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08dic07
Un gremialista, bajo sospecha por la muerte del tesorero de los camioneros
La justicia provincial tiene en su poder elementos que involucran a un sindicalista cuyo nombre se mantiene en reserva, en el asesinato del tesorero de la Federación Nacional de Camioneros, Abel Beroiz, según revelaron ayer fuentes con acceso a la investigación.
A esa conclusión se llegó tras el análisis de las listas de contactos telefónicos del principal sospechoso de ejecutar el crimen, identificado como Raúl Flores, de 24 años, a quien la policía busca por toda la provincia.
Mientras la causa avanza, el líder de la CGT y jefe directo de Beroiz, Hugo Moyano, presentó mediante sus abogados un escrito al juez de instrucción de la 13a. nominación de Rosario, Omar Barbero. "No poseo datos para aportar a la investigación", afirma allí el poderoso sindicalista, que el primer día había vinculado el hecho con la ola de inseguridad y luego optó por el silencio.
Beroiz, de 70 años, fue asesinado el 27 del mes pasado cuando se disponía a retirar su vehículo de una playa de estacionamiento del Automóvil Club Argentino (ACA), en Rosario.-
Desde el principio los investigadores descartaron la hipótesis del robo y se inclinaron por la del crimen por encargo. Pudo saberse que tanto el juez Barbero como la fiscal Rita Schiappa Pietra siguen ahora con más fuerza la pista de un ajuste de cuentas vinculado con la tarea gremial del asesinado.
-Ante la derivación de la investigación, Moyano buscó despegarse del escándalo. "Nunca fui citado por la Justicia", indicó en su presentación ante el juzgado.-
En el escrito, presentado por su abogado, Daniel Llermanos, Moyano calificó de "malicioso" que se siga hablando de un crimen por encargo relacionado con la actuación de Beroiz en el gremio de los camioneros.
"Es muy claro que algunos medios de prensa se embarcan en campañas de desprestigio, especialmente en materia sindical, para dejar huérfanos de líderes a los trabajadores, utilizando la estrategia de matar al pastor para apoderarse de las ovejas", sentenció el dirigente gremial. Con ello, Moyano aseguró que es necesario poner fin a este abuso que tergiversa los hechos, afecta la honra, entorpece la investigación y confunde a la opinión publica", aunque le aclaró al magistrado interviniente que se compromete a "concurrir ante los estrados judiciales todas las veces que se estime necesario".
LA NACION intentó comunicarse con Moyano para pedirle su opinión sobre las últimas revelaciones del caso. Un asistente del jefe gremial respondió en el celular del dirigente; dijo que lo consultaría. Luego volvió a dejar dos mensajes en ese teléfono, pero la respuesta no llegó.
El juez Barbero, en tanto, liberó a las personas que había detenido en el marco de esa investigación, en respuesta al pedido de la defensora oficial Estrella Galán. Los tres (una mujer y dos hombres) están imputados por encubrimiento, delito excarcelable.
La investigación sigue dirigida a la detención del único sospechoso de haber disparado y apuñalado a Beroiz. Se sospecha que ese hombre, un ex convicto de la cárcel de Coronda, habría recibido 50.000 pesos por matar al gremialista, siempre según fuentes con acceso a la causa.
Según los investigadores, el hilo conductor de la pesquisa apareció cuando la concubina de Flores, Natalia De Perzio, de 25 años, efectuó compras de electrodomésticos por 12.000 pesos. La mujer y dos jóvenes de 18 años, Hugo Bustos y Juan Carlos González, parientes de ella, son los que estuvieron detenidos.
Los informantes deslizaron que en la declaración que el magistrado les había tomado a los detenidos habrían surgido detalles de cómo fue asesinado al sindicalista santafecino.
En las últimas horas, el juez Barbero desestimó de plano las versiones en las que se especulaba que el homicidio de Beroiz podría haber resultado un "crimen pasional" y ratificó que se inclina por seguir la "pista sindical".
Es más: un investigador sostuvo ayer a LA NACION que a pesar de que en la sede gremial de los choferes el hermetismo es "total", amigos de Beroiz calificaron de "descabellada" la vinculación del crimen con una "amante despechada" del gremialista.
Los allegados al tesorero de Moyano insisten en sostener que el ataque los tomó por sorpresa y que no tienen idea de qué pudo haberlo motivado. "Era un hombre muy apegado a su familia, que no llevaba una doble vida", resaltó un vocero de los camioneros de Venado Tuerto, de donde era la víctima.
[Fuente: La Nación, Bs As, Arg, 08dic07]
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