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22oct05
Las advertencias que nadie escuchó.
Continúan sin equipamiento contra incendios ni medidas de prevención de fuego. En la Unidad 28 la situación reviste extrema gravedad debido a cantidad de internos y la existencia de innumerables materiales combustibles en los pabellones" (Informe de la Defensoría General de San Martín a la Procuración General bonaerense, 26 de octubre de 2003).
"Estructura edilicia del penal en mal estado, no permite condiciones dignas de detención. Precariedad de la instalación eléctrica, con cables colgando, que pone en riesgo la vida de los internos. Caños tapados, aire prácticamente irrespirable" (Informe de la Defensoría General de San Martín a la Procuración, 30 de marzo de 2005).
"El pabellón 6 se encuentra casi totalmente inundado, lo que provoca que el agua entre a las celdas. La mayoría de los internos refiere carecer de atención médica, muchos de ellos víctimas de balas de goma de un hecho en el cual personal del Servicio Penitenciario disparó indiscriminadamente balas de goma incluso a quemarropa" (Hábeas Corpus a favor de 32 presos de Magdalena interpuesto por la Comisión Provincial de la Memoria, 14 de octubre de 2005).
En los últimos años la Unidad 28 de Magdalena fue centro de informes alarmantes de funcionarios judiciales y de Derechos Humanos; muertes violentas; casos de torturas, incendios y hasta dos denuncias de complots penitenciarios para frenar investigaciones. Sin embargo poco y nada se hizo para evitar la tragedia del domingo pasado.
Ayer se presentó ante la Corte provincial una recopilación del Banco de Casos de Tortura de la Defensoría de Casación bonaerense. Desde 2000 en adelante, allí constan 26 casos de palizas denunciadas en la Unidad 28.
Algunos de ellos: el 23 de setiembre de 2003 un preso denunció que guardias le ofrecieron beneficios a cambio de apuñalar a otro interno y luego lo golpearon cuando se negó. Un interno sostuvo ( 26/11/03) que fue golpeado por un grupo de 10 penitenciarios por pedir medicamentos para el VIH. "Así que te gusta denunciar a nuestros colegas; te vamos a romper todos los huesos" fue la frase que precedió a una paliza denunciada el 2 de febrero de 2004.
De acuerdo a un informe del CELS (basado en cifras oficiales) durante 2004 en la U28 murieron 10 presos "siendo la Unidad del SPB con mayor cantidad de muertes violentas durante ese año". De ellos seis fueron apuñalados, tres murieron en incendios y uno fue ahorcado.
Un caso de esa estadística: Luis Angel Romero murió el 22 de julio del año pasado en su celda luego de quemar su colchón como medida de protesta. Otro interno sufrió quemaduras y un tercero principio de asfixia.
También quemado (en un "buzón"de aislamiento) murió Juan Ramón González el 22 de noviembre de 2001, con un agravante: había denunciado a guardias por torturas. "Me sacan el teléfono, vienen muchos, me van a matar", llego a decirle a su mujer un día antes de su muerte. Luego la comunicación se cortó. González Sosa fue el tercer preso de esa causa en tener una muerte sospechosa.
Al panorama de violencia no le faltaron complots. El 20 de noviembre de 2003 un interno de Magdalena denunció que el jefe de esa Unidad le ofreció dejarlo escapar a cambio de matar a Fernando Maroto (camarista de San Isidro) y al entonces director de Investigaciones del Ministerio de Justicia, Juan Manuel Casolati.
Un segundo plan para asesinar funcionarios —también con origen en Magdalena— fue denunciado por el propio Maroto al año siguiente. El juez sostuvo (el 17 de febrero de 2004) que un interno de la 28 le confesó que le habían ofrecido beneficios como pago por matarlo a él y a la defensora general de San Isidro, María Dolores Gómez.
Los reclamos de los presos de Magdalena también llegaron hasta la Secretaría de Derechos Humanos de la Gobernación que recibió 263 presentaciones, la gran mayoría de ellas (176) por las condiciones de detención.
[Fuente: Por Virginia Messi, Clarin, Bs As, Arg, 22oct05]
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