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26ago15
Declaró la primera testigo en el juicio contra la CNU y hubo una advertencia a un defensor
La mujer señaló que fue amenazada cuando se negó a adulterar una resolución de la Universidad, que vinculaba a personal de seguridad contratado por Demarchi y Cincotta con un asesinato cometido en San Juan, y donde se encontraron tarjetas de recomendación del ex fiscal federal. El Tribunal dispuso -ante un planteo del abogado Insanti- evitar plantear cuestiones oblicuas "que erosionen el normal desarrollo de las audiencias"
En un nuevo intento por desprestigiar la declaración de una testigo del juicio que se realiza contra los once integrantes de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) acusados de conformar una asociación ilícita y asesinar a ocho personas en 1975, el abogado defensor Horacio Insanti pidió la excarcelación de sus defendidos y volvió a hablar de una "causa armada". Tras la oposición del Ministerio Público Fiscal, el Tribunal no hizo lugar al pedido. Además, los jueces llamaron la atención de de Insanti al solicitar "evitar introducir por vías oblicuas cuestiones que erosionen el normal desarrollo de la audiencia".
Previamente, el fiscal federal coordinador del Distrito Mar del Plata, Daniel Adler, acompañado por la fiscal Laura Mazzaferri y la fiscal ad hoc María Eugenia Montero, había señalado: "Es la tercera vez que la defensa -en este caso a través del Dr. Insanti- trata de cuestionar un testimonio conteste e incontrovertible, que fue vertido primero en el Juicio por la Verdad, y luego ratificado ante un juez, bajo control de las defensas, a excepción de Demarchi que se encontraba prófugo en ese momento". Cabe recordar que la primera declaración de la testigo fue en el marco del Juicio por la Verdad, donde actuaba el fiscal Juan Manuel Pettigiani, y su contenido permitió conocer el accionar de la agrupación de ultraderecha desde adentro, dado que se trata de la expareja de un miembro de la CNU.
Amenaza de muerte
La primera testigo en prestar declaración en el juicio a integrantes de la CNU fue Lidia Ruggeri, quien se desempeñaba como prosecretaria de la Universidad Provincial cuando fue amenazada por Eduardo Cincotta (ex integrante de la patota ya fallecido).
Ruggeri relató que entonces el rector era Josué Catuogno, que Cincotta era secretario general y Gustavo Demarchi, coordinador. Más allá de los cargos, señaló que le daba la impresión de que el "poder real", lo ejercían Cincotta y Demarchi. Este último intentó interrumpir la pregunta, aduciendo que se trababa de un interrogante capcioso.
Si bien el Tribunal no hizo lugar al pedido de Demarchi, se desató a partir de allí una nueva diferencia: a pesar de que la Cámara de Casación había encomendado a los jueces evitar la revictimización de los testigos al ser interrogados por el mismo imputado, ellos decidieron que el acusado de crímenes de lesa humanidad pregunte directamente, lo que generó un recurso de reposición de parte de la Fiscalía a lo que el Tribunal no hizo lugar.
Siguiendo su testimonio, Ruggeri recordó que -en el marco del asesinato del diputado Ramón Rojas en la provincia de San Juan- Cincotta le pidió que cambiara el contenido de una resolución para "que no apareciera vinculación con la Universidad". Es que allí quedó herido de bala Carlos González, quien entonces se desempeñaba como personal de seguridad de la Universidad. Cree que había más nombres, pero no los recordó. Cabe mencionar que el imputado Fernando Otero resultó condenado por ese asesinato y en el lugar de los hechos se encontraron tarjetas de Gustavo Demarchi, fiscal federal.
Cuando ella se negó a la solicitud, dijo que Cincotta le recordó un cadáver que había aparecido en esos días en la ciudad. "Me dijo que yo y mis hijos podíamos aparecer así", sostuvo la mujer. A partir de allí, durmió con los niños en la casa de su hermana unos días, le sugirieron tomar vacaciones pendientes y recibió un telegrama en el que le informaban que había sido derivada a la Facultad de Ingeniería. Hasta 1980 no regresó al Rectorado.
Sin insignias
Sumados al pañuelo de una Madre de Plaza de Mayo, se vieron -anudados al cuello de integrantes del público- pañuelos blancos que llevaban inscriptos los nombres de cada una de las víctimas de este proceso judicial y abajo se indicaba: "asesinado por la CNU".
Fue el defensor oficial José Galán quien solicitó que se obligue a sacar o tapar en la sala esos pañuelos, y a pesar de la oposición del Ministerio Público Fiscal y las querellas, el Tribunal integrado por los jueces Víctor Bianco, Elvio Osores Soler y Luis Imas, dispuso que no se lleven a la sala de audiencias insignias que hagan alusión al objeto procesal.
[Fuente: Fiscales, Ministerio Público Fiscal, Procuración General de la Nación, Bs As, 26ago15]
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