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23ene10
Arrestan a un narco acusado de entregar a su sobrino para que lo matara una banda rival
Lo buscaban desde antes de Año Nuevo, acusado de entregar a su sobrino para que una banda rival lo asesinara. Se había ido del barrio, pero los investigadores esperaron pacientemente una celebración religiosa al cual no faltaba nunca. Ayer por la mañana, los policías rodearon la manzana de la Parroquia de Santa Rita en el barrio de Boulogne, en San Isidro, y lo detuvieron. No se resistió, dejó que le sacaran el arma que llevaba encima y se dejó esposar.
Horacio Héctor Bustamante (43) es señalado por la Justicia como uno de los jefes de "Los Soria", un clan desprendido de "Los Gardelitos", una banda originaria de Tucumán que en los '80 se mudó al Gran Buenos Aires y se dedicó al tráfico de cocaína (ver Dos clanes...). La Policía lo buscaba porque está acusado de haber mandado matar a Germán "Pichi" Bustamante, otro de los líderes del grupo y sobrino del mítico Claudio Soria, antiguo líder narco de la zona.
Luego de una serie de ajustes de cuentas entre "Los Soria" y sus enemigos de "Los Barrera" -con quien se disputan la venta de droga en Villa Korea, de San Martín, y Villa Santa Rita, de Boulogne-, el 27 de diciembre fue asesinado "Pichi" Bustamante. Pero, días después, los investigadores del caso descubrieron que Horacio había convocado a su sobrino al lugar donde lo mataron y les habría pasado la información a "Los Barrera". A partir de entonces se pidió su captura.
"Aprovechó la interna narco entre su sobrino y la banda de 'Los Gardelitos' para tenderle una trampa, asesinarlo y quedarse con su parte del negocio de la droga", le dijo a la agencia Télam un investigador policial del caso.
Horacio Bustamante, quien tenía antecedentes por robos calificados y privación de la libertad, entre otros delitos, fue detenido en la puerta de la iglesia Santa Rita de Boulogne, en Darragueira 630, a metros de Sucre y la colectora de la autopista Panamericana.
A pesar del operativo policial, los fieles que estaban entrando a la parroquia, no corrieron ni gritaron. Como Bustamante no se resistió, quienes estaban allí pudieron ver bien de cerca lo ocurrido. "Parecía una película en cámara lenta. Dos policías se le acercaron sin que los viera y en el momento que se dio cuenta, se entregó", señaló un testigo.
El prófugo llevaba una pistola Browning 9 milímetros con la numeración limada. Los policías no tuvieron problemas en identificarlo porque contaban con varias fotografías de él.
"Sabíamos que es devoto de la virgen de Santa Rita y como todos los 22 iba a venerarla a esa Iglesia, montamos una vigilancia encubierta desde la madrugada", dijo un jefe policial.
Bustamante fue capturado por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, a pedido del fiscal de Boulogne a cargo de la causa, Sergio Szyldergemejm, quien realizó la audiencia de indagatoria ayer por la tarde y dispuso que quedara detenido.
La seguidilla de muertes empezó con el crimen de Marcelo "Floyd" Soria, asesinado por una ráfaga de balas en la puerta de su casa de Villa Korea, en el partido de San Martín. Ese homicidio, atribuido a Nacho Barrera, sucedió a finales de septiembre. Pasaron los días y parecía que nadie iba a vengar esa muerte, pero no fue así. La madrugada del 27 de diciembre, Marcelo Castro (22) fue asesinado, también en Korea, cuando volvía de bailar junto a su novia. La muerte de Castro había sido una venganza por la muerte de Floyd, pero con un blanco equivocado: Castro no pertenecía a ningún grupo narco, pero tenía un Fiat Uno negro, similar al de Nacho Barrera.
Apenas 18 horas después mataban a Pichi Bustamante: le dieron ocho balazos en la puerta de su casa en la Villa Santa Rita, en Boulogne. Dos hombres con chalecos antibalas y gorras lo estaban esperando. Primero lo esposaron e intentaron llevárselo. Pero como se resistió, lo arrastraron hasta un pasillo. Allí primero le pegaron un balazo en la pierna y como seguía peleando le dispararon siete veces más en el pecho.
[Fuente: Clarin, Bs As, 23ene10]
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