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18mar10
Astiz amenazó a los jueces, criticó a Cristina y a la Corte y citó a Perón
Decir que renunciaba a su defensa le llevó al ex capitán naval y miembro del Grupo de Tareas 3.3.2, Alfredo Astiz, más de una hora y media. Fue ayer en el Tribunal Oral Federal 5 donde se lo juzga, junto a otros 17 represores, por los crímenes ocurridos durante la dictadura en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Aunque se negó rotundamente a responder a las preguntas de los magistrados, Astiz se tomó su tiempo para leer un extenso alegato político en el que reivindicó su actuación en la represión ilegal de la guerrilla y reiteró que sólo puede ser juzgado por la Justicia militar. También cuestionó al kirchnerismo y al Poder Judicial, incluida la Corte Suprema.
Astiz calificó de "golpe de Estado" contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación la decisión del ex presidente Néstor Kirchner de llevar a juicio político a los miembros de la llamada "mayoría automática" que la Corte tuvo durante el gobierno de Carlos Menem. Y sostuvo que el tribunal, con los nuevos jueces designados a propuesta de Kirchner, obedeció "órdenes" de la actual presidenta, Cristina Fernández, para mantenerlo encarcelado.
"La Suprema Corte ha mantenido congelada mi excarcelación, a pesar de no ser un asunto de su competencia, para cumplir las órdenes, expresadas en forma abierta y pública en diciembre de 2008 en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada por la presidente Fernández de Kirchner de que se impidiera mi excarcelación", expresó.
Como siempre desde que se inició el juicio oral de la llamada "megacausa ESMA", Astiz se presentó ante los Tribunales de Comodoro Py vestido con jeans, chomba y pulóver. Animado, casi envalentonado, dijo que iba a declarar cuando se le concedió la palabra. Lo que hizo fue leer un extenso escrito, de unas quince carillas, y luego se negó a responder preguntas.
Aplaudido por la tribuna alta de la sala, esa en la que cada audiencia se ubican amigos y simpatizantes de ex represores, Astiz apuntó no sólo contra el matrimonio presidencial, sino que arremetió también contra los jueces y antiguos militantes. "Los jueces intentan eximirse de responsabilidad amparándose en una pretendida obediencia debida, hecho del que deberán hacerse cargo cuando vuelvan a imperar las instituciones de la República", amenazó Astiz.
No era la primera vez que se mostraba desafiante. A mediados de diciembre del año pasado, cuando comenzó el juicio, Astiz había llevado a la sala el libro "Volver a matar", donde se reivindica la lucha antiguerrillera de los 60 y 70.
"Angel Rubio de la Muerte", era el nombre por el que lo conocían quienes en la década del 70 fueron detenidos ilegalmente y sometidos a torturas, hechos que se le imputan a Astiz y que él negó enmarcando sus decisiones y acciones en la "lucha contra el terrorismo".
Su lectura levantó el silbido cerrado del sector bajo de la sala, en el que estaban los familiares de las víctimas, cuando Astiz afirmó que el interés de estos grupos en la reanudación de los juicios no estaba en la reivindicación de las casi 5.000 personas que pasaron por la ESMA, sino en la retribución pecuniaria. Para terminar, Astiz sentenció: "Desconozco a todos los jueces civiles" y "renuncio a ejercer mi defensa negando validez a cualquier acto que se produzca en esta sala". Sobre la declaración de Astiz, el fiscal Pablo Oubiña dijo que fue "un pronunciamiento político y que en ningún momento se refirió a los hechos que se le imputan".
Gesto de la sobrina de la monja Duquet
Una sobrina de la monja francesa Léonie Duquet, asesinada durante dictadura, asistió a la sala a donde se juzga a los victimarios de su tía por los delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA.
Geneviève Jeanningros, también religiosa, viajó especialmente desde Roma para presenciar las audiencias y presentar dos cartas que considera importantes para el juicio. En la sala, la mujer pudo ver a los acusados, entre ellos el ex marino Alfredo Astiz, cuya infiltración en el grupo de activistas hizo posible su secuestro y desaparición.
Jeanningros contó que presentará una carta de puño y letra que Duquet envió a su hermano, donde contaba su preocupación por la realidad política argentina en los años setenta y otra de Monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja asesinado en la dictadura, en la que denunciaba las malas condiciones de detención de dos sacerdotes tercermundistas.
Además Jeanningros participará el 26 de marzo de un homenaje a los desaparecidos por el terrorismo de Estado y tiene previsto reunirse con el embajador de Francia, Jean-Pierre Asvazadourian y Madres de Plaza de Mayo.
La monja había estado en Argentina en 2005 en ocasión del entierro de los restos de su tía,
recuperados en un cementerio público donde habían estado enterrados sin identificar desde 1978. El cuerpo de Duquet junto al de otras víctimas había aparecido en una playa de Argentina, tras ser arrojada desde un avión al mar en los "vuelos de la muerte".
Las frases
Astiz I: "Este reducido grupo de psicópatas será exterminado uno a uno por el bien de la República. Perón no los llamó guerrilleros, ni jóvenes idealistas, sino por lo que eran: terroristas".
Astiz II: "Soy demócrata y profundamente republicano, no compartiendo ideales con ningún totalitarismo, ya sea el comunista o el nacional socialismo, ni con fanatismos religiosos "
Antecedentes
El mes pasado, Jorge "Tigre" Acosta sostuvo en este juicio que el periodista y ex montonero Rodolfo Walsh se suicidó cuando lo emboscó un grupo de tareas de la ESMA que dirigía. Dijo que recibió información sobre "vestigios de la pastilla de cianuro" que habrían encontrado en el cuerpo de Walsh.
Para el ex represor estos elementos "no dejan duda alguna de su intención de no permitir su detención con vida".
Para el ex jefe del grupo de tareas la carta a la Junta que tenía Walsh "es un documento pero también un arma de la guerra civil revolucionaria terrorista" y la admiración que aún hoy genera su lectura, un indicador de que "la guerra no terminó".
[Fuente: Clarin, Bs As, 18mar10]
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