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02jul06
La historia de un desaparecido español que era funcionario de Martínez de Hoz.
Juan Carlos Casariego de Bel era director de Inversiones Extranjeras mientras José Alfredo Martínez de Hoz era ministro de Economía y Walter Klein su secretario. Desapareció la noche del 15 de junio de 1977, y nunca más se supo de él. A 29 años de ese hecho, su hija —María Casariego de Gainza— planea presentar este caso ante el Juzgado Federal 5, en la causa donde hace pocos días el Gobierno pidió la inconstitucionalidad del indulto que benefició al ex ministro de la dictadura.
Esta semana, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, al explicar los fundamentos del pedido oficial, aseguró que existió "un concierto criminal" entre la cúpula de las Fuerzas Armadas y el establishment económico de la época. Y es justamente en el marco de este concierto de complicidades donde María Casariego ubica la desaparición de su padre.
"Papá era asesor de Asuntos Jurídicos en el Ministerio de Economía —aseguró en diálogo con Clarín— donde cumplió diversas tareas a lo largo de 25 años. Luego del golpe militar lo nombraron director de Inversiones Extranjeras en Economía. Era abogado, había nacido en España y llegó al país a los 7 años. El día de su desaparición, el 15 de junio de 1977, avisó a casa que tenía una reunión en el despacho de Walter Klein, a las 20.30. Pero nunca más apareció".
"Con mi madre —que murió hace pocos meses— hicimos la denuncia y fuimos a la madrugada a la casa que Klein tenía en Martínez, pero no nos atendió y mandó decir que mi padre nunca había llegado a la reunión". "Y si bien no tenemos una prueba directa sobre la participación de Martínez de Hoz, hay elementos de peso en favor de esta hipótesis: uno es la negativa del ministerio a intervenir ante la desaparición de uno de sus principales funcionarios; la otra es que al mes siguiente se nombró a un director interino, que firmó algunos negociados que mi padre se negaba a hacer, como ser el caso Italo. Luego ese cargo de director se eliminó", señaló.
En el caso Italo, el entonces presidente de facto, Jorge Rafael Videla, y Martínez de Hoz dispusieron comprar en 394,5 millones de dólares la compañía privada de electricidad Italo Argentina cuando, en realidad, el precio que debió haber pagado el Estado argentino, por su compra, era muy inferior, según se determinó posteriormente.
El "caso Italo" se convirtió en escándalo para Martínez de Hoz, aun entre los militares que habían apoyado su designación. La correspondencia diplomática de quien era en ese entonces embajador argentino en Berna, Luis María de Pablo Pardo, sacó a la luz la existencia de una acelerada negociación secreta orientada a que el gobierno pagara un buen precio por la compañía eléctrica.
"Durante años nos presentamos junto a mi madre en diversas comisiones de investigación, aquí y en el extranjero. El caso de mi padre fue de mucha importancia en España ya que él era español, y de hecho la comisión de desaparecidos españoles ha trabajado mucho por esclarecer este tema. Algunas conclusiones pudimos sacar, entre ellas que su desaparición no era ajena al funcionamiento de la economía dispuesta por el gobierno de la dictadura", aseguró María.
"Poco después del secuestro —agregó— recibimos una llamada donde nos pedían 50.000 dólares para liberarlo. En ese momento, Martínez de Hoz estaba tratando de conseguir un crédito en Inglaterra, y creímos que intentaban demostrar que lo de mi padre era sólo un secuestro extorsivo. Sin embargo, no queríamos perder el contacto. Pidieron que yo —que entonces tenía 17 años— fuera primero a un bar de Quintana y Libertad para hallar alguna prueba de vida; luego tuve que ir a un bar a dos cuadras de allí y encontré la medallita que él llevaba colgada en el llavero y la página de un diario del día con anotaciones suyas. La última cita fue en la estación de Avellaneda, donde encontré otro recorte de diario pero esta vez la letra era como si estuviera destruído. A partir de ahí se cortó el contacto".
"A raíz de conocidos que tenía mi madre en el diario La Prensa —agrega— apareció una noticia sobre el caso, pero en los otros medios nos dijeron que éste era uno de los 21 temas que no se podían publicar. Este es otro de los datos que tengo sobre que su desaparición no fue ajena a su tarea. Mi viejo hablaba en casa de cómo estaban vaciando el país, de varios negociados... Este es el principio del fin, nos dijo".
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 02jul06]
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