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15feb15
Aparecen más casos de desnutrición crónica en comunidades Weenhayek wichi en Salta
En el puesto de salud del pueblo donde vivía el chico Weenhayek wichi que murió de desnutrición, no hay agua ni luz. El estado de los caminos y la falta de ambulancias son las principales quejas en La Puntana.
Hace calor en La Puntana. Son las cuatro de la tarde. El sol está bravo y casi no corre viento. Frente al puesto de salud, pintado con coloridos motivos infantiles, seis chicos Weenhayek wichi juegan a la pelota en patas. Desde lejos se la escuchaba. La única ambulancia que tiene el hospital de Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia, detiene su estrepitosa marcha frente al puesto de Salud. Baja una enfermera y el chofer. Van a buscar al enfermero Dionisio Duarte. Los chicos siguen jugando a la pelota. Unos minutos después, Vilma Páez, que cumplirá 3 años en abril, aparece por la puerta cargada por su madre. La enfermera levanta con su mano el suero que está enchufado al bracito de la niña y el chofer abre la puerta de la ambulancia. La llevan urgente al hospital.
Tenía un cuadro de diarreas con deshidratación y el abdomen extendido. Pesaba 11 kilos y 500 gramos cuando se la llevaron. "Si, es una chiquita con desnutrición", confirmó el enfermero. Al día siguiente El Tribuno visitó a Vilma en el hospital. Ya lucía muy recuperada y los médicos dijeron que "está estabilizada". Es solo uno de los tantos casos de chicos con bajo peso en el norte de Salta.
Eran las 4 de la mañana del 6 de febrero cuando apareció en ese mismo puesto sanitario de La Puntana el pequeño Mauricio Lucas. Falleció a las 21.27 en el hospital de Santa Victoria. Padecía de desnutrición crónica; estaba deshidratado; con anemia y mostraba signos de ictericia, una coloración amarillenta en la piel por el aumento de la bilirrubina. "Tenía un faltante de peso para su talla", suavizó la nueva secretaria de Nutrición, Gladys Pernas. El pequeño pesaba 7,7 kilos y tenía una talla 80 centímetros, datos que hablan de un importante déficit nutricional, ya que en promedio un chico de esa edad debería rondar entre los 12 y 15 kilos.
El Tribuno publicó el 22 de diciembre pasado la nota "Murciélagos en el puesto sanitario de La Puntana". Ahí, Alfonso Díaz, uno de los tres enfermeros aborígenes del puesto sanitario, contaba las necesidades que sufrían. Hoy la situación está todavía más deteriorada. Los murciélagos siguen emitiendo su horrible coro desde las grietas entre el techo y la pared. Se puede ver la bosta. No había luz hace 48 horas cuando fue El Tribuno. Todas las vacunas que estaban en la heladera ya no sirven. No hay agua hace un mes. Las puertas y los vidrios están rotos. "Casi no quedan jeringas que quedan y ya no tenemos suero", dice Dionisio Duarte. Hay un agujero en el techo de unos 60 centímetros. En la Puntana hay ocho chicos controlado con desnutrición o bajo peso.
El enfermero Dionisio Duarte cuenta que cuando llegó Mauricio Lucas al puesto, dieron aviso al hospital para trasladar al niño. Eran las 4 de la mañana, pero al chico se lo llevaron en una camioneta particular a las 14. El abuelo del fallecido Mauricio dice que la madre del pequeño no cobraba ningún beneficio social y que el niño era indocumentado.
En La Puntana dicen que no son nuevas las muertes por desnutrición, pero el enfermero Dionisio Duarte dice que en sus ocho años en el puesto sanitario nunca habían tenido que lamentar una muerte como la de Mauricio.
Dionisio Duarte explica que les hace falta suero oral, nebulizador, oxígeno y una camilla de para internar. "Estas cosas no pueden pasar. Tal vez con una ambulancia y nosotros bien equipados ese chico se chico se salva. Es muy triste para mí. Hay muchas mujeres jóvenes que tienen sus hijos desde los 12 años. Poco se habla de eso acá y hace mucha falta", analiza Dionisio.
[Fuente: Por Robustiano Pinedo, El Tribuno, Salta, 15feb15]
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