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15abr11
Condenaron a Luis Patti a prisión perpetua
El subcomisario retirado Luis Abelardo Patti fue condenado ayer a prisión perpetua junto con el ex presidente de facto Reynaldo Bignone y el general retirado Omar Riveros, entre otros acusados, por homicidios, secuestros y torturas cometidos durante la última dictadura militar.
Los jueces del Tribunal Oral Federal Nš 1 de San Martín, Lucila Larrandart, Horacio Segretti y Lucía Cassain, sentenciaron a prisión perpetua, además, al militar retirado Martín Rodríguez, e impusieron seis años de prisión al comisario retirado de la policía bonaerense Juan Fernando Meneghini. Este último fue el único de los acusados que estuvieron presentes durante la lectura de la sentencia en el auditorio Hugo del Carril, de José León Suárez, donde se realizó el juicio. Militantes de organismos de derechos humanos celebraron con aplausos al escuchar las penas impuestas por el tribunal.
Patti está internado en el sanatorio Fleni, de Escobar, convaleciente por un accidente cerebrovascular, pero por decisión del tribunal, tanto él como el resto de los condenados cumplirán su sentencia en una cárcel común. Cuando comenzó el juicio, en septiembre pasado, Patti fue llevado a la sala de audiencias en una camilla, en medio de las protestas de sus abogados, que señalaron que no estaba en condiciones físicas de enfrentar el proceso. Finalmente, el tribunal decidió que mientras durara el juicio estuviera internado en el sanatorio donde hizo rehabilitación. Esta es la primera vez que la Justicia condena por crímenes de la dictadura a prisión perpetua a alguien que no fue militar y que ocupó cargos electivos desde 1983: primero, como intendente de Escobar, y luego, como diputado nacional, cargo que no pudo asumir por los delitos de lesa humanidad que cargaba.
Patti fue sentenciado a prisión perpetua e inhabilitación absoluta por ser partícipe primario en el homicidio doblemente agravado del militante peronista Gastón Gonçalves, por haber torturado al ex diputado peronista Diego Muniz Barreto, al secretario de éste, Juan José Fernández, y a Osvaldo Ariosti. También fue declarado culpable de dos allanamientos ilegales y de la privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia y amenazas de Gonçalves, Muniz Barreto, Fernández y Ariosti.
La sentencia se leyó en un auditorio municipal semicircular. Los protagonistas estaban todos sobre el escenario, iluminados con reflectores teatrales: en el centro, estaba el tribunal; a la derecha, los acusados, y a la izquierda, la fiscalía y los abogados de la familia de las víctimas.
El público estaba sentado en gradas, casi a oscuras. Las primeras filas fueron ocupadas por el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, entre otros invitados especiales, integrantes de organismos de derechos humanos, agrupaciones políticas y familiares de desaparecidos.
Una vez que se leyeron las condenas de Riveros, que estaba a cargo del centro clandestino de detención de Campo de Mayo, y la de Patti, el público estalló en un aplauso y en gritos de festejo, que hizo que la jueza Larrandart los llamara a silencio.
Cuando concluyó la lectura de la sentencia, los familiares de desaparecidos durante la última dictadura alzaron fotografías plastificadas con los rostros de sus muertos y reclamaron que se hiciera justicia con los culpables.
Patti llegó a juicio, acusado por el asesinato de Gonçalves y el secuestro de Muniz Barreto. Gastón Gonçalves, militante de la Juventud Peronista, fue secuestrado el mismo día del golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976, en la zona de Garín. Fue visto cuatro días más tarde dentro de un camión celular con otros presos políticos, junto a la comisaría de Escobar, -donde revistaba Patti- con signos de haber sido torturado. El 2 de abril, su cuerpo lacerado, junto con el de otros tres militantes, apareció en el Cazador de Escobar. Los cuatro cadáveres fueron enterrados en una fosa común del cementerio de Escobar. El Equipo Argentino de Antropología Forense analizó los restos e identificó a Gonçalves.
Patti fue sentenciado por ese homicidio como partícipe necesario, ya que se considera que el joven sólo estuvo secuestrado en la comisaría de Escobar y desde allí fue llevado al paraje donde le dispararon en la cabeza y lo incineraron.
El ex diputado Muniz Barreto fue detenido por Patti en una carnicería de Escobar junto a su secretario Juan Fernández, el 16 de febrero de 1977, a pocas cuadras de la comisaría donde actuaba el condenado. Los obligó a ir a la comisaría en el auto de Muniz Barreto, donde estuvieron secuestrados y desde allí llevados al centro clandestino de detención que funcionaba en Campo de Mayo.
Muniz Barreto advirtió en una nota entregada a otro detenido sobre su lugar de alojamiento y señaló que había sido secuestrado por Patti.
Por eso terminaron condenados Riveros -de quien dependía Campo de Mayo- y Bignone, al igual que Rodríguez, presente cuando se torturaba a los prisioneros en el centro clandestino de detención.
[Fuente: Por Hernán Capiello, La Nación, Bs As, 15abr11]
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