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10feb15
Argentina desclasificó documentos clave sobre la desaparición de Dagmar Hagelin
La Cancillería hizo público ayer documentos secretos de su archivo sobre la desaparición de la joven sueco argentina Dagmar Hagelin, secuestrada en enero de 1977 por una patota de la ESMA que estuvo integrada, entre otros, por Alfredo Astiz. Su caso forma parte del juicio oral que se desarrolla por delitos en ese centro clandestino de detención que estuvo a cargo de la Marina.
Los documentos difundidos integran dos expedientes de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Cancillería donde se concentró la información sobre la desaparición de la joven, un tema sensible para las relaciones bilaterales con Suecia.
Dagmar fue secuestrada el 27 de enero de 1977 en la localidad bonaerense de El Palomar. Cuando llegaba a la casa de Norma Burgos, fue sorprendida por miembros del Grupo de Tareas de la ESMA. El día anterior, su amiga ya había sido secuestrada y su casa se convirtió en una trampa para atrapar a quienes se acercaran. Hagelin logró salir corriendo, pero al hacer unos 30 metros Astiz "puso rodilla en tierra, extrajo su pistola reglamentaria y disparó sobre la adolescente, la que cayó de bruces en la calzada", relata el Nunca Más. Desde allí, fue llevada a la ESMA, donde sobrevivientes la vieron con la cabeza vendada por la herida de bala.
A partir de los documentos publicados ayer, se puede comenzar a reconstruir las persistentes gestiones de la diplomacia sueca y de sus autoridades para dar con la joven, así como los intentos de la dictadura para ocultar el caso.
"Estos dos expedientes se encontraron recientemente en la Dirección de Asuntos Jurídicos y forman parte del trabajo de la Comisión de Memoria que se formó hace tres años", explicó a este diario Marcos Lohlé, director de Prensa y Difusión de la Cancillería, quien destacó el valor especial de estos documentos: "Se puede ver la importancia que tuvo la solidaridad internacional en la lucha por los Derechos Humanos y la tenacidad del gobierno sueco por saber la verdad."
Al día siguiente de la desaparición, su padre, Ragnar Hagelin, denunció el hecho ante el embajador sueco en Buenos Aires, Bertie Kollberg, quien se encargó de iniciar las gestiones.
Entre los contactos realizados durante 1977, la diplomacia sueca enumeró en un documento "el intercambio de telegramas entre el primer ministro de Suecia, Thorbjörn Fälldin y Jorge Rafael Videla , de fecha 3 de mayo, 17 y 18 de agosto de 1977, este último sin respuesta." Recuerdan allí también que Kollberg se reunió personalmente con Videla, así como con el resto de la Junta Militar y funcionarios de la dictadura, pero aclara el texto que "no han recibido respuesta por parte de argentina excepto que la investigación continúa". También señalaron que "el gobierno de Suecia espera una respuesta concreta sobre lo ocurrido con Dagmar Hagelin".
Entre los archivos, se destaca la carta del canciller de Suecia, Lennart Bodström, que el 7 de abril de 1983 insistió a su par argentino, Juan Ramón Aguirre Lanari, por la investigación del caso. Allí resume la información reunida desde 1977, en la que constan los testimonios de sobrevivientes como Martín Gras y Graciela Daleo. "Ya no cabe duda que Dagmar Hagelin fue capturada el 27 de enero de 1977 por personal al mando de la Marina y que la llevaron a la ESMA", señaló el funcionario europeo, quien consideró "inaceptables" las respuestas oficiales y concluyó: "El gobierno sueco supone que Hagelin está viva y que el gobierno argentino hará todo lo que esté a su alcance para presentar un informe ampliamente clarificador de lo que le sucedió."
La exigencia del canciller sueco nunca se cumplió y recién 38 años después el caso de la joven sueca está siendo investigado en un juicio oral. El secuestro de Hagelin es actualmente uno de los hechos ventilados en el debate de la megacausa ESMA, que en las próximas semanas ingresará a la etapa de alegatos.
Dos extrañas notas también integran el expediente. Están escritas en sueco pero con algunas palabras en danés y alemán, y fueron recibidas por la Embajada Argentina en Suecia en 1985. En lo que se presume una operación para desinformar y desviar la investigación, una persona que dice llamarse Ernesto asegura que es "puro cuento" la desaparición de la joven.
[Fuente: Por Gerardo Aranguren, Tiempo Argentino, Bs As, 10feb15]
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