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07feb15
Referentes de tres comunidades aborígenes de Morillo manifestaron su preocupación por la falta de asistencia médica
Juan Carlos Gómez es delegado de la comunidad "20 hectáreas", ubicada a 100 km de Morillo y a 30 km del hospital de ésa localidad. Formada por siete familias, pero rodeadas de otras comunidades más como Los Ranchitos, El Artesano y 15 Viviendas, sufre la falta de asistencia médica y los casos de desnutrición infantil. "En el hospital de Morillo pasaron varios casos parecidos al de Marcos. A los chicos los internan, les dan el alta y cuando se pide informes a los médicos sobre qué tenían y los medicamentos que se les daban, no dan información", dijo el delegado.
Para Gómez la situación se torna más compleja dado que no tienen agua potable. La iniciativa de construir un pozo quedó trunca. "Presenté una nota hace tres meses en la municipalidad de Morillo pidiendo que me colaboren con mano de obra para hacer el pozo. Me respondieron que la Provincia no mandó plata y que el municipio tampoco tiene".
La falta de agua potable se repite en otras comunidades como La Cortada y Los Baldes. "Para nosotros no fue una sorpresa- saber del caso del fallecimiento de Marcos Solís por desnutrición- porque eso se vive a diario. Se quiere tapar, pero esto viene pasando desde hace mucho tiempo", aseguró Reinaldo Ferreira, wichi de la comunidad La Cortada y exconcejal en Morillo al referirse al impacto que tuvo la noticia de que un niño wichi de casi dos años había fallecido por un cuadro de desnutrición.
Ferreira, que hoy aspira a ocupar la intendencia de esa localidad, agregó: "La principal preocupación que tiene nuestras comunidades es por la salud. No puede ser que internen a los chicos dos o tres días y te los devuelvan en un cajón. El Gobierno tiene que ver la manera de corregir eso", aseveró Ferreira.
En La Cortada, que es una comunidad con unas mil familias, el problema de la asistencia médica es reincidente. Reinaldo Ferreira contó: "Cuando va el agente sanitario casa por casa , las mamás aprovechan para comentarles los problemas de salud de sus hijos. El agente les da una derivación para ver a los médicos en el hospital, pero van y no los atienden. Esa derivación no la tienen en cuenta".
Germán Segundo, colaborador y pastor evangélico en la comunidad wichi "Lewetes Kaleyhi Los Baldes", a 35 kilómetros al sur de Morillo expresó la misma preocupación. "Tenemos un centro de salud que no funciona hace más de 10 años. La única enfermera de la zona, estaba a siete kilómetros de la comunidad en el paraje "La Entrada" y hoy no está más porque trabaja en el hospital de Morillo. Nos quedamos sin nada: ni médicos ni enfermeros", señaló el dirigente aborigen.
Juan Carlos, de la comunidad "20 Hectáreas" relató sobre las necesidades de las comunidades aborígenes de Rivadavia Banda Norte: "El mes pasado estuvo una doctora de la Fundación Conin y le pedí que nos diera una mano con la obra para el pozo de agua y ella me preguntó de qué vivíamos y le dije del monte". Agregó:
"Ahora que no estoy, mi hijo mayor de 14 años, sale a buscar qué comer. Eso me da pena y bronca. Acá hay mucha necesidad: no tengo agua, baño ni trabajo", aseveró.
[Fuente: El Tribuno, Salta, 07feb15]
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