explícita el empleo militar para enfrentar las llamadas "nuevas amenazas", una nueva doctrina militar que es impulsada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, George Bush, para los países de la región, luego de los atentados del 11 de setiembre de 2001.
Al respecto, la ministra de Defensa, Nilda Garré, dijo que las denominadas nuevas amenazas "referidas al terrorismo, el narcotráfico, el delito organizado, no son responsabilidad de las Fuerzas Armadas, que están preparadas profesionalmente para otras hipótesis".
Garré hizo declaraciones en la Casa Rosada, sin posibilidad de repreguntas de parte de los periodistas, al salir de la audiencia en la que Kirchner firmó el decreto 727/06 de reglamentación de la Ley, que estaba pendiente desde su promulgación el 26 de abril de 1988.
Para Garré, esta situación hacía que no hubiera un "control político suficiente sobre las políticas de defensa y el accionar de las Fuerzas Armadas".
La acompañaron al despacho presidencial los máximos jefes militares: del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Jorge Chevalier —el hombre que tendrá a partir de ahora más poder en las FF.AA.—; del Ejército, teniente general Roberto Bendini; de la Armada, almirante Jorge Godoy; y de la Fuerza Aérea, brigadier general Eduardo Schiaffino.
Sobre las organizaciones que ellos conducen impactarán los cambios que se vienen en materia militar y que, para Defensa, tienen como punto de partida la reglamentación.
En este sentido, Garré reiteró la intención de avanzar en un "proceso de reconversión y modernización" de los esquemas de defensa que actualmente "están fundados sobre realidades geopolíticas desactualizadas y sobre hipótesis de conflicto ya superadas".
El rol que la reglamentación reserva al Estado Mayor Conjunto (EMCO) promete generar un fuerte impacto en las fuerzas, cuyos jefes verán menguada buena parte del poder que han tenido tradicionalmente.
Garré dijo que el EMCO ha tenido una "existencia un poco virtual" y "no operaba con toda la plenitud" por no estar precisadas sus funciones. La ministra puso la guerra de Malvinas como ejemplo de la falta de acción conjunta y de un planeamiento estratégico militar adecuado.
La reglamentación otorga competencia al jefe del EMCO para seleccionar entre las fuerzas a los oficiales y suboficiales que lo integrarán más allá de la opinión de sus jefes.
Establece que el EMCO será el responsable de formular la doctrina militar conjunta, el planeamiento militar conjunto y el adiestramiento militar conjunto. También coloca claramente al EMCO en la cadena de mandos entre Defensa y las fuerzas.
El jefe del EMCO "será el responsable del empleo de los medios militares en tiempos de paz" y "tendrá el control funcional sobre las Fuerzas Armadas, con autoridad para impartir órdenes". De este jefe militar dependerá un "comandante operacional" que deberá ser propuesto por Defensa y designado por el Presidente.
En tanto, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea "estarán dedicadas exclusivamente a alistar, adiestrar y sostener los medios puestos a su disposición".
Aunque no está explicitado en la norma, en Defensa anticiparon que la lógica del accionar conjunto se aplicará al despliegue, el entrenamiento y las adquisiciones de armas y equipos.
El decreto no alude al concepto de "disuasión" que contenía la Ley de Defensa. Sobre los países vecinos, postula "la necesidad de proyectar un sistema de defensa subregional" que asegure "el mantenimiento futuro de la paz".
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 13jun06]
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